LOS TESOROS DE MI VIDA

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Pero lo que ella no sabía es que Vegeta llevaba la cuenta, no necesitaba verlo en ningún sitio, ya había pensado... hacer lo mismo que Bulma estaba haciendo... en cuanto cerrara la puerta tras ellos..., y sin embargo ella se le había adelantado, algo que le estaba haciendo tan feliz... qué se dejó caer sobre el suelo haciendo creer a Bulma que ella lo había pillado... desprevenido.

Dejó que fuera ella quien llevara la iniciativa, dejó que le quitara la ropa, que le besara sus cicatrices... la dejó hacer... hasta que no pudo contenerse más, la hizo rodar para quedarse sobre ella y comenzar a besarla... sin compasión, su boca, su cuello..., acariciar todo su cuerpo después de arrancarle la ropa y dejarla... inservible, algo que hizo que Bulma riera mientras seguía besándola, ya que ambos... habían destrozado la ropa del otro...

Lo que no sabía ella era que ese orgulloso príncipe al que ella creía haber sorprendido... lo tenía todo planeado, todo preparado, por lo que tenía una cápsula con ropa para ambos... sobre el panel de control.

Tan ansiosos estaban el uno del otro que no fueron conscientes del tiempo que llevaban allí, sus ojos tan solo reflejaban ese brillo cargado de amor que sentían el uno por el otro cuando entre caricia y caracia esas miradas se unían perdiéndose en esos zafiros azules o esos carbones negros que en realidad estaban tan encendidos que Bulma no podía más que sentir arder todo su cuerpo al mirarlo.

Pero Vegeta no estaba mejor, también sentía arder todo su cuerpo mirando esos zafiros azules, acariciando ese cuerpo nívea, o sintiendo esas manos suaves que estaban recorriendo todo su cuerpo deteniéndose en esas cicatrices reflejo de su vida anterior y que a ella jamás le importó, algo por lo que la ama cada día más y la amará por siempre, y por eso en ese instante...

Vegeta: Bulma...
Bulma: sí... mi amor...

En ese momento estaban todavía desnudos sobre el suelo de la cámara de entrenamiento, abrazados, ella con su cabeza sobre el pecho del príncipe, el lugar favorito de su cuerpo... donde podía escuchar como latía con fuerza... ese corazón que tanto la amaba.

Vegeta (la besa en su cabello antes de hablar): Bulma... han pasado tres meses desde que nacieron los mellizos y... quiero que vayamos con todos nuestros hijos... a la isla desierta donde tuvimos nuestra primera cita, nuestra luna de miel...

Entonces Bulma se incorporó para poder mirar a quien le estaba hablando porque... ese no podía ser su príncipe... su príncipe... nunca quería hacer un viaje en familia, tan solo una vez en su vida lo había hecho, fue por una promesa y jamás había podido convencerlo de volverlo a hacer...

Bulma: quién eres... y dónde está mi esposo
Vegeta: uhm... cómo que quién soy?
Bulma: sí quién eres?, y qué le has hecho al príncipe... Vegeta...

Al darse cuenta del tono con el que hablaba Bulma, Vegeta comenzó a reír, rió con fuerza, sorprendiendo aún más a una Bulma que lo miraba con esos ojos azules como el mar llenos de sorpresa...

Vegeta: Bulma... en este último año... ha ocurrido algo para lo que nunca me preparé... para la posibilidad...

Bulma (poniendo un dedo sobre los labios de Vegeta): shhh... no lo menciones... eso ya pasó, y a cambio... tenemos cuatro hijos preciosos y maravillosos...
Vegeta (acerca más su cara a ella para poder besarla): lo son... porqué los tuviste tú...
Bulma (le devuelve el beso): contigo, contigo y sólo contigo, no los hubiera tenido jamás con nadie más que contigo, te...
Vegeta: te amo (no la dejó acabar, volviendo a besarla pero ahora con más pasión), sin ti yo... no estaría aquí, y es por eso que quiero que pasemos unos días... juntos en esa isla a la que me obligaste a ir y... que nos a llevado hasta aquí...

Después de escuchar todas esas palabras que Vegeta le habia dicho con él corazón claramente en la mano, no pudo mas que ruborizarse mientras le decía la ilusión que le hacía pasar tiempo todos juntos.

ONE SHOTS DE VEGETA Y BULMA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora