- Bien, iré por unos sandwiches, por cierto, Mark y Lexie están con los niños ahora, no se preocupen - avisó antes de irse, para que supiéramos que nuestros pequeños estarían bien cuidados, si ellos estaban bien entonces yo lo estaba.

- En realidad no creo que vaya a comer nada amor, tengo un nudo en el estómago - se quejó Addison apoyándose contra la pared.

- Tienes que comer, llevamos horas aquí y no desayunaste por estar maquillándote, así que comerás - dije de forma muy autoritaria, para dejarle en claro que no aceptaría un "no" como respuesta.

Resopló y me hizo una mueca molesta. Todo quedó en silencio, el encierro nos había dejado mal humor a ambas, en especial a ella, siempre se pone de malas cuando no desayuna, lo aprendí por experiencia.

- Bebé, sólo quiero cuidarte ¿Lo sabes? - dije arrimándome a su cintura y tomándola con ambas manos.

- Ya lo sé - dijo apoyando su frente en la mía y cerrando los ojos, creando un contacto entre nosotras que iba más allá de todo lo que nos rodeaba.

Nuestras respiraciones parecían entrelazarse, eso hacía que mis hormonas hiervan como agua en una olla. Bajé mis manos de su cintura a sus caderas, apretándola y haciendo que nuestras intimidades se rozaran sobre la ropa. Se estaba poniendo nerviosa, pero no me alejó, sólo soltó un suspiro que llenó de magia mis oídos.

'Dios, si tengo que morir aquí al menos déjame escuchar su respiración agitada en mi oído una última vez' pensé mientras recorría el cuerpo esculpido de Addison con mis manos.

- Mer ya, es suficiente, me siento cansada, no quiero sexo, quiero tu apoyo - dijo apartándome, se veía frustrada, me sentí muy mal por no poder hacer nada para sacarla de aquí, sólo lo empeoré con mis dobles intenciones.

- Lo siento, fue algo estúpido, estoy aquí para tí, no quise hacerte sentir mal - me disculpé de forma honesta, recibiendo sólo una pequeña sonrisa de su parte.

Lo pensó por un rato, pero al final no me respondió, fue a sentarse nuevamente y yo sólo la acompañé en silencio. Amelia llegó con los sandwiches, los entregó y luego tuvo que irse a una cirugía urgente, le dimos las gracias y nos quedamos nuevamente a solas.

- ¿Sabes? Creo que mi cuerpo en serio necesitaba comida - dijo Addie sonriendo mientras comía su sandwich.

- Lo sé, por eso pedí para ambas - respondí con aires de grandeza para presumir mi buena intuición de esposa.

- Lamento haber iniciado una discusión, sólo estaba hambrienta y molesta, no debí hablarte así - se disculpó, llenándome de ternura.

- Amor, está bien, tenías razón después de todo - dije siendo comprensiva con ella.

De vuelta el ambiente se llenó de risas y charlas amenas, era como un espacio de paz en medio del caos. Antes de que termináramos la comida, un nuevo estruendo volvió a sacudirnos, Addie me rodeó con sus brazos para protegerme por si algo llegaba a pasar.

- Tienen que subir, está ocurriendo otro sismo y las vías no resistirán más, si no suben ahora, ya no podrán hacerlo - dijo el bombero desde las puertas superiores, lanzándonos un arnés de seguridad y sujetándolo con firmeza.

Debíamos subir por nosotras mismas, ya que si alguien tocaba o agregaba peso sobre el ascensor, éste podría terminar de caer por completo. Había varios bomberos afuera, junto con el personal del hospital, todos estaban ahí para asegurar nuestro bienestar. El único problema es que la primera en subir podría terminar de desestabilizar toda la estructura, dejando a la segunda con una caída segura a la muerte.

- Mer, sube, y date prisa, iré atrás de tí - dijo Addison mientras me colocaba el arnés sin dejarme opinar al respecto.

- No me iré sin tí - lloré, sintiendo que me estaban obligando a sacrificar al amor de mi vida.

- Cielo, voy a estar bien, hay profesionales cuidandonos, confía en ellos - murmuró cerca mío dejándome un beso rápido en los labios.

- ¿Lista? - preguntó el bombero, a lo que yo sólo asentí, tenía una personita creciendo en mi interior, no podía arriesgarme, lo único que podía hacer era esperar que mantuvieran a mi Addison a salvo.

- Tú puedes amor - dijo Addie Desde abajo mientras el ascensor se sacudía como loco.

Una vez estuve arriba, intenté no tocar el cubículo metálico por nada del mundo y llegar directamente al piso de arriba, aferrándome al bombero con brazos y piernas.

- ¡Addison! Sigues tú - gritó Richard entre las puertas antes de correr a abrazarme y ofrecerme una manta calentita.

No me dejaron volver a acercarme, temían que pudiera correr peligro, pero yo quería ver a mi mujer a salvo. Cristina estaba cuidándome, teníamos una vista parcial de lo que pasaba con el ascensor, no dejábamos de echar el ojo "discretamente" para seguir al tanto.

- ¡Addie! - gritó Mark casi lanzandose al vacío, cuando el ascensor finalmente cedió y cayó, provocando un ruido atómico.

Las vías habían estallado y lastimado a Mark, pero él no se movió del borde. Mi corazón dió un brinco de 360 grados, no entendí lo que pasaba, sólo podía pensar en Addison.

Narra Addison

Estaba sujeta de Mark y del arnés, mientras el ascensor colisionaba contra el suelo duro y las vías soltaban chispas que danzaban violentamente por el aire. Sentí que empezaron a tirar y pude tocar finalmente el piso, no quise soltarme de los brazos de mi mejor amigo, me cobijé en su abrazo mientras ambos suspirábamos aliviados.

- Te dije que no iba a dejarte, pelirroja - jugó sobando mi hombro con familiaridad.

- Siempre confié en tu palabra - contesté sonriendo.

Pronto, se acercaron Richard y Miranda, los cables habían lastimado a Mark y me habían hecho unos pequeños rasguños en la frente y en el brazo, nada de qué preocuparse, ni siquiera dejarían marcas. Nos atendieron y nos revisaron, tuvieron que colocarme una inyección para evitar las infecciones por el corte, sólo dejé que hicieran lo que debían y colaboré lo mejor que pude. Mer me saludaba desde la distancia, ya que no la dejaron interferir, se veía muy aliviada al verme bien, su sonrisa cálida era todo lo que me hacía falta.

Finalmente, todo terminó y yo me quedé sentada en una sala para poder descansar, no tenía nada mal, pero quise tomarme unos minutos antes de ir a brindar ayuda con los accidentados.

- Creo que a partir de ahora usaremos las escaleras - bromeó una vocecita que venía por detrás mío.

- ¡Mer! - exclamé abrazándola con mucho amor, como si no hubiéramos pasado las últimas horas encerradas juntas.

Nos sentamos juntas en la camilla y me contó que le hicieron estudios y que todo salió bien. De un momento al otro, mi cabeza se iluminó con una gran idea, tomé a mi chica de la mano y la llevé corriendo a una sala vacía en obstetricia. Cerré la puerta y las cortinas y me puse manos a la obra mientras me observaba confundida.

- ¿Qué tramas?- preguntó ella riendo e intentando seguirme con la mirada.

- Sólo quiero saludar a alguien muy especial - dije colocándome los guantes y encendiendo el monitor de ultrasonidos.

Se recostó de inmediato y yo coloqué el gel sobre su abdomen para dar un pequeño vistazo...

- ¿Escuchas eso? - preguntó ella, llena de ilusión al escuchar por primera vez el corazón de nuestro lindo bebé.

- Siiii, son sus pequeños latidos - respondí mirando el monitor con lágrimas en mis ojos, era exactamente lo que necesitaba escuchar en ese momento.

Con sólo escuchar esa bella melodía, mi día cobró sentido, volvimos a librarnos de una situación complicada y ahora estamos aquí disfrutando de nuestra más grande alegría.

- Te amo Meredith - le dije mientras la miraba fijamente.

- Te amo Addison - respondió mientras sus ojos brillaban en una sintonía perfecta con los míos.

Ella es mi hogar.

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Gracias por leer, sigo publicando por ustedes, amo platicar con más personas que aman a ésta bella pareja como yo<3

No Quiero Ser Tu Amiga // Grey's Anatomy (Meddison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora