"Sabía que iba a putearte por un largo tiempo
Sabía que desearía que hubieras cambiado tu opinión
Sabía que me extrañarías cuando todo terminase
Sabía que amarte me haría perder la cabeza"Cardigan (Demo) - Taylor Swift
(Delfi's Version)
La verdad me siento rara.
No soy yo misma, ya no veo a la que veía meses atrás cuando me miraba directo al espejo, en cambio ahora podría quedarme ciega mirando el Sol, pero nunca a mi reflejo.
Haber pérdido a Matías fue una especie de duelo para mi. Nunca entendí o creo entender qué es exactamente lo que pasó. Sin embargo, me siento aliviada de saber que ya no me miente en la cara, me siento aliviada de saber que mis sospechas eran ciertas.
Pero no me sentí aliviada cuando terminó. Solamente miro mi telefono seis billones de veces por día y no hay nada, obviamente. Nada.
Mis amigos me dicen que no es mi culpa, pero también era parte de lo que teníamos, ¿siquiera teníamos algo? Según él no me entendió nunca, y si no me entendía, ¿por qué quedabamos tan bien juntos?
Mi pieza era un manicomio y el chiste de "está hecho para mi" no faltaba. Aunque algo de verdad había en esas palabras, una vez esa misma pieza fue un nido de cariño puro. Todos esos días que dormimos siesta con el Gordo Luis entre nosotros ya no estaban más. La cadenita con su inicial, los anillos de papel falsos, nuestras fotos ahora quemadas, la calle "Corrientes" que no vamos a volver a recorrer y ese estúpido pédido en Año Nuevo de que su risa no se volviera algo que podía reconocer en cualquier lugar.
Ya no somos "Mati y Delfi", ahora es un Matías distanciado a renglones de Delfina.
El dolor en la gárganta y en el pecho de todas esas noches de llanto desconsolado me obligaron a ir al médico, donde me dijeron que tenía todo raspado de tanto mariconear.
Siendo sincera no me acuerdo mucho de la noche que lo dejé en su departamento, éramos dos aspirantes a ser poetas y un muerto, no había que recordar porque el muerto era yo. Lo único que sé es que fui a la casa de mis papás y lloré desconsolada en los brazos de mi mamá, como si fuese una nena a la que le robaron su juguete preferido.
Es Noviembre, pero yo me siento como un cadaver desde Septiembre. Sé que mis cachetes siguen igual de rosados que siempre y que es otra la que usa su camisa de franela.
Pensé que por primera vez en mi vida iba a animarme a decir "él me ama", pero para Matías siempre fui un Ángel, nunca un Dios.
Aunque mi lado egocentrico sabe que nadie lo va a amar como yo. Porque lo conocía, sabía que él sabía que fue como Peter perdiendo a Gwen, como un papá yendose y asumiendo que porque sos joven no sabes nada.
No me respetó, ni se esforzó bien por recuperarme y caer con los dos pies, se rompió uno y por eso nunca iba a poder ver la marca de nacimiento que tengo en mi hombro. Soy consciente de que escribo mucho de él, pero algo en mi interior espera que vayamos a buscar ese café en la panadería que conocimos juntos y eso me mata porque ambos sabemos que hay cosas que nos quedamos sin decir.
Y no. Si se lo preguntan; mis esperanzas por sus esfuerzos continuaron hasta que salí de su departamento y esperé un ratito en el pasillo, pero me dejó ahí, como si supiera que solamente tenía que hacermelo saber e iba a estar en su puerta.
Conocerlo fue una prueba de mi paciencia y hay cosas que nunca vamos a saber porque él era un Sol y yo tuve que retirarme porque tenía a todos en la mesa tirandome unos +4. Al final del día del que me desperté sabiendo todo; fui a dormirme esperando que Matías se abriera para realmente saberlo todo.
—Dale Delfi, tenemos que salir de acá un poco— Briana me habla, pero apesar de eso yo no quiero escucharla— Deja de llorar, mi vida, vamos a estar bien.
—Yo lo quería como a nadie, Bri— respondo con la voz tan frágil como un cristal y mi amiga se acuesta a mi lado para abrazarme sin dejar de consolarme.
—Ya sé, chiqui— apoya su cachete en mi cabeza y me acaricia el brazo con delicadeza— Y eso nunca vamos a aprender, ni siquiera habiendo estado así antes.
—Nunca había conocido a alguien tan perfecto para mi.
—Pero lo vas a superar.
Otro sollozo se escapó y eso solo hizo que Briana me abrazara más fuerte, como si tratara de que esa tristeza se quedase en ella y se fuera de mi.
—Delfina sos tan hermosa y tan inteligente que me mata que pienses que no lo sos solo por él— ella comienza a hablar en su tono de mamá, un tono que conocí cuando todo esto empezó— No tenés que encerrarte en esto que te pasó, todavía te queda un largo camino que recorrer y no creo que el tiempo te haga cambiar de opinión. Sé que ese tarado no te va a lástimar más mientras vos puedas dejarlo ir.
Las palabras de mi amiga hacen que me tránquilice. Aunque eso no iba a hacer que esa noche no dejara de pensar en Malena en la cama de Matías.
No podía sacarme de la cabeza la forma en la que ella le hablaba y como estaba en su cama. Quiero ahogarme en una botella de su perfume, cortarme el pelo como ella o aprender su forma de dar amor, porque así capaz Matías me elija a mi.
Ya habían subido fotos juntos. Celebrando meses de relación, él le dedicó palabras que yo ya había leído porque era yo la que estaba a su lado cuando las escribió y también era yo la que estaba en su cabeza.
Tuve que pedirle a Bri que lo elimine de todos lados como un favor. No quería escuchar de él y de Malena, ni uno de ellos sabía lo que era enamorarse de la parte que nos permiten ver.
—Si te sirve de consuelo sos mi persona preferida en todo el Universo observable— ella rompe el silencio y me hace soltar una risita.
—Vos la mía, putita.