11. El chico demuestra su valía

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Subió las escaleras y llegó hasta el segundo piso en donde caminó de manera lenta, levantó su mano convirtiendo esta en garras y sonrió esquizofrénica mientras silbaba, un silbido que causaba escalofríos de tan solo escucharlo ya que era muy malévolo.

Con su garra rasguñó la puerta de la habitación de Mew viendo sus garras marcadas en esta, sonrió y le dio una patada a esta puerta con todas sus fuerzas, derribándola por completo entrando a la habitación pero su sonrisa se le borro del rostro al ver la habitación completamente vacía.

Corrió al balcón y se apoyó del barandal de esta cerrando sus ojos mientras aspiraba el aroma de su hijo, solo que este estaba disminuido, al parecer se había ido hace mucho, así que iba a ser imposible localizarlo.

— ¡MUY ASTUTO! ¿NO?... ¡MEW!

...

Después de algunas horas ya Kon había estado en su destino, dejó a Gulf en el suelo mientras caminaba a una silla vieja a sentarse en esta de frente a donde estaba Gulf, sonrió porque era un chico joven y a juzgar por su cuerpo estaba poco usado, tal vez iba a ser el primero en estrenarlo, es decir, que por ese lado estaba demasiado feliz por pasar a este grandioso paso.

— Voy a hacer muchas cosas contigo.

Gulf después de unos minutos comenzó a despertar de manera lenta, su cabeza dolía un poco y no sabía en donde estaba, pero al abrir los ojos pudo ver a él hombre que había visto en la casa, era el mismo con el que Zira estaba hablando, es decir, que se lo había llevado y lo iba a matar.

Gulf se aterrorizó y su cuerpo comenzó a temblar, algunas lágrimas salieron de sus ojos, así mismo como leves sollozos por estar en ese lugar, aunque pensaba en la pequeña carta que le había dejado a Mew, sabía que tal vez si este despertaba podía buscarlo aunque no estaba tan seguro de eso ya que si la señora Zira iba a la habitación y el antídoto aún no había funcionado, entonces todo se iba a complicar.

— Umm...

Gulf se quejó mientras se sentaba en el suelo de frente al hombre que estaba sentado frente a él, se tapó la parte de arriba de su cuerpo ya que no sabía la razón del porqué no traía playera. Sintió frío y temor al estar solo con este hombre que en si era malo, pero no sabia cuales más mañas tenía, y eso era algo que le preocupaba más de lo normal, que podía hacerle este.

— Creo que será mejor que me vaya.

Tratando de invadir el hecho de que estaba prisionero con este hombre, Gulf se levantó teniendo sus piernas temblorosas y corrió hacia lo que era como una puerta oxidada aunque no dio ni tres pasos cuando su cabeza dolió aún más y su cuerpo fue domado por su cabello. Kon lo había alcanzado antes de que hiciera cualquier ruido comprometedor.

— De aquí no te vas... Digamos que ahora me perteneces... Que tú cuerpo fue algo que me ofrecieron y no desaprovechare esta maravillosa propuesta por absolutamente nada.

— ¡Yo no te pertenezco!

Gulf levantó uno de sus pies y lo bajo en uno de los de Kon, pisándolo con mucha intensidad tratando así quitárselo de encima aunque fue imposible porque este hombre tenía más fuerza de lo que se podía imaginar.

— ¡SUÉLTAME!

Gulf estaba luchando por quitarse a este hombre de encima solo que no podía, Kon lanzó a Gulf al suelo y luego se puso él sobre este, dándole tres cachetadas seguidas haciendo que este sangrara por la comisura de sus labios por la intensidad de los golpes.

Gulf con sus ojos llorosos y negando ante lo que Kon le quería hacer, lo intenta alejar por el pecho pero sus manos fueron agarradas de inmediato.

— No te opongas... Todo será muy rápido.

Kon se quitó la camisa que traía y agarró a Gulf por el cuello estabilizando su cabeza para bajar a sus labios y besarlo con intensidad pero ahí sintió como el chico le mordía los labios sintiendo un dolor intenso, se separa del beso y lo abofetea hasta dejarlo ido por los golpes que le había dado en la cara sin detenerse.

Kon lo volteo y bajo los pantalones de este para quitarse los suyos, ambos quedando completamente desnudo. Los gritos de Gulf se podían escuchar por todo el lugar, incluso enterraba las uñas en el suelo rompiéndoseles algunas pero solo no quería que le hiciera nada este hombre que lo dejara en paz y que lo dejara tal y como estaba.

— ¡SU-EL-TA-ME!

...

Mew estaba corriendo por todo el bosque, sentía algo en su pecho nuevamente como si algo no estaba bien, como si alguien muy cercano a él necesitaba ayuda, no sabía el porqué de eso pero lo más probable era que Gulf necesitara de su ayuda de inmediato.

Corrió más rápido escuchando con su buen oído a lo lejos en lo más profundo del bosque unos gritos de desesperación ¿quien era? No sabía pero la voz se le hacía conocida, se le hacía familiar.

— ¡Gulf!

A medida que se estaba acercando al lugar observó una pequeña cabaña la cual tenía las luces encendidas y de ahí era que provenían los gritos de desesperación.

...

Gulf estaba desesperado, aún no sentía nada porque se estaba moviendo demasiado, si se movía mucho entonces lo iba a retrasar y eso era justo lo que quería, retrasarlo para que no pudiera hacer nada, para que no pudiera abusar de él.

A unos pocos centímetros de él miró una arma, se puso feliz al verla ya que podía tener una esperanza con eso, extendió su mano lo más que pudo tratando de alcanzarla pero por más que la extendía no la podía agarrar y es que estaba demasiado lejos como para tomarla.

Se movió más rápido quitándose un poco el peso del hombre de encima y así pudo agarrar el arma, le dio con esta en la cabeza a Kon, lanzándolo al suelo y luego se levantó de manera rápida.

— Te dejare vivo porque no soy un asesino.

Gulf le dio una patada en la cabeza con fuerza mientras veía como este tenía los ojos cerrados aunque solo fue una hábil trampa de Kon, ya que cuando Gulf le dio la espalda se levantó de manera rápida agarrándolo del cabello mientras lo pegó a la pared pegando su pelvis en las nalgas de este pero sin hacer nada aún.

— Eres muy estúpido.

Las carcajadas de Kon se escucharon por todo el lugar, esto hizo tensar a Gulf aunque no contaba con que tenía el arma en mano.

Gulf le dio una patada en la entrepierna a este luego se volteo y jalo el gatillo disparándole en el pecho, viendo como el cuerpo de este quedaba parado por unos pocos segundos y después se fue para atrás cayendo al suelo.

En ese momento Gulf estaba en shock, estaba desnudo y con sus ojos abierto como platos y llorosos, no reaccionaba ni siquiera estaba seguro de lo que había hecho, pensaba que era un sueño, un sueño del que quería despertar porque no era un asesino, y no lo iba a hacer.

— ¡GULF!

Negó de manera rápida y dejó caer el arma al suelo en cuanto puso sus ojos llorosos en el hombre que lo había llamado.

— M-m-me-ew

...

Las cosas cada vez se ponían más complicadas, ahora Gulf ignoraba el hecho de que había matado a un hombre, aunque esta muerte fue en defensa propia.

En cuanto Zira, estaba tramando algo para que su hijo volviera a la casa ya que se había dado cuenta que se había ido, aunque lo quería encontrar y no para vivir como madre e hijo nuevamente.

...

[La hija y el lobo]

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La hija del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora