Matias se retiró a la cocina, que quedaba al inicio del pasillo, para dejar las cervezas y el vino.

conocía los nombres de todos, solía verlos y saludarlos por videollamadas cuando Matias estaba filmando, pero era muy diferente conocerlos físicamente por primera vez.

el pelinegro, a quien conocía como Enzo palmeo el lugar en el sofá junto a el, invitándola a sentarse.

lentamente se acercó. los demás siguieron en su platica a la cual Matias se incluyó rápidamente.

-un gusto conocerte finalmente.- soltó Enzo cuando esta tomo asiento a su lado.

Scarlet se quito el cabello de la cara, sonriéndole.

-el gusto es mío, Matias siempre habla maravillas de ustedes.

-qué casualidad, a nosotros siempre nos habla maravillas de ti.

ambos rieron levemente.

-¿de dónde eres?, tienes un acento peculiar; me gusta.- hablo Enzo directamente, tomando por sorpresa a la chica.

le gustaba cuando la gente era directa.

-de Roma.

-anda, ¿y el español de donde lo sacaste?

-mi madre es argentina.

Enzo asintió observando el rostro de la chica. no lo negaría, era hermosa.

Scarlet comenzó a sentir su rostro caliente bajo la pesada mirada del pelinegro, aunque no le molestaba.

-¿queres algo de tomar?, recién noto que no te ofrecieron nada aquellos brutos.- dijo después de unos segundos, apuntando a Agustin y Matias.

Scarlet asintió levemente.

Enzo se puso de pie.

-¿qué te traigo?

-te acompaño.- soltó la chica parándose, sin pensarlo.

Enzo sonrió de lado viéndola, notando la diferencia de altura. asintió dirigiéndose al pasillo con la castaña detrás

-¿van a la cocina?, me traes una cerveza, Scar.- hablo Matias.

Scarlet asintió sonriéndole sin más, volviendo su mirar al frente. Enzo la veía fijamente, cosa que la hizo estremecer levemente, este el sonrió volviendo a caminar.

Scarlet lo siguió, rápidamente llegaron a la cocina.

-¿qué te sirvo? - pregunto Enzo, abriendo el refrigerador, la chica tomo asiento en uno de los bancos de la barra. -hay... cerveza, cerveza, más cerveza, agua, uh, más cerveza, y un vino que presiento que trajiste tu. - solto este sacando la botella de vino. Scarlet rio asintiendo.- vino será. no se dónde tenga las copas, ¿te molesta si te sirvo en vaso?

-no te preocupes.- sonrió la chica, poniéndose de pie para tomar la cerveza de Matias mientras el pelinegro le servía su vino.

-¿te saco una cerveza para ti?

-sí, por favor.

Scarlet sonrió sacando la segunda cerveza.

la abrió para dársela a este mientras el mismo le entregaba su vaso de vino.

-gracias.- dijeron ambos al mismo tiempo.

se vieron con una leve sonrisa antes de salir de la cocina.




































































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pasaban de la 1 am, temprano para algunos, tarde para otros.

aunque la mayoría estaban más que ebrios, incluyendo a Matias.

durante toda la noche, Scarlet había platicado bastante con todos los chicos presentes, pero no se habia separado del lado de Enzo.

¿o Enzo no se había separado de su lado?

ahora mismo, Enzo y la chica charlaban de cosas variadas; tenían bastante en común, mientras los demás cantaban o charlaban como podían de lo ebrios que estaban.

-no quiero ser la que rompa la conversación, pero creo que debo llevar a Matias a casa. ya se ve muy mal, y mañana estará solo en casa, si toma más, vomitara todo.- suspiro Scarlet, sonriéndole con pena a Enzo, quien asintió viendo al chico.

-no te preocupes. ¿manejaras tu?

la castaña negó.

-vinimos en uber, sabía que tomaría y yo aun no me animo a manejar.- soltó esta levemente avergonzada, Enzo la vio con ternura.

-yo los llevo, mañana trabajo. vamos a despedirnos.

Scarlet sonrió asintiendo.

































































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Enzo había tenido que ayudar a Scarlet a llevar a Matias hasta la cama, el chico no podía ni mantenerse en pie por sí mismo.

y en cuanto el pelinegro lo dejo en la cama y Scarlet le quito los zapatos, este comenzó a roncar.

-gracias por la ayuda.- soltó la chica bastante apenada mientras caminaba junto al pelinegro hacia la salida de su casa. -normalmente no toma tanto.

-no te preocupes, no fue nada. igual donde me quedo está cerca. - sonrió Enzo cuando llegaron a la puerta, la castaña lo vio fijamente.- por cierto, nuestra platica no tuvo final, ¿podrías darme tu número?

Scarlet sonrió, asintiendo. el pelinegro se sacó el celular del bolsillo del pantalón para dárselo a la chica, quien rápidamente apunto su número mandándose un mensaje.

-aquí esta... - sonrió Scarlet regresándole el celular, notando que este la veía fijamente sonriendo.

-Matias tiene bastante suerte. - susurro el hombre sin despegar su mirada de los ojos de esta, quien comenzaba a sonrojarse sorprendida. tomo su celular, dejando un rápido beso en la roja mejilla de esta para voltearse a abrir la puerta. -¡ten linda noche!

Scarlet lo vio en silencio unos segundos, caminar por el patio hacia la reja.

-¡adios!- exclamo la chica antes de que el pelinegro saliera de la propiedad, quien volteo despidiéndose con la mano, dedicándole una sonrisa.

Scarlet se mordió el labio recargándose en el marco de la puerta.




































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SHE ! ; ENZO VOGRINCIC | MATÍAS RECALTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora