-Un poco más y le escupes en la cara-Dijo Jana cuando salimos del estadio.

-¿De qué hablas?-Dije haciéndome la loca.

-Hablo de que si las miradas mataran, esa rubia estaría muerta y enterrada-Dijo Jana riendo y yo rodé los ojos.

-Yo te entiendo, si alguien le hace eso a mi novia se queda sin mano así te lo digo-Dijo Alexia apoyándome.

Dejamos de hablar del tema ya que se dieron cuenta de que no me estaba haciendo ni una pizca de gracia y fuimos hasta la dirección que me había enviado Júlia en el coche que habíamos alquilado.

Cuando llegamos ella todavía no estaba allí, no pasó mucho tiempo hasta que escuchamos el motor de una moto acercándose, poco después aparcó y bajó del vehículo, yo no me aguanté más y corrí hacía ella saltandole encima y enganchadome como un koala.

Cuando después de un rato me bajé me dió un tierno beso y yo me derretí al notar sus labios sobre los míos de nuevo.

-Que bien te sienta Alemania, estás espectacular-Dijo Jana cuando nos acercamos.

-No le tires la caña a mí novia-Le miré mal en broma y ella comenzó a reír.

-Tranquila celosa patológica que yo estoy muy bien con mi holandesa -Dijo causando ahora la risa de todas.

-¿Cuanto os quedáis?-Preguntó Júlia mientras entrábamos a su nueva casa.

La casa no tenía nada que ver con la de Barcelona, esta era mucho más pequeña, no tenía jardín ni Piscina, pero para una sola persona estaba bien.

-Nos vamos mañana por la tarde-Dijo Alexia cerrando la puerta ya que era la última en entrar.

La tarde pasó volando, no me separé de ella en todas las horas, obviamente no al nivel de dejar de lado a mis amigas pero estaba todo el rato junto a ella.

-Bueno, Jana y yo nos vamos a un hotel en el que hemos reservado, os dejamos a solas -Dijo Alexia guiñandonos el ojo mientras se levantaba.

Júlia se despidió de ellas y al fin nos quedamos las dos solas después de lo que había parecido una eternidad.

-¿Quieres comer algo?-Preguntó acercándose.

-A ti-Contesté cogiéndola del brazo y tirándola al sofá.

-Me parece perfecto-Dijo poniéndose sobre mi y besándome.

El beso no se cortó, más bien se intensificó, pasó sus manos a mí cintura por debajo de mi camiseta, echaba tanto de menos su tacto que la sensación que solía notar cuando hacía eso se multiplicó por mil.

Yo rodeé su cintura con mis piernas para pegarla más a mí, había estado esperando este momento desde que la vi alejarse en el aeropuerto del Prat.

En medio de todo aquello el teléfono de Júlia comenzó a sonó, al principio lo ignoró pero a mi me estaba poniendo nerviosa el sonido.

-Cógelo-Dije separándome y ella hizo caso.

Pensé que colgaría o contestaría sin moverse de donde estaba, pero cuando vio quién le llamaba se levantó y se fue hacía la cocina para contestar, aquello fue bastante sospechoso y no pude evitar pensar cosas que no debía.

Mientras ella hablaba por teléfono me levanté y me fui al baño, intenté no pensar en nada que no debía, pero dentro del baño me encontré con algo que me hizo querer salir corriendo.

Júlia

Cuando volví al salón Ona no estaba, de pronto escuché un portazo en el lavabo y la vi saliendo con una cara de mala ostia increíble.

-¿Que coño es esto?-Preguntó con un tono que me dió miedo.

En la mano tenía un sujetador, no era mío y se notaba por el tamaño de este, ahora entendía su enfado.

-No es lo que parece-Dije levantándome e intentado que se calmase.

-Joder Júlia, hay ropa interior de otra persona en tu baño, no creo que puedan ser muchas cosas-Espetó con rabia.

-Ona, es de Alicia, la chica rubia que iba conmigo en el campo, se quedó el otro día aquí, eso es todo -Cuando expliqué eso noté como se enfadaba más, no sabía la razón pero esto no iba a acabar bien.

-¿Estabas hablando con ella, verdad?, por eso te has ido-Dijo sin poder controlar el dolor que se escuchaba en su voz.

-No, estaba hablando con mi casero, Ona no se que paranoia tienes en la cabeza, pero te aseguro que estás equivocada-Expliqué intentado acercarme a ella, pero ella solo se alejaba.

-Tres semanas y ya me has sido infiel, pensaba que eras diferente Júlia…-Habló ahora con algo de tristeza.

-Ona porfavor…-Ella me tiró el sujetador y caminó hacía la puerta, no iba a dejarla ir así, no iba a perderla por un mal entendido.

Fui tras ella y me cerró la puerta en la cara, yo la abrí y seguí tras ella, iba hacía delante sin siquiera saber donde ir.

-Pecas, para-Dije tomándola del brazo para pararla, se soltó rápido y me metió un bofetón, me quedé de piedra ante eso.

-No me vuelvas a llamar así en tu vida-Dijo con rabia pero con lágrimas en los ojos.

Segundos después siguió caminando, yo me quedé en el mismo sitio viendo cómo se alejaba, no iba a seguir detrás, era su decisión irse.

Volví a entrar en casa con rabia e impotencia, entré en la cocina y tras ponerlo en un vaso me bebí de un trago aproximadamente unos tres dedos de vodka.

Así me tiré todo lo que quedaba de tarde, tirada en el sofá, llorando y ahogando las penas en alcohol.
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Antes de nada, lo siento.

Júlia no se ha podido explicar y encima se ha llevado una ostia la pobre.

𝐂𝐀𝐑𝐏𝐄 𝐃𝐈𝐄𝐌-𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora