Reborn At Boot Camp: General Don't Mess Around!

Capítulo 80: Es una moraleja mostrar respeto

¿Comprar un par de exámenes de prueba en la ciudad? ¿Quedarse en la ciudad por la noche y volver mañana por la tarde? ¿No fue un poco exagerado?

Lo más importante es que no quería viajar con Xia Jinyuan en absoluto.

Ella estaba haciendo todo lo posible para rechazarlo. Por supuesto, Xia Jinyuan, —que siempre había sido perspicaz y sensible—, había notado su renuencia.

Sin embargo, fue necesario que fueran a la ciudad porque tenía que llevarle a la comisaría para identificar a los sospechosos.

—He estado conduciendo durante nueve años desde que tenía once, así que puedes confiar en mí, Ye Jian. —Arqueó las cejas ligeramente y mostró una sonrisa un poco traviesa. Pero cuando se volvió para hablar con el director Chen reemplazó su mirada juguetona por una seria. —Tío Chen, ten la seguridad de que la enviaré de regreso sana y salva mañana por la tarde. Es una promesa.

El auto había recorrido decenas de kilómetros, pero Ye Jian todavía estaba enojada.

Sentada en su asiento con indiferencia, no miró a Xia Jinyuan en lo absoluto. Pero él no estaba molesto. En cambio, la miraba de vez en cuando.

El coche salió de la carretera nacional que se planteaba por las montañas. Él no habló hasta que entró en la carretera que conduce a la ciudad. —Parece que te he ofendido otra vez. Tu rostro está tan tenso como una cadena de balas.

—No estoy molesta. Simplemente no quiero hablar contigo. —Dijo Ye Jian con una mirada fría en su rostro, frotándose la frente y apoyándose en él cojín del respaldo. —Aquí está la pistola. ¿Por qué tienes que llevarme a la ciudad? Y no me preguntaste si estaba de acuerdo o no.

Por eso estaba descontenta. Xia Jinyuan se disculpó con ella. —Primero que nada, necesito llevarte a la ciudad. Lamento mucho no haberte dicho con anticipación. Pero...

—Capitán Xia, no me gusta que nadie tome decisiones por mí mientras me mantienen en la oscuridad. —Lo interrumpió Ye Jian sin rodeos. Inclinó la cabeza y lo miró con frialdad. —¡Lo odio mucho!

No fue hasta ese momento que él se dio cuenta de que había cruzado el límite de la chica.

Reprimió levemente la sonrisa en su hermoso rostro. Cuando volvió a hablar, su voz clara y gentil, definitivamente contenía respeto hacia ella. —Ye Jian, lo siento mucho. Tomé la decisión sólo desde mi punto de vista y no consideré tus sentimientos.

Así es. No debería haber tratado a esa chica como una niña. Tenía que tratarla como una adulta, como él mismo.

—Tienes que ir conmigo a la comisaría municipal por lo de la pistola. Tranquila, no te vas a meter en problemas. Es la comisaría la que tiene que registrar el paradero de esa arma. La comisaría municipal me ha dado sólo 24 horas, por eso debo llevarte allí esta noche. —Explicó Xia Jinyuan con seriedad y minuciosidad.

Su disculpa, —junto con el respeto que mostró—, hizo que ella comprendiera su posición. A pesar de su expresión gélida, la conversación entre ellos comenzó a normalizarse. —Yo también necesito pedir disculpas, debería haber entregado la pistola a tiempo.

Ella no era una persona irracional, sino más bien muy considerada y sincera.

Ye Jian era tan inteligente que se dio cuenta del propósito de este viaje cuando escuchó que se dirigían a la ciudad.

¡La indiferencia que había estado mostrando era para dejarle saber a Xia Jinyuan a qué principios se aferraba!

En su vida pasada sufrió pérdidas desastrosas porque no defendió sus principios.

¡En esta vida, ella debe dejar que todos sus conocidos se den cuenta de que ella tenía su propia persistencia y principios que nadie podía cambiar!

Ahora que había alcanzado su objetivo, ya no dijo mucho más sobre el tema.