19 | Nos vemos en el infierno

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Acercó la daga a la mejilla del hombre y le hizo una pequeña cortada, el hombre apartó la cara sintiendo un leve ardor, forcejeo y sintió como las cadenas terminaron rompiéndose, sin embargo, él se quedó en su lugar actuando como si no estuviera libre. Buscando el momento adecuado para poder escapar.

—¿Ya estás lista para matarme? —le pregunto.

—Yo siempre estoy lista para acabar con la vida de un maldito que no sirve para nada.

—Hazlo de una vez hija de puta.

La mujer se levantó de la silla y de una patada la alejo para que no le estorbara. Se acercó al hombre lista para asesinarlo, no llego hacerlo porque él en un rápido movimiento se levantó de la silla y le dio un fuerte golpe en la cara a la mujer, la cual retrocedió aturdida ante el golpe que había recibido y maldijo en lo bajo. El hombre no dudo en salir corriendo buscando alguna salida, se dio cuenta que todas las celdas estaban vacías, no había nadie más en las mazmorras.

Al final de un pasillo oscuro se encontró con una puerta grande y vieja, sin perder más tiempo la empujó con fuerza ya que no cedía con facilidad. Cuando por fin logro abrirla y salir de aquel lugar en el que llevaba tiempo encerrado lo recibió la lluvia y un fuerte viento. Miro hacia todos lados, sin embargo, no lograba ver nada ya que la hierba era demasiado alta como lograr ver dónde se encontraban las casas. Salió corriendo entre la hierba para escapar de la mujer que lo quería matar.

El hombre seguía corriendo sin lograr ver algo, todo estaba oscuro y la lluvia no ayudaba. Se detuvo cuando vio dos senderos y siguió el de la derecha con la esperanza de llegar a una casa y encontrarse con un asesino. Él prefería volver a encontrarse con los asesinos a que la mujer lo matará. De algo estaba seguro y es que está vez si diría toda la verdad.

—¡De aquí no sales —grito la mujer.

Él miro a todas partes buscando verla. Siguió corriendo, sin embargo, su pierna comenzó a doler, tenía una gran cortada en ella y aquello provocaba que no pudiera correr del todo bien. Tenía que idear algún plan porque sino terminaría muerto como sus demás compañeros, se detuvo y se sentó en una piedra, cortó la tela de su playera y se la ato en la pierna protegiendo la herida que tenía. Muy dentro de él sabía que no iba a poder ganarle, él estaba entrenado pero ella lo estaba aún más, estaba entrenada para acabar con todo lo que fuera un problema.

—Joder —mascullo sintiendo impotencia.

Los pasos se escucharon cuando sus botas pisaron el agua. Ella se escabullo aprovechando la oscuridad, sonrió cuando lo vio ahí parado indefenso, con cautela se fue acercando hasta que estuvo tan cerca para darle un golpe logrando que cayera al lodo, trato de encajarle la daga, pero él le dio una patada para alejar, le dio el tiempo para levantarse y dar una pelea justa.

—¿Te atreverás a pelear conmigo? —se le burló.

—No voy a morir tan fácil.

—¿Qué más da? Al final vas a morir.

Él tiro el primer golpe en el abdomen y ella se lo devolvió en la cara provocando que le saliera sangre de la boca, este solo escupió la sangre y le dio una patada en la pierna buscando que cayera, sin embargo, se mantuvo de pie a pesar del dolor.

No iba a dejar que huyera. No iba a perder la batalla, ella iba a ganar.

Saco la daga lista para clavársela y acabar con el maldito que quería arruinar su plan. El retrocedió cuando trato de encajarla daga en el abdomen, siguieron dándose golpes mostrando el entrenamiento exhaustivo que recibieron por varios años.

—¿Vas acabar conmigo? —pregunto él cuando sintió que ya no podía más.

—Recuerda que estamos entrenados para esto. No hay sentimientos de por medio.

—Nos conocemos de años —murmuro.

Ella se alejo un poco y lo miro incrédula. En verdad creía que podría convencerla de no matarlo.

—Mi lealtad siempre será para ellos.

—Esta bien —mascullo —lo acepto.

La mujer no dudo en acercarse y clavarle la daga en el abdomen. El hombre cerró los ojos ante el dolor, saco la daga y se la volvió a encajar en repetidas veces asegurándose de acabar con él, cuando estuvo conforme lo dejo caer. El cuerpo sin vida del hombre cayó al suelo y ella limpio la daga con una tela que llevaba consigo.

—Listo. He acabado con el problema.

Pensó en ocultar el cuerpo, sin embargo, optó por dejar el cuerpo ahí tirado para que al día siguiente lo encontrarán, sería divertido ver cómo todos buscarían al que había asesinado al hombre, aunque sabia que sospecharían de ella no le importaba, no había pruebas.

Nota:

¿Quién creen que fue la asesina?

Les dejo una fotito de lo que va a pasar en el siguiente capítulo, ¿Quiénes serán?

Les dejo una fotito de lo que va a pasar en el siguiente capítulo, ¿Quiénes serán?

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