─ Recuerdo llegar en plena lluvia, con las velas inútiles y la cubierta inundada de agua. Varios de mis hombres estaban enfermos y la medicina se había agotado. No llegué aquí porque quise. Fue una emergencia. Yo no noté la belleza de la isla hasta el día después, cuando la lluvia cesó y mis hombres tenían un techo donde sanar. Aunque el agua había dejado su rastro, el aroma fresco de la tierra húmeda a primera hora de la mañana se convirtió en uno de los mayores placeres de la vida. Tal y como tú, no pude contener la emoción al ver esta maravilla ─y en medio de esos recuerdos, al canoso se le escapó una sonrisa, luego una risa, abultando sus arrugadas y caídas mejillas─. Al final, regresé con

dos polizones más en el barco.

─ ¿Cómo?

La pregunta sonó a ignorancia, pero fue pronunciada con genuina impresión. El anciano sonrió aún más y, casi con más emoción, rompió la postura que mantuvo y se plantó delante del isleño dispuesto a seguir, pero la irrupción de una voz ajena lo llamó primero.

─ ¡Riley! ¡Ven al frente!

Todas las miradas recayeron en el capitán y el mencionado se apresuró a alcanzarlo. Seokjin había levantado su voz solo por él, pero Yoongi solo atinó a seguirles el paso para no quedar solo en medio de la selva. Cuidó, quizás sin querer, de no pisar ninguna flor ni nada que fuese lo suficientemente bello como para conservar y se hizo paso entre los hombres que, extrañamente, no se amontonaron en ningún momento. Es más, lo quietos que se habían quedado, en sus lugares, observando en silencio, no le daba buen presentimiento.

El capitán estaba de cuclillas frente a un montículo de tierra con plantas quebradas y flores secas, mientras una de sus armas descansaba a sus pies. El viejo Poe se acercó, pero no lo imitó. Observó la escena de pie, serio, sin expresión alguna. Solo un suspiro se oyó de él. El joven Min intentó asomarse, pero la espalda del pirata menor se interpuso primero.

─ Ojalá no sea otra de tus búsquedas del tesoro.

─ Cierra la boca, Taehyung.

Tal cual, el silencio volvió a abordar a todos, incluyendo al susodicho. El capitán se levantó junto a su arma, dejando esta una notoria huella junto a lo que Yoongi pensó que era solo tierra. El pirata pateó más tierra para cubrirla y hacerla desaparecer.

─ ¿Crees que sean...?

─ Se nos han adelantado ─Seokjin dio la espalda y caminó tres pasos, como queriendo pensar─. Acaban de terminar con Saint Haul, nos dejaron destruir un señuelo y ahora han llegado aquí. Qué hijos de puta.

─ Esto no prueba nada. No hay señales de que fueron ellos. Y no parece ser reciente.

─ ¿Y quiénes, sino ellos?

Para cuando el capitán retornó, Taehyung miraba insólito la escena. No solo no podía apartar la vista, sino que denotaba tener un cúmulo de palabras que ansiaba soltar en cualquier momento. Apretó sus puños, pero la fuerza no le duró mucho. Intentó evadir la concentración en eso mirando al cielo, buscando algún tipo de señal, alguna respuesta. O quizás alguna pregunta. Una consulta a lo desconocido, a lo divino, a lo que estaba lejos de él.

Haekki-jeonsa.

─ ¿Qué?

─ Jungkook hablaba mucho de eso ─aquello salió como un susurro por parte de Taehyung cuando regresó su mirada para recuperar el aliento en Seokjin, quien comprendió al instante y no necesitó de más explicación─. Cuando el pueblo toma justicia por sus propios medios. Haekki-jeonsa.

Yoongi dio un paso más y deseó haberse quedado con solo haber escuchado a los piratas.

En ese montículo de tierra, entre los pétalos secos y las pequeñas ramas huecas, sobresalía la palma de una mano. Y de esa mano, solo se extendían tres dedos.

The Story of Tonight ─ JinSu (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora