Niñeros en problemas PARTE 2

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Ella no pataleaba, esta vez sí se sentía muy triste, quería a sus papás, el no verlos por lo que ha sido casi un día, para ella era una eternidad, ¿Dónde estaban?, no comprendía, Charles tan solo se recargaba en el hombro de Selena para llorar, era un bebé muy expresivo, si algo no le parecía o le causaba algún sentimiento de incomodidad siempre lo iba a mostrar.

Ross miraba como la pelinegra se encargaba de la situación, le parecía adorable el hecho de como lograba contener el arranque emocional de dos pequeños de un año que no saben lo que pasa, todo apenado se acercó a ellos, para poder unirse al abrazo, así que con sus enormes brazos cubrió a los tres, Selena se sintió un poco nerviosa ante tal acto, pero luego se relajó al ver que era genuina la acción, podían sentirse realmente cobijados de algún modo aunque no eran sus papás, así que poco a poco se fueron calmando, Gomez sabía que a partir de ese momento, no iba a poder verlo diferente, estaba sintiendo un interés hacia él y le asustaba.


Los pequeños ya estaban durmiendo en sus cunas, finalizando el largo día, no les fue tan mal, un poco más de práctica y podrían dominar el asunto de ser "niñeros", pero ya se sentían muy cansados, Ross roncaba en la silla mecedora del cuarto de los mellizos, esta vez intercambiaron papeles, ella durmió a Evie y él a Charles, lo cual fue más pronto, porque la niña nunca podía dormir tan veloz como su hermano.

Terminando aquella tarea, Selena se acercó a él para moverlo del hombro y que se fuera a dormir, el gigante sujeto asintió agotado, se despidió de ella con la mano y se fue a la habitación a dormir, Sel hizo lo mismo, asegurándose que los niños estuvieran bien dormidos y se fue.

Podía darse cuenta de que Ross estaba siendo demasiado respetuoso con ella, pero tampoco quería hacerse ideas raras acerca de él, ni siquiera sabía si estaba en alguna relación o si este quería una al menos, el hombre ha tenido la fama de ser un soltero inalcanzable.


Selena estaba despierta desde muy temprano, el mensaje de texto que recibió de su amiga despedía preocupación, el tráfico hizo que se atrasaran en llegar al aeropuerto y las rutas aéreas estaban saturadas, por lo que el despegar tuvo un atraso considerable, antes de que se despertaran los bebés, bajó a hacer los biberones, Ross por lo visto estaba bien dormido, podía entender que él tenía un estilo de vida mucho más relajado que el de ella, Gomez estaba acostumbrada a despertar temprano para trabajar, si no era por alguna grabación musical, podía ser por actuación, eventos, Rare Beauty, su trabajo como productora, invitada especial en algunos eventos, alfombras, juntas de ofina, era un mujer que casi nunca descansaba, aunque este mes de diciembre se prometió parar un poco las aguas, pronto pensaba en tomarse un serio retiro, lo tenía planeado desde hace mucho, pero aún no se veía convencida de poner un alto, al menos en la mayor parte de las cosas que hace.

Subiendo de preparar la leche de sus ahijados, entró al cuarto de los mellizos con cuidado, Evie parecía que tiene un censor colocado en su cabeza que detecta el movimiento, porque al poner un pie en la habitación, ella despertó, sonrió al ver que era su madrina, pero se asomaba para ver si sus papás venían, al no tener éxito estaba a punto de llorar, Selena se dio cuenta.

—No, no, Evie, calma, mira, ¿Quieres leche? — le enseñó el biberón.

Ella se distrajo con eso, dio algunos golpes en la cuna mostrando felicidad y despertó a su hermano, Charles al abrir los ojos, su cara era de desorientado, lentamente se sentó y miró a Selena ahí, así que sonrió.

—Hola bebés, ¿Les parece si vamos a mi habitación?, su madrina está agotada y apenas va un día— sacó a Evie de la cuna y luego a Charles.

Caminó con ambos bebés en brazo, pesaban demasiado, ¿Cómo hacía esto Taylor?, igual debía considerar que tiene dos gigantes por padres, entró con ellos a su cuarto y los acostó, junto con ella, uno de cada lado, mientras tomaban su leche rogaba que se volvieran a dormir, debía hacer tiempo en lo que Taylor y Travis llegaban, no sabía cómo los pequeños iban a reaccionar ante otro día con la falta de sus padres.

Mi vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora