El brazalete

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Capítulo 1

Siento la suave brisa del mar, mi pelo haciendo movimientos suaves por el aire y mis pies estan enterrados en la arena. Volteo a mi derecha y veo una pareja sentada en la orilla del mar riendo, los recuerdos regresan a mi cabeza, él y yo viendo el atardecer, claro antes de que Alex decidiera irse sin decir nada.

- ¡Valentina!

Escuché la voz de Leonor a mi espalda

-Te eh estado llamando desde hace 10 minutos, cuando no contestabas supuse que estarías aquí.

-A veces olvido lo bien que me conoces -digo con una pequeña sonrisa- No traje mi celular conmigo, lo dejé en casa por eso no respondía

-Lo imagine -dice acomodándose a mi lado en la arena, el sol ya casi se oculta por completo así que las farolas de la calle y la luz de los restaurantes se daban a notar- Necesito tu ayuda con mi maleta para el viaje, no sé qué llevar.

Leonor y yo habíamos planeado un viaje hace unos meses a España, siempre soñamos con viajar juntas y que otro lugar que España en verano. De última hora se unió miranda a quien conocí hace poco gracias a la universidad, se hizo gran amiga mía y ella nos iba a acompañar, a Leonor no le agradaba mucho, pero se soportaban.

- ¡¿Por dios Leonor todavía no haces la malea?, nuestro vuelo sale mañana!

Ella me ayudo hace unos días con la mía, Leonor siempre viste bien, sabe que me gusta y con que me siento cómoda así que fue fácil ayudarme.

-Eh intentado hacerla desde hace dos días, pero aún no sé qué llevar.

-Bien vamos, pero no ceo que ocupes mucha de mi ayuda tu siempre sabes que usar.

Nos levantamos y caminamos a su casa. Nuestras casas están a unos 5 minutos de la playa caminando, algo que a mí siempre me gusto, lo único malo eran las tormentas que a veces había. Vivimos a unos dos o tres minutos de distancia de su casa y la mía, casi toda nuestra vida estuvimos en la misma calle por esos fue que nos conocimos, aparte nuestras madres se hicieron buenas amigas. El sol ya se había metido cuando llegamos a su casa y pude ver a Madeline leyendo afuera de su casa, ella me ha recomendado libros muy buenos, después de todo fue ella quien me hizo lectora y la verdad no me arrepentía, usaba los libros como un lugar para olvidar un poco la vida real.

-Hola Madeline­!

- ¡Val! Que bueno verte otra vez, ¿Cómo van las cosas para el viaje? ¿Estas emocionada? - dijo con una dulce sonrisa

-Bien! Y si estoy muy nerviosa nunca había viajado fuera del país.

-Bien mamá vamos a estar en mi cuarto. -dijo Leonor abriendo la puerta de su casa.

La casa de Leonor era casi igual a la mía solo por su patio que era un poco más grande. Entramos a su cuarto y lo primero que vi fue ropa sobre su cama, mucha ropa, zapatos por todo el cuarto y una maleta vacía, valla nunca había visto a Leonor sin saber que llevar, normalmente ella era la primera en estar lista cuando salíamos luego me ayudaba a elegir a mi lo que iba a usar.

-Vez de verdad necesito tu ayuda- dice con un toque de estrés en su voz

La estuve ayudando hasta tarde, después de acabar la maleta la cual por cierto casi la hizo ella sola, solamente me enseñaba alguna que otra prenda para preguntarme que me parecía. Al terminar estuvimos repasando los lugares a los que iríamos, antes de darme cuenta ya eran casi media noche.

-Leonor ya es tarde me tengo que ir.

-Ni me di cuenta. Vamos te acompaño a la puerta.

Salí de su casa y me encamine a la mía. Cuando llegué lo primero que vi fue a mamá recogiendo la mesa supongo que acababan de cenar ya que normalmente cerraban la veterinaria tarde.

-Hola mamá- dije acercándome a ella.

-¡Val, por fin llegas!

Mamá tiene el pelo ondulado, un poco más alta que yo y los ojos iguales a los míos, café avellana, para su edad se puede decir que esta bien conservada

-Estaba con Leonor.

-Lo pensé- recogió los últimos vasos de la mesa y se dirigió al refrigerador. -Toma te guarde un poco de pasta

Tome el plato y me senté en la barra, amaba la pasta mas que nada en el mundo fácilmente podría comerla toda mi vida. Mama estaba lavando los últimos trastes cuando escuche la puerta del patio abrirse.

-val ya llegaste- dice papá entrando a casa, supongo que había salido a pasear a pelusa -Y ya tienes tu maleta lista para mañana?

-Si solo me falta meter unas cosas- dije aun con un poco de pasta en la boca

-Bien tu mamá y yo tenemos algo q darte antes de que te vayas- Mamá se secó las manos y se acercó a un cajón de la cocina, saco una caja y la puso enfrente de mí.

-Esperemos te guste-  dijo mamá con una sonrisa de oreja a oreja

Quite el moño que tenia y levante la tapa, había una mochila con un tono rojo como el vino y a lado había una pequeña caja color azul, la abrí y pude ver una pulsera que tenía colgantes era color dorada y tenía 5 dijes, en cuanto los vi supe que cada uno lo había elegido un integrante de mi familia. Había un delfín supuse que ese mamá lo había escogido pues es el animal favorito de las dos, después había una huellita de perro ese era de papá, un balón de futbol de mi hermano Max sin duda, los dos amábamos el futbol, un perrito en representación a pelusa mi perro y por ultimo una estrella, estoy segura que ese lo escogió la abuela, cuando viene a casa en las noches salimos a la orilla del mar juntas y vemos las estrellas hasta tarde. Mi abuela siempre ah sido como mi segunda mamá yo la admiro mucho y la quiero mas de lo que llegaría a demostrar.

-Wow es hermosa, ¡Gracias gracias! - me abalance sobre ellos y les dio un gran abrazo

-No hay de que hija- dijeron mis papás

Deje el plato en el lava-trastes y subí a mi habitación, antes de entrar escuche un ruido en la habitación de alado, Max aún estaba despierto vaya que este niño tenía mucha energía. Toque la puerta y entre, Max estaba sentado enfrente del televiso jugando con su pista de carritos

-Max ya es hora de dormir.

-Un latito mas val- dijo sin dejar lo carritos.

-Vamos Max a dormir a menos que mañana no me quieras acompañar al aeropuerto

-Manana te vas? - dijo muy serio

-A si es mañana a las nueve sale mi vuelo- dije sentándome a lado de el

-Val no quiello que te vayas- dijo mirándome con los ojos cristalinos

-Ey tranquilo solo son unos días, aparte mira... - Le enseñe el colgante que el escogió- Con esto es como si te tuviera conmigo y toma... -me quite una pulsera azul tejida que siempre llevaba- Ahora es tuya así tú también tendrás una parte de mi contigo, ahora a dormir.

Me levanto y Max se mete a la cama

-Benas noches val- dice Max cobijándose

-Buenas noches Max

Salgo del cuarto y entro al mío me pongo mi pijama y me preparo para dormir, mañana será un día largo y necesitaré mucha energía.

Un gol para enamorarnosWhere stories live. Discover now