•°•° Demontha no boken < Tomo 2 > •°•°

ᶜᵘᵃⁿᵈᵒ ᵈᵒˢ ᵉⁿᵗʳᵉⁿᵃᵈᵒʳᵉˢ ᵖᵒᵏᵉᵐᵒⁿ...

— Eres muy femenino y bastante idiota, me das pena —Guardo sus respectivos pokemon, dejando solo a Fenekkin para que siguiera jugando con Mar— Solo por eso te ayudare.

— Eso es bastante ofensivo —Susurro mientras Ayun lo guiaba a la hierba alta—-.

— Sabes lo básico ¿No? —Vio como asintió, pudo visualizar a un Rals, asi que lo señaló—.

— Si, ahora debo de atacarlo ¿No? —Miro a Ayun aunque no podía evitar sentir felicidad—.

—Claro eso es obvio ¿Por qué no tienes otro Pokémon? —Parecia querer molestarlo—.

— Uh, yo también quiero saber —Menciono mientras mandaba a su propio iba hacia el rals—.

Un Rals salvaje a cruzado con tu camino.

— Bien Mar, utiliza burbujas.

Popplio ha utilizado rayo burbujas.

Rals a resivido el ataque.

Rals ha utilizado voz cautivadora

— ¡¿Por qué no le dices que lo esquive?! —Alzo la voz mientras le daba un leve golpe a Altair, el cual reacciono—.

— ¡Ay perdón! Eh, ¡Mar esquivalo! —No obstante al decir eso el ataque ya le había dado—.

Altair se veía algo ansioso pero después miro su entorno, así que tuvo una idea.

— Mar sube a la roca que esta ahí, después salta y mientras estés en el aire lanza rayo burbujas.

— ¿Qué quieres que haga que-? —Miro a Altair confundido—.

Entonces Mar hizo aquello que fue pedido, dando un golpe directo al Ralts, el cual iba a dar un cabezaso.

— Bien Mar, ahora haz una burbuja para atrapar a Ralts —Sonrio mientras este iba sacando una pokebola—.

Popplio hizo la acción que Altair pidio, haciendo que Ralts quedara atrapada, Mar empezó a jugar con esa burbuja, hasta que exploto, cayendo Ralts al piso.

— ¡Pokebola ve! —Lanzó la pokebola viéndose ansioso pero feliz por saber que tendría otro pokemon—.

— Eso fue, interesante —Admitió mientras veía como Altair iba por su pokebola con la captura ya lograda—.

— ¡Qué felicidad! —Fue con Mar para darle varios besos en el cachete— ¡Eres genial!

— Bueno, es que por fin tus neuronas conectaron —Su tono era burlón mientras Alair también reía—.

— Ayun me caíste bien —Admitió mientras Ayun solo asentía—.

— Vas a ciudad Noveret ¿No? —Al ver qué asintió este empezó a caminar— Voy ahí también, supongo que podemos acompañarnos.