Konosuba: Un trato con el demonio de la radio.

Un trato con este demonio de la radio (Prólogo)

– O-Oye, puede que sea algo tonto, pero, ¿Aceptar el trato de un demonio? No caeré en eso.

– ¡Haha!... He de admitir que por un segundo dudé de tu inteligencia - Alastor corta la frase con un sorbo de... eso no es café - pero me alegra saber que tienes algo en ese cerebro humano.

– ¿Me debería sentir...?

– ¡Haha!... Siéntete halagado - Alastor se puso de pie. - Pero dejando eso de lado... quiero que escuches bien y dime si estoy en lo correcto. - el demonio con un chasquido hizo que la atmósfera cambie a una parecida a un consultorio. - El pequeño niño hikikomori quiere vivir la vida en un nuevo mundo pero lastimosamente cuando llega es simplemente patético, no solo eso, si no que obtiene una party de puras mujeres pero ninguna de ellas tiene algún atractivo además de lo físico - Alastor da una risa burlona mientras sostiene su báculo de forma "elegante" - decepcionado y hundido en las deudas... No es la vida heroica que pensabas, ¿o si?

– ...

– Pero. - Todo lo anteriormente mencionado desaparece, dejando solamente el aire frío y la oscuridad. - Por eso estoy aquí... Así que dime. - Alastor acerca su rostro a mi, sus ojos toman forma de reloj y su sonrisa se agranda de oreja a oreja casi de manera caricaturesca - ¿Qué es lo que deseas? - La voz del demonio es ronca, sin su filtro de radio puedo sentir cómo mis músculos se tensan y empiezo a temblar.

...¿Qué es lo que deseo...?

Nunca me había puesto a pensar en eso, siempre me quejo de cómo es mi vida, pero ¿Que deseo en mi actualmente miserable existencia? ¿Acaso mis deseos valen de verdad la pena?... Nunca me gustó el cliché, pero es bastante claro que es lo que quiero.

– Dinero, Poder y... alguien que me ame.

– Que encantador, no es sorpresivo, para nada, pero mínimo es algo encantador, ¡Haha! - Un contrato de tono amarillo junto a una pluma blanca con tinta negra en su punta aparecen en mi mano. - Toma este contrato, puedes leerlo si quieres.

...El contrato es uno justo cómo en mi mundo, las cláusulas, condiciones y recompensas están listadas de manera sencilla y sin letras pequeñas... pero...

– ¿No quieres mi alma? - Vociferé extrañado de la falta de aquella clásica condición de un trato con un demonio.

– No me sirve de nada tu débil y patética alma... Además, no me quiero arriesgar a los problemas con las diosas de tu mundo. En cambio, creo que ya sabes lo que quiero.

– ...

En el contrato estipulaba que al acceder a esto, le daría acceso a Alastor para acceder de lleno al mundo donde morí por el Shogun, además de tener que trabajar para él y conseguirle...

– ¿El cabello de una diosa? - Pregunté con sorpresa.

– Haha, haces muchas preguntas ¿no? - Bramó Alastor con un poco de molestia. - Pero comprendo, quieres estar seguro... El cabello de una diosa irá para un proyecto de protección demoníaca en mi mundo... No es algo que te concierne por ahora, dime, ¿Crees poder conseguir aquel artefacto? - El demonio dijo, con un tono burlesco en la última frase.

– S-Supongo... - Vociferé con duda en mi propia voz, ¿Cómo podría siquiera acercarme a Aqua sin que empiece a sospechar?... Podría intentar usar [Steal] pero no me asegura que funcione. - ¿A-Aunque por qué alguien cómo yo debe darte permiso para entrar a mi mundo? - Pregunté con clara confusión.

– No eres el que me da permiso, eres solo un medium para tener acceso total. Mi alma no es de tu mundo, por eso necesito pasar por alguien para llegar ahí. - Mencionó casualmente el demonio de la radio sin cambiar su característica sonrisa.

– ... B-Bueno... 

– ¡Espléndido!... Ahora... firma.

– ...

Debo pensar bien esto... ¿Vale la pena?... Considerar traicionar a mis amigas de esa manera... Traicionar al Gremio, a todos, con un trato a un demonio... ¿debería?

Recuerdo sus rostros, pasan por mi cabeza las memorias de tantas aventuras y momentos juntos... pasa por mi cabeza lo que me han dicho... Mis deudas...

Esto no fue una competencia en primer lugar, firmé sin dudarlo.

– Bien, querido amigo, nos veremos pronto. - Dijo Alastor antes de desaparecer en las sombras.

"¡Kazuma! ¿¡Qué está pasando!? ¿¡P-Por qué no revives?! ¡¡Kazumaaaa!!" Gritó la diosa de pelo azul.

Mi cuerpo empezó a emitir una poderosa luz blanca mientras mi alma dejaba el lugar mientras la pluma y el papel en mi mano se esfumaban con un incandescente fuego verde.

Podía observar mi cuerpo cambiar al tiempo que subía de vuelta a mi mundo: Mis venas tomaban un tono negro y mi piel palidecía... pero eso solo duró unos segundos, aunque debo admitir que me asustó un poco.

Es hora de ver... que me ofrece.

Que me ofrece, este demonio de la radio.