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Las sirenas de ambulancias, policía y bomberos no es lo que ha llamado la atención de los vecinos de la UA. Sino el inmenso ruido que ha hecho la explosión en el gimnasio. Explosión la cual no fue tan peligrosa como esperaban.

Pero el gimnasio estaría inoperativo un tiempo.

Y los tres estudiantes a salvo.

-Menos mal que estáis bien.

-¡¡Midoriya sensei!!

Lloran abrazados a su profesor favorito. Éste también les abraza con cariño. Desde el primer año ya captaron su atención y ahora que pronto se graduarán le costaba dejarles marchar. Cada año era más duro ver graduarse a sus alumnos mientras él seguía allí, perenne, sin ningún cambio, todo rutinario, sin sueños personales pues toda esperanza y deseo era para con sus alumnos.

-Eso ha sido una imprudencia, sensei.

Los tres alumnos callan de golpe. Es la primera vez que tienen al héroe número uno tan, tan cerca, y su expresión tras el antifaz es de un enfado descomunal.

-Son mis alumnos, no podía dejar que les pasara nada.

-¿Y su vida no le importa?

-¿La suya tampoco, Dynamight?

Dynamight chista.

-Déjeme ver.- agarra con algo de torpeza y fuerza la mandíbula de Midoriya – Debería ir al hospital – dice observándole la fea herida de su frente.

-Es solo un rasguño.

-Por sus alumnos, hágalo.

Midoriya asiente.

Y al levantar la mirada se encuentra con la ardiente del héroe.

Es profunda, oscura, intensa.

Mientras que Dynamight se ha quedado sin respiración ante la belleza del profesor pecoso. Una brisa fresca. El olor a bosque. A hierbabuena. Si esto fuera un omegaverse estaría oliendo sus feromonas.

Son segundos lo que dura ese cruce de miradas. Los suficientes para provocar que a Midoriya le sangre la nariz.

-¡Ah, l-lo siento! – se disculpa limpiándose con las manos e inmediatamente es Dynamight quien, con delicadeza, le limpia con su propio guante.

-Vaya al hospital.

-N-no es debido a la explosión.

-¿Y entonces por qué ha sido? ¿Por mi increíble y descomunal belleza? – Midoriya no responde. Sus mejillas se ruborizan fugazmente. Y Dinamight siente algo por primera vez que no entiende – Gracias por salvar a esos chicos – Midoriya se gira sorprendido – Tienen un buen profesor. Se nota que tiene madera para trabajar en la UA. Siga así, Midoriya sensei.

Siente un cosquilleo en la clavícula que difumina tendiéndole la mano que no tarda en ser estrechada. Una mano sudada bajo un guante que Dynamight se ha quitado por educación notando la piel suave y delicada del profesor. Unas manos perfectas en contacto con otras más ásperas y menos cuidadas.

Tiende su mano que no tarda en ser estrechada.

The ChallengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora