—SeokJin Kim Park, suelta al dhampir de una vez. Mi tiempo es muy valioso y a tí te dejaré hacerme más de tres preguntas —susurraba con una sonrisa ladina que erizaba mi piel.

Pero no tenía tiempo de asimilar el soltar a TaeHyung, porque era empujado lejos de él mientras los otros dos hombres lo cargaban y entraban en la siguiente habitación cerrando la puerta en mi rostro antes de que pudiera entrar con ellos. Cuando miraba en dirección a Raina, la puerta en la habitación en la que debería entrar yo junto a ella,  se abría, así que me armaba de coraje e iba dónde debía.

Tenía que pensar en frío, mantener la cabeza baja y respetar el circulo de la Legión una vez que estuviera allí. Mis pasos eran el único sonido en ese cuarto oscuro. Habían algunas velas en lugares estratégicos que formaban sombras siniestras sobre la habitación. Todos y cada uno (excepto Raina) estaban cubiertos con capas, algunos ojos brillaban con una luz siniestra escondidos dentro de la capuchas. Pasando saliva me paraba en el centro, me sorprendía estar viendo el rostro de Raina sin problema alguno.

— ¿No se suponía que nos atacaban a ambos al entrar? ¿Al que pregunta y a su garantía? —cuestioné nuevamente.

Raina me observaba con seriedad, el resto estaba sumido en un silencio sepulcral.

— Me interesa tu especie —respondía viéndome de arriba abajo—. Es la primera vez que veo un diurno de cerca —susurraba caminando a mi alrededor—, aunque te ví en visiones, tenerte en persona es exquisito.

Frunciendo mi ceño buscaba su mirada—. ¿Me viste así? —pregunté.

Ella sonreía ladina—. La legión lo sabe todo. Pasado, presente y futuro ¿Comenzamos con tu pregunta?

— Dijiste que podía hacer las que quisiera —respondí.y recalque, aunque no tenía demasiadas.

—Es verdad —susurraba mirándome con ojos entrecerrados—, Pero tú solo tienes una pregunta en mente.

Apretando mis dientes enfrentaba su mirada intensa que estaba haciendo un agujero en mi frente.

— Haz tu pregunta diurno, o tu dhampir quedará exhausto en la otra sala después de tanta tortura —susurraba con otra sonrisa ladina fría y distante—. Puedo tenerte toda la paciencia del mundo, pero el tiempo corre.

— ¿Qué deseas de mí? —susurré al verla demasiado interesada.

Su sonrisa sardónica se ensanchaba—. Oh, SeokJin, no soy yo quien desea algo de ti —sus palabras eran como una melodía oscura, atrayéndome hacia ella—. Es lo que tú deseas lo que me interesa.

¿Qué deseaba yo? me encontraba en la lucha interna entre la humanidad que aún habitaba en mí y la sed de sangre que me atormentaba. Raina Adanson lo sabía, lo olfateaba como un depredador acechando a su presa.

— ¿Qué juego estás jugando? —pregunté, tratando de mantener la calma.

Ella se acercó aún más, su aliento rozando mi piel. —. El juego de la supervivencia, SeokJin. El juego de la noche eterna y no lo comencé yo, ese fue tu creador. Al fin de cuentas tú y yo queremos lo mismo, encargarnos de Jae Joong Kim.

No había vuelta atrás. La elección estaba hecha. Mi corazón latía al ritmo de un secreto peligroso, y Raina Adanson era la clave para desvelarlo.

Ahora, bien, yo podría ser nuevo en este oscuro mundo, pero sabía que Raina no era una persona que yo debería de tener como enemiga. No era una persona que debía de provocar. Pensando en TaeHyung y en la posible tortura que estaban comenzando a inflingir en él, me apresuraba con mi reunión.

 Pensando en TaeHyung y en la posible tortura que estaban comenzando a inflingir en él, me apresuraba con mi reunión

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ASHES #3 K. Sj × K. Th [Finalizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora