Capítulo 7 - Monstruos entre el camino y la lluvia

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Debía recuperarse para lograr la segunda parte del proceso. Mipha aunque pequeña vio al huevo del que sería su teórico hermano. Era chiquito dentro de su huevo más pequeño de lo normal, la pregunta que todos se hacían al ver él huevo era:

¿Sobrevivirá?

¿Resistirá?

La mujer al ver como su hija buscaba ver el huevo de su hermano, bajo un poco los brazos para que lo viera. La joven lo vio, sí que era bastante chiquito pero protegido del mundo en ese huevo transparente. Sus ojos estaban permanentemente cerrados hasta que el huevo de haya abierto su único contacto por el mundo son las sensaciones que le transmiten. Mipha puso su mano suavemente y el huevo reacciono a su toque, ella se asustó un poco, pero la madre le calmo una cálida sonrisa.

–Se llevarán muy bien.

Dijo ella.

–¿Qué nombre le pondrás?

Dice el Dorphan, mientras le ponía el collar con las más pulidas y hermosas, piedras luminosas.

–Lo decidiré cuando salga del agua.

La ceremonia siguió como debía, los instrumentos Zora sonaban como los niños jugaban y todo estaba perfectamente decorado, los artesanos se habían lucido en su propio trabajo en la ropa y las demás vestiduras de Azura, mientras ella ayudaba a su hija a ponerse sus prendas para la festividad. El huevo del infante se encontraba allí en la sala. Los huevos Zora a diferencia de otras razas no pueden crecer en superficie, generalmente el habitad idóneo eran las profundidades de los Dominios Zora, tan profundos que no entraba nada de luz, era solo oscuridad. Alli hay grutas donde las madres pueden que quedarse con los huevos.

La mitología de los Zora comenta que cuando somos huevos tenemos vida, pero nuestra conciencia es inexistente, es cuando una madre o padre baja a punto más alejado de la superficie cuando la voz del agua nos otorga una conciencia. Según la cultura los Zoras están hechos de la consciencia del agua hecha carne y sangre por lo que los huevos debían tocar el corazón del agua.

Mipha veía a su madre con su atuendo ceremonial, llena de gemas luminosas para que en medio de la oscuridad encuentre el camino. Cuando llego el espectáculo Mipha vio cómo su madre caminaba en el agua con el huevo en sus brazos. Caminar en el agua es solo algo que contados de su especie podían hacer, ella lo hacía como un espectáculo a esa conciencia del agua que la bendijera con su hijo sano y salvo.

Luego solo se hundió como si fuera jalada al fondo del agua, el huevo se abriría cuando estuviera en condiciones.

. . .

La lluvia no daba indicios de algún momento parar, al contrario, las nubes grises parecían querer tomar más terreno.

–Ejem...Perdona, perdona. Me llamo Gruve y pertenezco a la tribu de los Zora.

El Zora azul mira hasta debajo de la torre, temiéndole a la altura que tenía luego miro hacia más allá. Link no miraba nada tal vez los ojos de los Zoras estaban hechos mejor que el de los Hyliano.

–¡Príncipe Sidon! ¡Encontré a uno! ¡Es un Hyliano, aquí mismo!

Al no tener respuesta se sintió bastante incómodo.

–Hum...Parece que el príncipe Sidon no puede escucharme.

–Estamos a una buena distancia del suelo, no creo que llegue a escuchar tú voz.

Miro anonadado, mire hacia donde miraba, pero todo era tan poco visible, los arboles de lejos eran más claros. Grito mucho más fuerte pero no pareció haber respuesta tampoco.

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⏰ Última actualización: May 01 ⏰

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