Al abrirlo noté que era el VHS de la película de las Spice Girls, sonreí porque ellos recordaron cuanto amaba esa película y lo triste que fui cuando en la mudanza se rompió mi copia. Debió costarles un montón. Cuando lo saqué vi un sobre azul y supe inmediatamente que era una de esas cartas, claramente la iba a leer luego. Abracé a mis padres cuando les mostré al resto el regalo.

Así debí seguir por un rato, era una gran cantidad de regalos, e incluso algunos que hicieron llegar marcas y ni siquiera quería pensar en los que mis fans hacían llegar a mi casilla de correo, el año anterior recibí hasta un disco firmado por Taylor Swift, obviamente no me iba a negar e incluso lo puse en una caja de protección.

Julie y Hunter se habían esforzado en darme un buen cumpleaños, pero incluso cuando todo este mundo estaba aquí, seguía sintiendo que algo faltaba. Era como si nada me iba a satisfacer nunca, detestaba mi cumpleaños, sobre todo este año era una idea terrible llegar a los 26 años. Me aterraba pensar cuanto tiempo podría seguir aquí, cuanto tiempo mi mente se mantendría estable, pensar en si mis pastillas serían suficiente, o si un día simplemente no iba a tener que pensar en todo esto.

No podía dejar de pensar en eso. No es como si no quisiera superar todos esos pensamientos, pero va más allá de mis propias capacidades, va más allá de lo que puedo controlar y eso es la que gente a veces no puede entender. Todo este dolor me iba a perseguir por siempre y temo hacer que otras personas sufran tanto como yo, temo ser la razón del sufrimiento de otra persona. Yo no busco dañar a otras personas.

Así también no quiero sentir que me abandonaran cuando sepan todo esto, nunca nadie se ha quedado de verdad.

—Noah, te he traído un poco de jugo. —Madison me sonrió y me extendió el vaso, la miré por un momento y no pude evitar sonreír. Mantenía mi fe con ella. Si me era posible construir una relación quería que fuera con ella y solo con ella. Nunca nadie me había hecho sentir como Madison Call lo había hecho. —¿Pasa algo?, se me ha corrido el maquillaje. —Negué rápidamente y tomé el vaso de jugo.

—Perdón, solo pensaba en lo linda que eres. —Ella me dio un leve empujón.

—Deja de decir esas cosas.

—¿No puedo decirte que eres linda? —Me incliné un poco para quedar más cerca de ella. —¿Entonces debería decir que eres maravillosa?, o quizás eso suena muy superficial. Eres una persona maravillosa siendo inteligente, amable y valiente. —Ella posó su mano en mi cara para alejarme un poco y yo reí.

—Noah, basta. Eres tan boba. —Tomé su muñeca para apartarla de mi rostro, cuando la bajó aproveché la oportunidad para tomar su mano y entrelazar nuestros dedos.

—Bien, solo te diré esas cosas en privado para que no te den tanta vergüenza. Discúlpame por adelantado por no poder frenarme cuando quiero expresarte mi admiración y aprecio por ti. Yo esperaría que fuera el punto mínimo para poder hacer que tu corazón siga latiendo con fuerza por mí.

—No deberías decirme todas esas cosas sin esperar que caiga perdidamente enamorada por ti. 

—¿Entonces estás enamorada de mí?

—Claro que sí, boba.

—Entonces seguiré diciendo todas estas cosas para atraparte en tu gran caída a amarme.

—¿Qué hay de ti? —Noté el miedo en sus ojos ante la respuesta que pudiera darle, no quería que ella siquiera dudase de ello. Me volví a inclinar para acercarme a su oído.

—Estoy enamorada de ti, Madison. Nunca he dejado de estarlo. —Ella giró su rostro dejando un suave beso sobre mis labios, me sorprendió, para bien. Esta vez el beso se sintió distinto, era un beso de confesión.

Caminos a Ti.Where stories live. Discover now