-Para ti es fácil decirlo, te sale natural. Eres mejor que yo-.

-Bueno, eso es cierto- dijo Jack entre una tierna risa-. Soy todo un prodigio-.

Su "sarcasmo" me sacó una risa.

-¿Cómo es que es tan fácil para ti?-.

-Mmm, creo que fue lo que tuve que hacer, era la única manera que me quedaba para poderme comunicar antes de poder volver a hablar- se quedó en silencio un segundo poniendo una sonrisa traviesa en sus labios-.

-¿Qué estás pensado?-.

- Tengo una idea. Pongámoste a ti en mis mismas condiciones, ponte una venda en los ojos y en la boca e intenta comunicarte conmigo-.

Me pareció una buena idea, tomé unas vendas y me coloqué sentado frente a él sobre la cama.

-Bueno, voy a vendarme los ojos-.

-Bien-.

Rodeé mi cabeza con la venda cubriendo mi vista, dejándome en una completa oscuridad.

-¿Listo?- me preguntó.

-Sí, ya no veo nada-.

-Bienvenido a mi mundo-.

Me sentía ligeramente nervioso.

-Voy a poner la venda en mi boca-.

Y sin más entré al mundo en el que vivía Jack cuando nos conocimos.

-¿Listo?- me preguntó Jack.

Pero no pude responderle.

Extendí mi mano hacia donde sabía que estaba y fue extraño, sabía perfectamente que se encontraba delante de mí, pero no podía dar con él.

¿Jack?

Pensé en mi mente.

Fui sorprendido por la mano de Jack que tomaba la mía.

-Aquí estoy. Déjame asegurarme de que no estás haciendo trampa-.

Sentí sus más manos subir a mi rostro.

-Bien...- tocó la venda de mi boca-, ahora tus ojos....- palpó mi rostro y se cercioró que estuviera bien colocada la venda- ¿Seguro que no ves nada ?-.

Negué con la cabeza, aprovechando que tenía sus manos en mi rostro y así él pudiera sentirlo.

-Excelente...haremos esto ¿recuerdas algunas de las señas que usábamos para hablar ? -.

¿Cómo podría olvidarlas? Claro que las recuerdo, tienen un valor especial para mí.

-Creo que casi escucho tu voz mental. Sabía que funcionaría -.

Sonreí.

Tomé las manos de Jack y las puse sobre las mías para que pudiera sentir mis palabras.

-GRACIAS- le dije con señas manteniendo su mano sobre la mía.

Tantas veces que él me la dijo a mí... me hacía sentir nostálgico

Me gustaba esta cercanía con él, el contacto físico fue nuestro primer medio de comunicación y ahora intercambiar lugares estaba resultando divertido.

-No tienes que agradecer- hubo un momento de silencio-. Quiero decirte que estoy sonriendo- tomó mi mano y la llevó a su rostro, permitiéndome "ver" su sonrisa-, me hace feliz poderte ayudar-.

Oscuridad y Silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora