Con cuidado te arrodilladaste para hacer el menor ruido posible y ya frente al híbrido, acercaste tu mano a su rostro. Delicadamente apartaste un pequeño mechón estorbosos que seguramente género cosquilleo en su mejilla.

Con un leve movimiento, generaste una luz carmín que paso sobre la cabeza de Spreen hasta que que el mismo chico, comenzó a calmarse pues la pesadilla pudo ser calmada y cambiada a un sueño más cálido.

Cada segundo mirando al híbrido, solo te hacía recordar los pequeños escenarios donde ambos; no importando que tú mantengas la apariencia de la diosa, lograron compartir pequeños momentos que atesoraste en tu memoria.

_"No puedo hacerlo"_ Murmuraste poniéndote de pie.

Sin querer que el sentimiento de culpa invada tu mente, te fuiste rápidamente del hogar de Carre, quien seguía acogiendo al híbrido por simple amistad.
























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//𝐀𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝//

—Así que no pudiste borrar su memoria.— comento tu hermano, pues caminaban juntos por el pueblo central.

—¿Te sería fácil borrar la memoria de alguien que amas?.— interrogaste pero el contrario, simplemente asintió sin dudar—A ver, digamos que me tenés que borrar la memoria a mí... Tu hermana y sabes que podemos perder recuerdos de ambos estando juntos... ¿No te cuestionarías un poco?.—

—No.— respondió sencillamente Drako haciéndote sorprender.

—Ya veo porque el pueblo te odia.— murmuraste aunque el contrario te miro bruscamente.

—¡¿Qué decís?!..—

—Nada.— respondiste con una inocente sonrisa.

Sin embargo, su conversación se vio interrumpida por un fuerte estallido. Confundidos y apunto de interrogar, la respuesta apareció frente a ustedes, más rápido de lo que esperaban.

Notaron como un wither volaba por el pueblo destruyendo las construcciones y apunto de interrogar quienes fueron los causantes, un grupo de chicos había salido del portal del pueblo verde.

—¡Mátalo! ¡Dale mátalo!.— entre esas personas destacaba Spreen, quien gritaba emocionado a los habitantes junto a él.

—¿Ese fue a quien no quisiste borrarle la memoria?.— interrogó burlonamente el menor de ojos esmeralda, recibiendo una mala mirada de tu parte.

Antes de poder decirle algo, escuchaste como el mob había estallado una de las casa cercanas a dónde estaban. Tu mirada viajo a los chicos quienes gritaban entusiastas y disparaban flechas a la criatura, pero entre tantas personas resaltó una vestimenta similar a la suya.

—¡¿Me estás cargando?! ¿De verdad, está dejando que el pueblo central se destruya?.— cuestionó Drako quien no podía creer que el nuevo hijo este haciendo tal barbaridad.

—Vayamos a poner un alto.— ordenaste comenzando a caminar hacia los habitantes siendo seguida por tu hermano.

En el lado de los desastrosos, varios estaban emocionados ya que el wither era un especie de piñata la cuál golpear, pero en uno de esos ataques.

—¡Pendejo! ¡La iglesia!.— grito Juan al notar como una de esas características bombas que soltaba el mob, se dirigían hacia la construcción.

Todos esperaron lo peor, sin embargo, la explosión nunca llegó. Apreciaron como la criatura se encontraba congelada en el aire con el ataque a pocos metros de impactar contra el techo de la iglesia.

—¿Hiciste eso tú?.— interrogó Axozer a Juan, quien negó.

Escucharon como alguien aclaraba su garganta, por lo que giraron notando como el par de celestiales estaban detrás de ellos, ambos con miradas no tan agradables.

Apunte de querer hablar, fuiste interrumpida por tu hermano.

—¡¿Por qué carajos invocaron un wither?!.— pregunto exaltado haciendo sobresaltar a varios de los presentes.

—Cálmate Drako.— ordenaste mirando de reojo al mismo, quién dio un par de pasos hacia atrás y tomar aire para calmarse—Chicos, ¿Por qué invocaron un wither? Si es que puedo preguntar.—

Los chicos se miraron unos a otros sin saber que decir, hasta que la traición llegó.

—¡Fue Spreen!.— grito Perxita empujando al mencionado, quien volteo a mirarlo de muy mala manera.

—¿Spreen?.— llamaste cruzándote de brazos a lo que el chico te miro con una inocente sonrisa.

—Recuerda que en cualquier momento puede decir tu secreto.— se acercó Drako a susurrar en tu oído.

No dijiste nada y solamente quisiste escuchar la explicación del híbrido.

—Bue' es cumpleaños de Auron y le regale un wither, pero termino yendo a los portales.— explicó sencillamente y sin tanta importancia.

—Que regaló, tan... Cuestionable.— murmuró Drako—¡¿Y vos?!.— nuevamente exaltado hablo, pero está vez mirando molesto a Juan—¿Ibas a dejar que se destruya la capilla?.—

—¡No! Solamente, pues... Ya saben, a veces pasan errores.— hablo cada vez más bajo y avergonzado el mago de segunda.

—Juan, tenés que poner primero las prioridades y luego los juegos.— indicaste también mirando al de anteojos—Tendré que informarle al Profeta sobre tus actos.— suspiraste cansada, ya que ciertamente no tenías muchas alternativas.

La mirada de Spreen viajo hacia el chico de vestimentas celestiales, quien bajo la mirada con pena y tristeza.

Tal vez fue porque tenían un conflicto ahora mismo, pero decidió hacerte frente.

—Cálmate boluda, el pelotudo de tu hermano hace más cagadas que todos nosotros.—

Todos miraron sorprendidos al híbrido, quien tenía una calmada y simple sonrisa en el rostro.

—Pendejo, no la insultes cabrón.— murmuró Quackity al chico, quien pareció no interesarle sus palabras.

—Dirígete a mi con respeto, joven Spreen.— ordenaste mirando al chico, quien cambio su sonrisa a una arrogante.

Ambos quedaron en un duelo de miradas, donde todos lograron sentir la tensión en el aire.

—Si saco una tijeras, te aseguro que puedo cortar el hilo de tensión.— murmuró Ampeter a Auron, quien asintió.

Decidiste tomar la iniciativa de cortar la tensión, apartando la mirada y simplemente chasqueaste los dedos.

Las personas en el lugar apreciaron como el wither desaparecía dejando pequeñas partículas moradas.

—El wither está en la casa de Auron, se descongelará en exactamente quince minutos.— comentaste haciendo que los presentes miren sus relojes—Les recomiendo correr.—

Acataron tus órdenes y en cuestión de segundos ya se habían alejado del lugar y correr hacia los portales.

Ambos hermanos miraron por dónde se habían ido los jóvenes, hasta que el menor corto el silencio.

—Debiste borrarle la memoria.— dijo cruzándose de brazos y con un suspiro cansado, decidiste responder.

—Lo sé.—

𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora