PACTOS INESCRITOS {H.P, D.M. Y TU}

EL JUEGO DEL GATO.

—Y si no tenemos varita—hablé al fin—¿Cómo se supone que nos eliminaremos?

—Ya no me andaré con tantos rodeos señorita Peek. Solo uno de ustedes saldrá de aquí—me miró fijamente antes de continuar e irse —solo espero que sea usted. Así que, póngase al día... tienen mucho de qué hablar.

Lucius se dio la vuelta, desapareciendo. Lenny hizo lo mismo, tambaleándose. Y cuando se hizo el silencio, yo me apresuré a esconderme en una esquina. Harry revisó las rejas que nos aprisionaban. Dándose cuenta de que no teníamos salida.

Cuando se dio la vuelta hacia nosotros, vio que no estaba en mi mejor momento. Se acercó a mi y me rodeó con sus brazos.

—¿Qué tienes? —preguntó

Yo estaba aterrada, eso era lo que pasaba

¿Cómo rayos vamos a salir de aquí?

Me acerque a su pecho, sintiendo su calor.

—Tengo miedo— dije despacio.

Un temor por lo que podría pasar si alguien abre la boca.

—Tranquila. Todo va a salir bien, Malfoy no puede tenernos aquí para siempre. El resto de los aurores están a punto de llegar

Lo miré un momento.

—¿Lo están? —pregunté.

Harry se quedó serio un momento.

—No debí haber dicho eso— se miraba apenado. Pero yo se que es lo que es. Es esta maldita cueva. Si Harry sabe de algún plan estratégico del ministerio podría escupir el té justo ahora. Y no sé cómo es que a Lucius no se le ocurrió utilizar eso a su favor. —Si, no quiero decir más.

—No digamos más— comenté —pesaré en una idea para salir de aquí.

—Está bien, también yo.

Draco Malfoy se mantenía en una esquina, rezagado. Sin moverse. Demasiado quieto que parecía petrificado. Y no es que me importe mucho, pero me pone un poco de nervios que esté así, mirando fijamente la entrada, con las manos temblorosas. Sus orejas se tornaron rojas y creo que quiere llorar.

Trato de ignorarlo morando hacia otro lado, pero tampoco puedo hacer mucho. Escucho como si estuviera hiperventilándose. Harry también lo escucha. Finalmente voltea a verlo y hace por acercarse a él, pero lo detengo.

Soy yo la que se mueve despacio hacia Draco. Cuando lo observo mejor, veo que está bañado en lágrimas. Apretando tanto los dientes como los puños. Tiene los ojos fijos en un punto y no parpadea. Es como si estuviese atrapado en una pesadilla dentro de su propia mente.

Lo odio, sí. No sé si en algún momento estuve consciente de que él pudiera estar loco. Habría que estarlo para hacer lo que hizo. Pero ahora, más que odio, siento pena. Por no decir lastima.

No quiero creer que puedo ver detrás de todas sus capas. Ser capaz de mirar su alma. Sería demasiada pretensión de mi parte. Pero ojalá pudiera saber que pasa por su cabeza justo ahora. No quiero tocarlo. No quiero que algo se detone dentro de él. Pero no sé qué puedo hacer para traerlo de nuevo a la conciencia.

—¿Draco? —Le llamé despacio. Mantengo una distancia prudente de él. —Draco—Le vuelvo a hablar, muy tranquila y despacio.

No sé si tiene miedo, podría haber escuchado a Harry hablar sobre los aurores, y entonces tendría que aclarar lo que hizo.

En incluso podría volver a...

¡Eso es!

Eso es en lo que está pensando...