— No me digas así.— Remarco cada palabra apuntandolo, este levanta una ceja.

— Este tipo es jodidamente suicida.— Frunce su boca viendome.

— ¡Eso es lo que digo!— Esclama el otro detrás. Siento unos pasos hacía nosotros.— Mira Mark, todos estamos aqui por una sola razón. Bajale dos o cuatro a tu rabia, porque el tipo que tienes delante está más loco que Sandra y yo juntos y por mucho que  quiera ver como te hace mierda, no es el momento.— Este tipo sonríe sadicamente y yo trato de calmar mi acelerada respiración, por mucho que me quiera meter en alguna pelea no puedo en estos momentos y menos con una niña cerca.

Me alejo guardando todo para cuando despierte Vega, alimentarla.

— ¿Cassy?— Ladeo un poco la cabeza para escuchar mejor la conversación.

— En la sala atormentando y jodiendo al  gato.— Le responde.— ¿Qué tienes?— Su voz cambia de tono a uno más oscuro.

— Nada, esos hijos de puta no sabían nada.— Gruñe Clark, aprieto las bolsas de compras.— Un tipo les dió indicaciones y ellos no hicieron más preguntas.

— No me invitaste a la fiesta.— Se queja Clint.

— Los quería solo para mi, tu nunca me invitas a nada bueno.— Chista, niego al entender que esta gente está igual de mal de la cabeza.— Alguno de los tíos seguramente fué.— Giro completamente el cuerpo al escuchar su gruñido.

— ¿Tíos?— Pregunto confundido, estos voltean a verme.

— Los malditos tíos de Sandra son los primeros que la querrían ver muerta.— Dice Clint apretando los puños, levanto las cejas con sorpresa.

— ¿Dos hombres y una mujer?— Me miran con sorpresa y se acercan un poco.— El día que Vega fué a ver las camaras, unas personas la vinieron a ver.— Maldicen y Clark levanta el telefono mostrandome una imagen de las mismas personas, asiento.

— Hijos de puta.— Gruñe llevandose el telefono al oido. Frunzo el ceño confundido.

— ¿Qué pasa?— Clint me mira rojo de furia.

— Esos malditos la quieren muerta.— Doy un paso atrás de la impresión.

Niego.

— Pero los vi sonreirles y hasta Vega sonreía.— Clark lanza una carcajada al escucharme.

— Porque había gente pero espera verlos a puertas cerradas.— Trago saliva volviendo a recordar la escena.

— La odían porque la loca de su madre le dejó todo a Sandra.— Habla esta vez Clints.

— ¿A tal extremo?— Digo lleno de sorpresa. Clark se rié, baja el telefono tecleando algo en el.

— La plata lo mueve todo chico, la sangre llega hasta cierto punto.— Este habla.— Y nunca han querido a Sandra, siempre le han dicho bastarda.— Una punzada se clava en mi pecho al pensar en sus palabras y más que todo es las que yo le dije.

Desvío la mirada arrepentido al recorda, mi mente ahora es más clara ante ese recuerdo, ese brillo que apareció. La sonrisa, esa jodida sonrisa que era un escudo.

— ¿Por qué no han hecho nada al respecto?— Ante mi pregunta se observan, vuelven la vista hacía mi otra vez pero se quedan en silencio. Hay más de lo que sé.— ¿Como podemos saber que ellos son en realidad los responsables?— Trato con otra pregunta al ver si recibo una respuesta.

— Pruebas, pero saben ocultarse muy bien.— Me cruzo de brazos frustrado.— Y creeme que siemre ando pendiente de ellos.

— ¿Por qué ella no salió corriendo?— Susurro sin pensar, los dos se vuelven a carcajear, levanto la mirada encontrandome el brillo sadico en sus iris.

Bebida, Lagrimas y Sangre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora