lo supe desde que te vi//Ron Weasley-

~07~

pero como dolía...

Omnisciente

–¡cielos!–exclamó sorprendido el pelirrojo.–¿de verdad tiene pareja? ¿no estará mintiendo?–preguntó algo decepcionado.

–no creo que haya mentido, Ron.–le dijo el azabache a su lado.–he escuchado algunas conversaciones de chicos que querían invitarla al baile. No es sorpresa que ella haya aceptado a algún chico decente.–agregó apenado.

Ron asintió con una mueca. Estaba muy decepcionado que de no pudo invitar a la chica que le gustaba al baile de navidad...El chico se moría de envidia y de celos por aquel chico que se adelantó, estaba furioso.

Si tan solo supiera que la rizada lo esperó, estaría incluso más furioso.

–¡eres un tonto!–dijo Fred tan fuerte como los susurros se lo permitían.

George hizo una mueca de decepción y el menor de los pelirrojos se sentía cada vez peor.

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En el otro lado del colegio, en la sala común, estaba Anne junto a Hermione buscando a Finnigan.

La chica tocó la puerta de la habitación en donde se encontraba aquel león, en donde también dormía el pelirrojo en el que siempre pensaba.

–hola, Anne.–la saludó su amigo rubio cuando abrió la puerta.–hola, Hermione.–

–hola, Seam.–le contestaron.

–vine para decirte que...acepto ir al baile contigo.–habló la pelinegra.

Al chico se le iluminó la mirada y abrazó a su amiga con sentimiento.
A pesar de que Anne quisiera mucho a Seamus, no sentía algo por él como para una velada así...ella quería ir con Ron.

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Más tarde, Anne seguía en la sala común sentada en el sillón bordó en el que acostumbraba descansar. Estaba pensativa y algo entristecida, no estaba conforme con su cita para el baile.
Ella comenzó a cansarse y quiso subir a su habitación pero justo en ese momento el retrato se abrió dejando ver a Harry que entraba con el mismo ánimo que su amiga.

–¿Harry?–preguntó esta extrañada.–¿sucedió algo?–

El bufó con tristeza y se tiró al sofá.

–si.–respondió con sinceridad.–invité a Cho al baile...pero alguien se me adelantó.–

Anne le sonrió comprensiva y volvió a sentarse en el sillón para acompañarlo.

–tal vez las cosas debían salir así, no te culpes a ti mismo, no es tu culpa.–lo consoló.–seguro que hay más chicas igual de lindas que quieren ir al baile contigo, eres muy solicitado, Harry...créeme, yo escucho lo que hablan las chicas en los baños.–rió.

Este le sonrió algo más motivado pero su curiosidad no tardó en despertar.

–¿está todo en orden, Anne?–

La rizada se sorprendió por la pregunta tan repentina y también por qué el azabache la conociera tan bien.

–mmm...la verdad es que no...–admitió cabizbaja.

–puedes contarme, estoy para escucharte.–la motivó a seguir Harry dispuesto a ayudarla.

–yo...no estoy muy conforme con mi cita para el baile...esperaba que alguien más me invitara.–comenzó e hizo una breve pausa para seguir hablando.–esperaba...esperaba que Ron me lo pidiera...–

Harry abrió sus ojos con sorpresa.

–¿Ron?–preguntó incrédulo.–¿eso quiere decir que te...?–

Anne asintió antes de que terminara de hablar.

–si.–afirmó.–me gusta Ron...desde segundo.–

El azabache sonrió y ambos se abrazaron con fuerza. No solían tener momentos así como amigos y este era uno muy emotivo para ambos.

–gracias.–dijeron los dos al unísono cosa que provocó la risa de ambos.

Anne POV.

De pronto, el retrato de la señora gorda se volvió a abrir apareciendo una escena bastante extraña.
Ginny y sus amigas traían a Ron que parecía algo mareado.

–¿qué pasó?–preguntó Hermione que llegaba detrás de ellos.

–es que invitó a Fler Delacour.–explicó Ginny.

¿¡Fleur!? ¿¡de verdad!? bueno...si que me dolió.

–¿qué?–preguntó Harry sorprendido.–¿qué te dijo?–

–que no, por supuesto.–acotó Hermione pero Ron negó.

¿entonces...Ron iría con Fleur? vaya....

Hermione se llevó las manos a la boca en shock.

–¿te dijo que si?–

–no seas tonta.–le dijo Ron.–Ella iba caminando, con lo que me gusta verla caminar...y no pude evitar preguntarle.–

No aguanté más y me fui de allí, molesta. Me moría de celos, me moría de envidia por no ser aquella rubia tonta que había cautivado al pelirrojo.
No me importó que mis amigos me miraran con desconcierto, pero no podía soportarlo más, no aguantaba la situación en la que estaba viviendo.

estúpido, Ronald. Es tu culpa que me gustes.

Me encaminé a toda velocidad hacia la biblioteca, necesitaba estar sola y calmarme un poco.
Cuando llegué me escondí en el rincón más oscuro y me quedé allí un largo tiempo con mis ojos cristalizados. No entendía porque me molestaba tanto, pero me tenía muy alterada.