Para Tatsuo solo había algo que hacer y era preparar el casamiento de su Utahime luego de que hubiese cumplido con el deber que le impusieron los Gojo. La haría pasar por una mujer viuda y luego se encargaría de dejarla decidir para no entrometerse en su vida nunca más. Podría casarse o volver al templo nuevamente. Sería usada y desechada como un objeto por el clan que se suponía que era su benefactor. Se preguntaba si podía vivir con el hecho de que este oscuro secreto fuese solo conocido por él y en parte por Utahime. El resto de la familia jamás lo sabría : ¿tendría Yamato Gojo el descaro de presentarle a su nieto ante sus narices como si la sangre de ambos clanes no corriera por sus venas, ignorando que era resultado de ese pacto nefasto? Lo sabía capaz de todo.

Utahime fue despedida entre lágrimas por sus compañeras. "Serás muy buena esposa "Come bien" "Ven a visitarnos" le decían. Sonreía, por un instante se había creído su propia mentira. Le dejó el cuidado a sus subordinadas y su kagura suzu personal a su estudiante más destacada, que recibió el artilugio de veinte cascabeles envuelta en lágrimas.

Aunque a Tatsuo detestaba los trenes, trató de mantenerse calmado mientras acompañaba a su hija. Llegaron el 16 de mayo a Tokio. La estación de Shimbashi era extremadamente moderna y recientemente el emperador había dado por terminada su construcción. Utahime estaba algo feliz por el ambiente, aunque el murmullo de los viajeros quejándose por el caro pasaje de 1 yen y el sonido de las maquinarias la aturdía un poco. Hacia años que no visitaba Tokio. Todavía había quien se quitaba los zapatos para entrar al tren pues tenían la sensación de acceder a una habitación, lo que hacia sonreír a la muchacha. Muchos japoneses aun no estaban acostumbrados a viajar en tren.

Su padre de reojo la miraba, le costaba en su corazón lo que estaba a punto de hacer, ella brillaba entre el resto de las personas y la entregaría para que su brillo fuese robado.

En la estación estaban dos integrantes del clan Gojo, hechiceros de menor grado .Tatsuo los reconoció por el emblema familiar y acudió a ellos con su hija. Se saludaron y los visitantes fueron guiados hacia su destino.

Tatsuo reconoció que no estaban siendo llevados a la mansión principal, sino a una un poco más pequeña a casi las afueras de la metrópolis en expansión. Allí los esperaba Yamato y Satoru, padre e hijo respectivamente estaban sentados y alzaron la mirada para luego invitarlos a pasar:

-Pensaba que se vería usted más mayor Utahime -san. Parece una veinteañera.-comento Yamato divertido.

Utahime asintió.

Una Geisha fue contratada para servirles el te y deleitarlos con un baile. Era una maiko joven y alegre.

La muchacha recién llegada reconoció al joven Satoru, lo había visto hacia 15 años pero ese cabello plateado era imposible de olvidar. Él sin embargo apenas le dirigía la mirada. Estaba todavía absorto en la noticia de su padre, solo unas horas antes de la llegada fue informado de que corría en la cabeza maquiavélica del patriarca:

( DOS HORAS ANTES)

-¡Debes haber enloquecido!

-No, para nada, mi cordura nunca ha estado tan afilada

-¡¿Cómo pretendes que le haga eso a Sayuri?¡.-reclamó Gojo haciendo temblar las tazas de té a su alrededor

-¡Sayuri es la incapaz¡... que no ha podido hacer lo mínimo que se le exige a una esposa....

-¡No te refieras a ella de esa manera¡

-Hijo...te comportas como si la amaras.- el sarcasmo del señor era bien marcado

-No la amo, pero la respeto y es la esposa que ustedes escogieron para mí.

-No hay caso, ya he debatido este tema con los padres de Sayuri...y aceptaron.

-No puedes estar hablando en serio.- Satoru tenía una vista perfecta pero a veces creía que sus sentidos lo engañaban

-Haz este pequeño sacrificio, las tres familias se han puesto de acuerdo. Solo debes ceder y darme a mi nieto.

-No puede ser

-La joven no es muy bonita y tiene una cicatriz en el rostro de muy mal gusto pero tiene la sangre chamánica adecuada para juntarse con la tuya.

-Y ¿por qué no me casaron con ella desde un principio?¿Por qué forman todo este circo?

-Su ritual no es tan fuerte y su familia no representa un avance en conveniencia para nosotros: los Kamo me eran más beneficiosos. -Yamato era capaz de decir una palabra cortante como el azul de su poderoso infinito y a la vez beber tranquilamente su té con una expresión que derrochaba en paz y serenidad

(ACTUALIDAD)

Utahime intentaba conectar miradas pero Satoru estaba cabizbajo. Había aceptado bastante bien su destino y la esperanzaba que su señor no fuese a ser cruel con ella. Sabía de los poderes de Satoru y de como era perfectamente capaz de doblegarla , así que planeó ser siempre amable y obediente.

Ese día se enteró que esa no era la casa principal, sino un que era la preparada especialmente para ella. Allí debía permanecer y salir lo menos posible. Seria visitada por su señor tres veces ala semana y se le estaría entregando cuatro sirvientas y dos sirvientes que cuidarían de ella. Yamato evitó abundar en detalles más profundos porque no lo consideró necesario.

Al día siguiente Tatsuo volvió a Kioto con el corazón envuelto en una de sus manos y melancólico. Al llegar a su ciudad y encerrarse en su estudio fue que pudo llorar en soledad.

Reflexión final: ¿Por qué Blanco?

Blanco sería el vestido de boda de una novia, pero en este caso no fue una boda real, solo un pacto, un acuerdo. Pero aun así para los conocidos y allegados de Utahime ella partiría hacia su boda, aunque esta fuese solo una mentira. Creo que en el fondo no fue un matrimonio, aunque sí una unión. Por eso el nombre. 

Linaje del InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora