En estos tiempos de guerra, donde abunda la traición, el miedo y la duda, debes guiarte en la fuerza y solo en la fuerza. Es lo que aprendió para sobrevivir
El interceptor pronto aterrizó suavemente en medio de un pantano envuelto entre profundas malezas brumosas, cuyos pasajes estrechos y roidos daban el acceso a lo que pareció ser una cueva cuya concentración del lado oscuro se volvía intoxicante. Naruto salió de la nave, sintiendo el peso del aire antiguo. Mientras avanzaba, la desconocida vegetación se alzaban a su alrededor, testigos silenciosos de memorias ya olvidadas.
Al adentrarse aún más por aquél enigmático terreno, su exploración se vio ligeramente interrumpida ante un susurro etéreo que se manifestó en los delgados hilos de la brisa circundante, cuya voz resultaba ser apenas perceptible por los sentidos comunes.
"...bienvenido. . ."
Y sin embargo Naruto fue capaz de escuchar aquel saludo. Enfundado en su armadura mandaloriana, y su con sable en mano se detuvo en seco, alarmado por la voz.
Nt: ¿¡Qué!?
Volteó rápidamente, tratando de localizar el origen de la gentil voz fantasmal, pero no encontró nada entre los alrededores cercanos que aún conseguía divisar de la niebla.
Nt: ¿Hola? ¿Me lo habré imaginado?
Decidiendo que la única manera de entender lo que estaba pasando era calmarse y enfocarse, se quitó el casco y también se despojó de la parte superior de su armadura disfrutando de aquella sanación de libertad. Respiró hondo y se sentó en su acostumbrada postura meditativa, para proceder a cerrar los ojos y adentrarse en la Fuerza. Permaneció así por varios minutos, permitiendo que la serenidad lo envolviera.
Sintiendo que estaba listo, hizo levitar el suero que había traído y lo guió suavemente hasta el hombro de su brazo derecho descubierto, inyectándose el líquido hasta la última gota. En menos de un minuto, comenzó a notar los cambios. Su conexión con la Fuerza se fortalecía, y la sensación era asombrosa.
Se levantó casi de inmediato, mirando a su alrededor. Se sentía diferente, más fuerte, con una energía que fluía intensamente por todo su cuerpo. Sin embargo, sabía que no debía dejarse llevar por esta engañosa sensación de poder absoluto; el suero tan solo había abierto la puerta a un potencial superior, y debía entrenar con mayor esfuerzo que antes para explotarlo plenamente.
Viéndose satisfecho, se cubrió con la parte faltante de su armadura, tomó su casco y se lo colocó, dispuesto a regresar a su nave. No obstante, una vez más sintió aquella presencia manifestándose trás él.
" Que escenario más interesante... jamás me habría imaginado que se pudiera lograr algo así..."
Nt: ¿Eres tú? ¿La voz que escuché?
Tras Voltear en dirección a la fuente de aquella voz, sus ojos contemplaron con curiosidad aquel singular cúmulo de luces etéreas, semejantes a luciérnagas que se aglomeraban en sinfonia con las gentiles brisas del viento, sin conseguir formar una figura de algún ser vivo que pudiera reconocer.
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"Así es, sentí tu presencia, poderosa en la Fuerza y en sintonía con ella, en lugar de solo permanecer en uno de sus lados, una práctica ya casi olvidada en estos tiempos".
Nt: Sí, me lo han dicho varias veces. Entonces, ¿quién eres? O tal vez debería decir, ¿quién fuiste?
"Muy asertivo, en mi vida material fui conocido por el nombre de Qui-Gon Jinn, un maestro de la orden Jedi. Me honra conocerte, joven mandaloriano, hay algo que deseo enseñarte".
Naruto miró con asombro y reverencia a la figura luminosa del antiguo maestro Jedi. El entorno silencioso del planeta parecía desaparecer mientras la conexión entre ellos se intensificaba.
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" Ven, y descubre lo que yace más allá de lo que te han enseñado"
Guiado por el espíritu incorporeo de Qui-Gon Jinn, Naruto se adentró aún más en el planeta, listo para desentrañar los secretos de la Fuerza y profundizar en un conocimiento que podría cambiar el curso de su destino.
