—Tal vez en otra ocasión —Neo se ajustó la mochila encima del hombro, comprobando con su celular la hora —Tengo un asunto pendiente.

—¿Ya nos dirás con quién sales? —Maeven no dejo pasar el momento para hacer oír esa curiosidad que llevaba desde finales del verano —No lo vayas a negar, te has estado escribiendo con alguien desde hace semanas y te desapareces después de clases casi siempre.

—Se me hizo tarde, hablaremos después.

Antes de que alguien alcanzara a decirle algo al chico, este salió apresurado en dirección contraria, abriendo paso a las especulaciones que sus amigos no demoraron en comentar. Por lo menos así fue hasta que Eric los urgió para salir de la zona escolar antes de que el tráfico se hiciera más caótico.

—¿Qué hay de ti, May? Vendrás con nosotros o dejaras a Caleb a su suerte.

Christian se adelantó a las afirmaciones, ganando así un par de miradas por parte de los eludidos, en donde le dieron a entender que las citas no habían logrado algo. El único en comprender aquello fue el Rubio, quien apenas y soltó un breve «Oh...». Eric por otro lado, dejo pasar las expresiones incomodas, para después decir:

—Eres bienvenida, pero si no quieres ir te aseguro que no habrá ninguna chica, solo seremos los tres.

La respuesta más pronta fue un golpe en la cabeza por parte de Christian, en donde le hizo guardar silencio. Tras unos segundos y entendiendo la razón, el Pelinegro se encogió de hombros sin atreverse a hablar, siendo Caleb quien les hizo saber con un solo además que más tarde les aclararía las dudas que mantuvieran.

—Gracias por la invitación, pero hoy debo recoger a mi hermano —Dando un beso en la mejilla de los tres chicos, Maeven no espero a una réplica, a la vez que daba una media vuelta que provoco en los tres un deseo por no apartar la mirada —¡Diviértanse!

Sabiendo que la chica podía causar ese efecto, Caleb fue el primero en redireccionar su atención a sus amigos, los cuales todavía seguían los pasos de esta. Cierto que, cada uno de ellos tenía a su respectiva enamorada, sin embargo, acababan de ser víctimas del movimiento de caderas que atraía el interés tanto de chicos como de chicas.

Ahorrando las palabras, entregaron a Caleb el juego de llaves, igual a los viejos tiempos. Por lo que este ocupo el lugar del piloto, dejando a Christian a su lado y a Eric en la parte trasera. Dispuestos a prender el motor mientras desaparecían por las calles en dirección a lo que una vez fueron las Ruinas, los amigos aguardaron unos cuantos segundos en silencio, hasta que Christian fue el primero en tomarse la libertad de hablar:

—Emma, Ailinne, Maeven —Enumerando las chicas que habían estado involucradas con Caleb, el Rubio exagero una admiración hacia el menor de ellos, mientras recordaba como el chico solía avergonzarse con facilidad —Nadie puede poner en duda tus gustos.

—En serio, ¿Emma? —Eric tuvo un mal sabor de boca recordando lo que ambos habían atravesado al salir con ella —Era buena en la cama, pero no te dejes impresionar.

—Nada que no puedas repetir con alguien más —Pese a que la Morena había sido la única chica con la que había estado, Caleb se mostró de acuerdo con el Pelinegro.

—¿Lo dices por Ailinne o Maven?

Ante la pregunta, Caleb aparto los ojos de la carretera por unos momentos, meditando la situación. Dejando de lado que jamás habría intentado algo físico con Ailinne (y no por falta de deseo, sencillamente no parecía lo correcto para ese entonces), este se descubrió poco entusiasta ante la idea de tener algo con Maeven. Claro que llegado el momento lo habría hecho, pero los sentimientos no se verían implicados en el acto, haciéndolo caer en el mismo juego que Emma utilizaba.

INEVITABLE ERRORWhere stories live. Discover now