Steve se arrodilló frente a Peggy y un dolor comenzó a surgir en el pecho de Deborah, que trataba de despejar sus pensamientos. Al no lograrlo, simplemente le dio una mirada a Margaret y se fue a buscar a su madre, bajando un par de escaleras para notar a Natasha combatiendo para que Bruce y William se mantengan en su forma humana.
Deborah se dirijo con el menor de los Banner después de asentirle a su madre dando a entender que se encontraba bien. Sus ojos azules fueron a los marrones de Will. Los sentimientos que comenzaban a surgir de parte de la pelirroja hacia el castaño parecían sacarla de sus demonios por un rato, la calma que el le proporcionaba era abundante.
—Hey, mírame, estoy aquí. Estarás bien. —le repetía una y otra vez, aunque parecía que sus palabras no hacían nada, que no causaban nada en el—.
Joder, quería probar que ella podía calmarlo, darle esa paz que ella sentía por parte de él, esa paz que de alguna forma la invadía cuando lo veía pero que.. no se veía mutua, y ese sentimiento la estaba quemando. Ambos Banner se terminaron convirtiendo en los Hulks. Las pelirroja compartieron una mirada y exhalaron frustradas. Bruce comenzó a perseguir a Natasha y Debbie comenzó a perseguir a William, tratando de calmarlo.
—¡William, soy yo! ¡Por dios, escúchame, este no eres tú! —exclamaba con brusquedad, sus palabras saliendo con un poco de molestia y frustración, quería calmarlo, tener el poder de mantenerlo con serenidad y estaba fallando con atrocidad—.
Lars y Dahlia finalmente se acercaron, Thor en medio de ellos, su mano izquierda en el hombro de su hijo y su mano derecha en la espalda de su hija, ambas manos acariciandolos levemente. Lars se alejó del toque y Dahlia se mantuvo en este. La rubia rompió el silencio después de unos segundos.
—Iré con Adela, ustedes encárguense de estos malotes. —espetó refiriéndose a los agentes de los oponentes que estaban atacando. Ambos rubios asintieron mientras ella se iba—.
La armadura de Liz volaba al rededor del Helicarrier repleto de zonas rotas y destruidas. Cuando vio la silueta de Will convertido en Hulk no dudó en bajar la intensidad de sus estabilizadores de vuelo para caminar en la armadura dentro del lugar, buscándolo rápidamente a trote.
Su casco reveló su rostro cuando lo encontró. El Hulk la tiró al suelo y un estruendo metálico resonó en dicha habitación donde ahora se encontraban, el puño de William casi impacta en el rostro de Elizabeth hasta que los ojos verdes del Hulk parecen ablandarse al verla. La respiración de Lizzie veloz.
—Will, ya pasó. —colocó sus manos en las mejillas verdes del Hulk, una pequeña sonrisa en sus labios—. Ey, ey.. ¿Tranquilito, okey? No querrás golpear mi bello y joven rostro. —susurró con poco aliento mientras su sonrisa se volvía algo divertida pese a la situación—.
Pudo divisar como su forma de Hulk se volvía cada vez más pequeña. Había funcionado. Cerró sus ojos con vergüenza al darse cuenta de que en su forma humana su ropa estaba rota y era básicamente inexistente. Desvió la mirada poniendo su mano en sus ojos, como una niña pequeña que sin querer veía una escena explícita.
Una risilla de William resonó, negando con su cabeza.
—Ponte ropa, Willy Wonka.
[ ... ]
Nadie sabía cuento tiempo había transcurrido en esa persecución, todos los presentes en la mesa estaban completamente aturdidos. Habían seis sillas, solo tres ocupadas. Tony, Steve y Debbie estaban sentados, el Capitán en medio de los dos. Adela estaba a un costado de Fury, una mirada perdida rebalsaba los ojos de la mayoría. Atrás de la mesa estaban William y Elizabeth.
El Banner menor tenía su mano apoyada en la espalda baja de la menor, que tenía sus brazos cruzados y su mirada clavada en el suelo, sus ojos marrones hinchados y llorosos, mordiendo su tembloroso labio inferior para que un sollozo no escape de ella. Su cabeza estaba apoyada en el pecho de William, que deslizó su mano hasta la parte trasera de la cabeza de la femenina, empujando de esta levemente para que se esconda en su pecho.
Liz conoció a Phil desde pequeña, había conseguido su número y habían forjado una bonita relación, el era una persona muy importante para ella, en su vida era como una pieza de oro. Su padre conocía de este trato que ella tenía hacia Phil, ese encanto y pizca de inocencia que la castaña conservaba para quienes más atesoraba. Will mantuvo su mentón encima de la cabeza de la chica.
—Tranquila, Lizzie, estoy aquí.
Murmuró para que ella lo escuchara, su tonada tranquila con anhelo de que la menor le dedique una sonrisa.
—Estás estaban en la chaqueta de Coulson.. —dijo Fury, arrojando unas barajas de colección manchadas con sangre en la mesa de vidrio, Elizabeth movió lentamente su rostro del cuerpo del masculino para mirar las posesiones de Phil sobre la mesa, cubriendo su boca con su mano—.
—Creo que jamás pudo lograr que las firmaras.. —agregó Adela—.
El dedo de Steve deslizó el cromo del Capitán América cerca suyo, dándole un vistazo. Debbie miró dicho cromo de reojo. Tony no soltaba ninguna palabra.
—Perdimos todas nuestras conexiones, la ubicación del cubo.. —comenzó a enumerar el moreno—. Banner, Thor, Dahlia, Lars.. no tenemos nada.
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notstarkindustries
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SUS HEREDEROS¹ || 𝐌𝐀𝐑𝐕𝐄𝐋
Science Fiction࣪˖ . ֺ ָ ֙⋆. 𝑺𝑼𝑺 𝑯𝑬𝑹𝑬𝑫𝑬𝑹𝑶𝑺 𝘶𝘯𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘶𝘤𝘮 Hijos de los Vengadores, de villanos, entre otros. Nadie se imaginaba que tantas personas importantes ya hayan tenido decendencia, pero aqu...
8: Persecución: La muerte de un buen hombre.
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