—Ya, tranquilo, ¿Qué fue lo que dijiste antes? —indagué.

Él levantó su cabeza y observó a Avery, la cual estaba conversando con Daisy.

—La pasarela tendrá tres parejas y cuatro chicas y cuatro chicos en solitario —informó.

Los ojos de José Daniel se abrieron con horror. Tragó saliva y giró su cabeza lentamente en dirección a Avery—. ¿O sea...?

—Exacto —interrumpió Mateo, entrando en escena luego de que terminaran de remendar su traje—. Las parejas modelarán conjuntos. Y sí, tú estás entre esas y te tocó con Avery.

José Daniel se puso tan rojo que se me hizo imposible no compararlo con un tomate. Empecé a reír con el globo entre mis labios mientras los demás también se burlaban. José nos miró con advertencia de muerte, pero aun así no callamos. El único que no reía aparte de la víctima, era Sebastián, algo que fui la única en percatarme.

—¿Estás bien? —quise saber. Él asintió con lentitud, con sus mejillas pintándose de un rojo cobrizo bastante adorable (no se note el favoritismo)—. ¿Seguro? No parece.

—Creo que me tocará modelar con Diana —dijo, mirándome por fin, con sus ojos mieles suplicantes y muy nerviosos—. Daisy me lo dijo. ¿Ahora qué hago?

—Enfrentar —contesté, encogiéndome de hombros—. ¿Por qué los hombres siempre se pasan burlando de las mujeres diciendo que nos ponemos nerviosas ante ellos, cuando en realidad ellos se ponen peor? —me burlé, refiriéndome a mis dos amigos con problemas de amoríos. Mateo fuera de esos, de no ser por mí. Sebastián suspiró y apartó la cabeza—. Estarás bien, te lo aseguro. Diana es comprensiva y entenderá si estás nervioso.

—¿Que yo qué?

Diana y Violetta se comenzaron a acercar, con su ropa puesta también. Por su combinación, me pude dar cuenta que sí, Diana sería pareja de Sebastián y Violetta de Mateo. Bueno, para esos tortolitos está súper bien. En cambio, para los otros que están más perdidos que un gato en un laberinto, no creo que sea tan así.

—Se ven muy lindas —alagó Mateo, dándole un abrazo a Violetta por detrás y acentuando su barbilla en su cuello. Violetta sonrió en respuesta y acarició su rostro.

—Fingiré que también me lo dijiste a mí —dijo Diana, enfocando con su celular la escena entre la reciente pareja en nuestro grupo de amigos. Continuaba aún con su live, y la gente no paraba de comentar acerca de lo que pasaba aquí.

—Pero también te lo dije a ti.

—Sí, claro.

—Deja el odio. No es bueno, Dianita —bromeó Violetta.

—Oh, ja, ja —rodó los ojos.

Solté a Sebastián y lo impulsé a acercarse, pero dejé de hacerlo cuando ví que parecía haberse hecho piedra en su lugar. Negué con mi cabeza y arrimé mi espalda en la pared.

—Fer —la llamé, a lo que me gané su mirada—. ¿Ensayaremos hoy?

—Sí, cuando terminemos esto.

—¡Que no! —oímos otro grito de Daisy.

Mateo intercambió una mirada con Demian desde la distancia, causando carcajadas de parte de ambos. Ni idea de lo que se quisieron decir, pero ni modo. A veces los hermanos se conocen tan bien que se comunican con una mirada.

—¡Ivanna, Fer, saluden para sus nuevos fanáticos! —Diana nos enfocó. Y, aunque no lo queríamos hacer porque a Fernanda le parecía innecesario y a mí me daba pereza, tuvimos que saludar con la mano—. Están preguntando que cuándo harán otra presentación juntas.

Rumania High SchoolWhere stories live. Discover now