•|♔| Sesenta y cuatro |♔| •

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-¡Listo! ¡Ahora si que se ve perfecto, alteza! -halagó la beta tomando sus hombros con cuidado para hacer que voltee hacia el espejo-. Mire que precioso le queda.

Taehyung observó la tiara con atención, y debía de admitir que era preciosa y que complementaba perfectamente con su vestido elegido para ese día.

-Tiene diamantes... Debió costar una fortuna -murmuró con algo de pesar.

-Usted ahora es un rey, alteza -dijo ella
mirándolo desde el reflejo del espejo-. Su esposo es el gobernante del reino más poderoso, y lo ama más que a nadie en el mundo. Es normal que quiera darle todos los lujos a su amado esposo, que se merece esto y más.

-Pero... Yo para su cumpleaños no pude
regalarle nada como esto o que valga ni la mitad de lo que esto debió de costarle -dijo con pesar.

-Si eso le causa molestia entonces puede pensar en algo para regalarle en su próximo cumpleaños -sugirió ella-. Pero, créame que el regalo más valioso para él es usted y su felicidad.

Taehyung pensó en sus palabras y luego asintió sintiéndose un poco menos mal.

-Lo hará sentirse mal si rechazas sus regalos -dijo Gahyeon alejándose para acomodar el maquillaje utilizado-. Solo disfrútelo y muestrese feliz por lo mucho que su esposo lo ama y quiere consentirlo.

-Me consciente demasiado -respondió el omega soltando un suspiro rendido.

-Y a él parece encantarle -dijo soltando una risa divertida.

Y aunque no lo hacía sentirse del todo cómodo,
debía de admitir que en cierto punto le gustaba que
su esposo lo mimara de aquella forma porque
significaba que pensaba en él. Estaba decidido a
pensar en algo desde ya para cuando le toque
consentir a su esposo en su día especial.

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Cuando Taehyung salió del vestidor no se
encontró con su esposo por ningún lado, por lo que recorrió los pasillos en su búsqueda. Preguntó a los guardias y éstos le dijeron que lo vieron en la biblioteca, entonces fue hacia allí.

Antes de llegar allí notó a su esposo salir del lugar, y cuando sus miradas cruzaron, el alfa lo observó de arriba a abajo como cada vez que terminaba de vestirse; admirandolo con amor. Taehyung se acercó a él y pudo ver el momento en el que una sonrisa adornó sus hermosos labios cuando notó que traía una de las tiaras que le regaló.

Entonces no pudo decir nada al respecto por haberle regalado demasiadas. Simplemente le sonrió y se colocó en puntitas para dejar un beso en una de sus mejillas.

-Gracias por las tiaras, Kook. Son preciosas -agradeció sincero, porque en verdad agradecía el hecho de que su esposo siempre quisiera obsequiarle cosas para verlo feliz-. Aunque con una sola yo hubiera estado más que feliz.

Jungkook tuvo ganas de estrecharlo en sus brazos durante horas por lo bonito y adorable que se veía en ese momento. La tiara que quedaba bellísima y por alguna razón hoy parecía brillar más que otros días, quizás por el día tan especial o el hecho de que era el primer cumpleaños del omega que pasaban juntos.

-Eso no es nada, mi amor -dijo, y llevó sus manos a cada lado de la cintura contraria,
acercándose para dejar un tierno beso en la punta de su nariz-. Iba a regalarte veinte, pero solo alcancé a hacer diez bocetos. Y valió la pena totalmente porque de te ve preciosa. Digna de ti.

-Gracias, Kook -respondió el omega bajando la mirada avergonzado por tan lindas palabras, y sus manos fueron instintivamente al cuello de su esposo-. ¿Qué estaba haciendo? ¿Buscando un libro?

𝑹𝒆𝒊𝒏𝒐 𝒁𝒂𝒇𝒊𝒓𝒐 |  𝑲𝒐𝒐𝒌𝑽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora