Luffy y Radne se miraron entre ellos, sonriéndole el uno al otro. Parecía increíble que hubieran encontrado tan rápido y fácil aquel barco de ensueño. Habían encontrado a una posible vendedora y habían encontrado a alguien que les llevará a ella.

El mundo volvía a sonreírles pero el peligro podría estar a la vuelta de la esquina.


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Usopp, que así se llamaba el falso vendedor, les condujo por todo el pueblo hasta llegar a las afueras, donde vivían las personas más adineradas, rodeadas de lujo y colores brillantes. Para Radne era la primera vez que veía una casa tan grande, además del palacio de Atlantis, claro.

—Nunca había visto una casa tan grande — dijo Radne nada más entrar por el jardín de dicha casa.

—Yo tampoco — afirmó Luffy.

—Este tamaño de casas no es común en los humanos — le susurró Nami a la rubia que seguía mirando con asombro.

—Impresiona, ¿eh? Kaya me permite venir a visitarla cuando quiera.

Kaya era la amiga rica de Usopp. No había parado de hablar de ella en todo el trayecto. Parecía que era su único tema de conversación y a Radne le hacía mucha gracia eso. Le recordaba cuando ella le hablaba a los peces sobre sus objetos perdidos.

—¿Todo esto es para ella sola? —preguntó la rubia mientras miraba al interior del pozo.

—Bueno para ella, su mayordomo y los empleados.

—Ah... Entonces no está sola. Sería una pena tener todo esto y no compartirlo.

—El dinero te muestra cómo es la gente. La mayoría solo piensa en sí misma — dijo Nami por lo bajo.

Zoro que se encontraba a su lado se la quedó mirando.

—Conozco a alguien así.

—Una plantilla reducida nos facilitará el trabajo —volvió a hablar Nami.

—¿Por qué? ¿Vas a robar a ciegas?

—Solo medio a ciegas — sonrió Nami al peliverde.

Luffy, Radne y Usopp iban por delante. La chica seguía mirando cada detalle de aquel inmenso jardín. Se acercó a unas flores que le habían llamado su atención.

—¿Qué es esto? Son como anémonas pero más delicadas.

—Son flores —le explicó Luffy agachándose cerca de ella.

—Y huelen muy bien —respondió Radne sonriendo.

El chico del sombrero de paja miraba fijamente a la sirena. Ella en cambio olía la fragancia de las flores. Luffy solo podía pensar en recoger todas las flores de aquel jardín para dárselas a su amiga pero no tenía el permiso de la dueña y no estaban para meterse en más problemas.

Pirates & Mermaids |Monkey D. Luffy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora