—Como que "me necesitas" quien te necesita más ahora, es mi hijo.—

Aquella fiesta fue increíble para su sobrino con ahora siete años de edad, Hanma al terminar la fiesta que se fue de ahí a las 7:30 donde se retiró hacia su casa, en sus manos tenía el pastel tapado con un plato, y unos aguinaldos que se había llevado de la fiesta. Se fue hacia su carro dejando sus cosas, echando también su camisa a la parte de atrás de su carro.

Dentro de dicho auto recargo su cara en el volante pensando en las palabras de su sobrino antes de que esté se fuera.

“Tio Hanma, Traje este aguinaldo para tu pareja, mis papás me contaron que tenías pareja y espero conocerlo algun día.”

Mordió su labio inferior pensando de que ya era hora de que empezará a formar lo que sus parientes ya habían echo, una pareja, una familia.

Prendió el auto, y empezo a manejar hacia un lugar donde comer, pero el iba a pedir para llevar.

Se estacionó en un lugar, para ir con una señora la cual el conocía mucho antes de que naciera su sobrino. Pidió comida para llevar obviamente lo tenía que escribir en un papelito.

Espero un buen tiempo para ver qué ya estaba aquella comida echa, la pago y se la llevó, era ramen.

Mientras esperaba ya se habían pasado de las 8:30 de la noche, muy tarde para el andar afuera, fue hacia donde estaba su carro dejando su comida que comeria al llegar a su casa. Su vista se poso en un chico de baja estatura caminar solo por el lugar.

Ese día el joven no tenía nada que hacer para poder distraerse, solo estar sentado en su oficina esperando a que llegara la pareja la cual se iba a casar en septiembre

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Ese día el joven no tenía nada que hacer para poder distraerse, solo estar sentado en su oficina esperando a que llegara la pareja la cual se iba a casar en septiembre.

Un sonido proveniente de su teléfono del trabajo, lo tomo, para poder recibir la llamada de Nyoko la cual decia que tenían un compromiso y al cual ellos no podían presentarse en su oficina para ver la boda.

Dicho esto se puso a trabajar solo, el día de ayer habían quedado de acuerdo de que 50 personas por la pareja de invitados, y no sé aceptaban niños.

Kisaki estaba viendo los lugares de la cuidad donde podría buscar la pareja cómo van a ir vestidos a su boda, también estaba viendo las invitaciones que vayan de acuerdo a la boda.

Solo busco unas ideas que tenía por su oficina y por internet, pero había pasado más de una hora de que había terminado con aquello eran las 5:30 de la tarde viendo el techo esperando la hora de irse.

Cerró sus ojos para pensar de nuevo, todas aquellas bodas en las que el diseño, y la que va a diseñar está vez.

Pensó de que talvez ya era hora de de tener lo que le llaman familia, bueno esa palabra sonaba muy fuerte para el, mejor digamos, pareja, si era eso, ya era hora de tener a el ser destinado en su corazón.

Salió de su trabajo para poder dirigirse a aquel lugar donde aprendería un nuevo lenguaje.

Se dirigió a este lugar en su carro, dentro de el lugar paso a un salón algo grande, donde no había tantas personas, se presentó kisaki en aquel lugar.

Veía cada movimientos de señas, escuchaba las palabras del señor que indicaban para que servían dichas señas, ese día aprendió algo nuevo, el abecedario en señas.

Después de que saliera de aquel lugar exactamente a las 8:30 se dirigió hacia su carro el cual estaba atrás de un auto negro el cual se le hacía conocido.

Saco sus llaves para abrir la puerta, pero por dicha el dueño de el otro carro había llegado con una bolsa la cual era de una tienda cercana de ramen.

De reojo dirigió su orbe azul opaco hacia la derecha encontrando a el chico de alta estatura Hanma Shuji.

Kisaki solo empezó a buscar en su mochila las llaves de su carro mientras Hanma se metía a su carro y lo cerraba.

Mirando por el retrovisor, Shuji veía a kisaki buscar sus llaves de su auto, lo miraba atento, miraba como aquel individuo logro encontrar sus llaves y abrir dicha puerta.

Hanma dejo de mirar desde que aquel carro blanco empezaba a andar, así que Hanma hizo lo mismo.

Aquellos chicos que tomaron diferentes caminos hacia sus casas, Hanma comiendo aquel ramen que mando a comprar, y kisaki calentando su comida para cenar.

Mientras ambos comían se sentían solos, lo único que los acompañaba era la brisa del viento, no había otra cosa.

Su único pensamiento mientras comían solos y nadie les acompañaba más que el dulce amargo de el viento.

“Ojala volviera a repetirse”

𝚟𝚘𝚣 𝚛𝚘𝚝𝚊 (hanmaxkisaki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora