— ¿Que te hace tanta gracia gustabin?
— Usted a decir verdad
Y esa vez simplemente no pude más, quería borrar la su estúpidamente bonita sonrisa de su cara. Los insultos no servían y los porrazos menos, así que hice lo único que se me ocurrió para quitarle esa mueca de victoria.
Lo bese
No fue un beso suave o mucho menos cariñoso. Si tuviera que describirlo con una palabra seria:
Terapéutico
Después de todos los problemas que me había dado, después de todas las veces que había desafiado mi autoridad, pero sobre todo después de toda esa tensión acumulada en todo ese tiempo, se sintió como si hubiera consumido todas las drogas juntas.
No podía creer que aquí estaba ese maldito egocéntrico e incapaz de doblegarse ante un superior, siendo arrinconado en una pared por mí, estaba devorándole la boca sin tregua mientras el se comportaba como si fuera mi putita que me dejaría hacer cualquier cosa con él que yo quisiera.
Ese simple pensamiento en ese momento hizo que me apretaran los pantalones de una forma casi ridicula, haciendo que retrocediera para apaciguar la necesidad que estaba prácticamente quemándome vivo y provocando que mucha sangre se concentre en una parte en específico de mi cuerpo.
— Pasa abuelo ¿no puedes seguir? ¿que es? ¿el marcapasos ya no le da o ya no se te para?
Aunque en ese momento sé que lo dijo solo para provocarme para que siguiéramos (ya que por mucho que lo intentara disimular se notaba lo desesperado que estaba por continuar). Fue lo que me hizo decidirme que si no servía que con los porrazos me respetara, tendría que usar otro tipo de porra.
Desperté de mi pequeña ensoñación cuando me di cuenta que pensar en eso no fue una buena idea, ya que el espacio en que estaba aprisionado mi pene se empezó a sentir muy pequeño y mi temperatura corporal subió tanto que ya sentía que empezaba a sudar.
Me removí incómodo de en mi silla esperando que la incomodidad pasara, pero lamentablemente ya le había dado paso a los recuerdos y eso no ayudaba nada a mi problema que cada vez era menos pequeño.
Solté un suspiro mirando al techo y me resigné a que sólo había una forma de solucionar esto, igual hasta era una forma de relajarme.
Empecé a desachocharme el pantalón mirando la puerta, por un momento pensé que era arriesgado hacerlo sin siquiera poner el pestillo, pero a decir verdad la gente que me vio subir aquí lo último qué querrían es venir a este despacho y los que no lo presenciaron, este sería el ultimo lugar donde me buscarán.
Además no es como si yo y Gustabo no hubiéremos echo cosas peores aquí.
Pensar en eso hizo que empeorara (o mejorara depende de cómo lo veas) mi situación y que empezara a intentar liberar mi miembro con más desesperación.
Cuando por fin pude sacarlo no espere para acariciarlo muy lentamente. Bajando mi mano de arriba a abajo de manera casi tortuosa. Pero así es como lo hacía Gustabo.
Amaba torturarme y obligarme a pedirle más.
Y por mucho que le negara, no hay nada que me exitara más que ver su cara mientras me me miraba con lujuria esperando que cayera y le pidiera que me vaya más rápido o que dejara de jugar conmigo.
Solté un incontenible jadeo por la imagen y empecé a mover mi mano un poco más rápido mientras pasaba el pulgar por la punta para esparcir el líquido que estaba saliendo de ahí al resto de mi miembro.
Dios hace mucho que no hacía esto y se me olvidó lo bien que se sentía.
Tire mi cabeza para atrás mientras cerraba los ojos para poder disfrutar mejor la sensación, pero sobretodo para poder imaginarme de manera más nítida que era la mano de Gustabo la que me estaba masturbando y no la mía.
— Bombón— gemí bajo
Así es como lo llamaba cuándo quería más
Al instante mi mano empezó a moverse más rápido sin necesidad que mi cerebro lo ordenara, probando un chapoteo (que esperaba que no se escuchara desde afuera) por lo mojado de líquido preseminal que estaba mi pene a este punto.
Ya estaba ansioso por correrme por lo que moví rápido mi mano mientras con la otra empecé a acariciar mis huevos para tener más estimulación, y funcionó ya que no puede evitar gemir el nombre de Gustabo apenas lo hice.
Pero necesitaba algo más, una imagen o algo que me permitiera acabar. Y como si mi cerebro me diera un premio trajo a la luz la perfecta imagen de Gustabo chupándomela de manera deliciosa en esta misma silla.
Sin poder contenerme más me corri en mi mano acompañando de un gruñido casi animal.
Seguí moviendo mi mano un poco más y me detuve satisfecho y con la típica felicidad post orgasmo.
Me recosté un poco el el respaldo e intenté buscar con la mirada algo con lo que pudiera limpiar este desastre cuando siento como abren la puerta de golpe.
Me quedo completamente inmóvil pero me tenso cuando veo que no es un agente que se equivocó de sala, si no que la persona que me provocó una erección y por la que me corri de forma abundante hace unos pocos minutos.
— Pensé que como me ignoraba ya no pensaba en mí de esa forma superintendente —
Me le quedé mirando plasmado, qué cojones está pasando.
— Por su cara veo que masturbase en su despacho, mientras gime mi nombre, con la cámara del pecho activada no era una forma poco discreta de ligarme —
Como si me pegaran una descarga eléctrica reaccione y me di cuenta de lo que acabo de hacer y que Gustabo y a saber cuantos más acaban de presenciarlo.
Y como si no fuera suficiente con eso sigo sin pantalones y con residuos en mi entrepierna.Rápidamente tomó los pañuelos que había visto y me intentó poner presentable lo más rápido que pueda.
Cuando terminó finjo una seguridad que no tengo y me incorporo como si nada hubiera pasado. Pero al ver que Gustabo no se mueve y vuelve a tener su sonrisa triunfante que empezó todo esto me decido a hablar.
— Tengo trabajo, retírate —
— Que raro yo pensé que ya había terminado —
Cerró la puerta y se apoyó en ella sin borrar su insufrible sonrisa.
— Déjate de bromitas y lárgate de mi puto despacho —
— No hasta que me de un acenso —
— Y porque yo haría algo así gilipollas —
— Porque si no les dire a todos lo que vi, y quedara con un viejo verde —
— Y yo diré que estás chalao y te rebajaré a alumno —
— Pero —
— No lo volveré a repetir Gustabín —
— Okey ya entendí me voy — vi como se daba la vuelta para irse pero justo antes de abrir la puerta volvió a hablar — pero sólo digo que ya estoy de vuelta, así que si necesita ayuda con su "trabajo" yo siempre estoy disponible
Vi como me guiñaba un ojo antes de irse por la puerta dejándome con una mueca que no en mucho tiempo se transformó en una sonrisa.
:)
camaras
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