Cap. 13 | Sábado: Una cita calurosa

Comenzar desde el principio
                                    

—¿Tienes dinero? —añadió otro, mirando sus bolsillos.

—No lo molesten niños —exclamó Onemine al aparecer en escena, algo irritada, mientras se acercaba rápidamente—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—No lo molesten niños —exclamó Onemine al aparecer en escena, algo irritada, mientras se acercaba rápidamente—. ¡Vayan a comer!

Los niños, aún riendo, se retiraron corriendo, dejando a Tadano suspirando de alivio.

—Lamento eso, son mis hermanos... —dijo Onemine con una sonrisa amable—. El chico es Kazuya, y las niñas son Nana y Nano. Son cuatro en realidad, pero no te preocupes, tal vez te molesten un poco. Ven, síguenos.

Onemine guió a Tadano hacia el comedor. El ambiente era cálido y acogedor, con los tres hermanos menores jugando alrededor de una pequeña mesita japonesa, de esas cortas que apenas alcanzaban las rodillas. El olor a comida caliente recién hecha llenaba el aire, haciendo que todo se sintiera aún más hogareño. Los niños reían y hablaban entre ellos mientras jugaban con pequeños juguetes esparcidos por la mesa.

—No tengo tantas cosas, pero siéntete cómodo como en tu casa —dijo Onemine, sentándose en el suelo cerca de la mesita baja. Los hermanos menores rápidamente se colocaron a su lado, tratando de acaparar su atención, mientras miraban de reojo a Tadano con una mezcla de curiosidad y desconfianza.

Tadano, algo nervioso, se sentó frente a Onemine, notando cómo los pequeños seguían observándolo.

—¿De qué querías hablar? —preguntó Onemine, con una sonrisa tranquila, pero su mirada mostraba un toque de curiosidad.

Tadano tomó un sorbo de té mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Sabía que debía ser directo, pero estar en la casa de Onemine lo ponía nervioso. Las risitas de los hermanos menores no ayudaban, y sus intentos torpes de iniciar una conversación solo lo hacían sentirse más tenso.

—Bueno, yo... quería hablar contigo de algo... importante... —empezó Tadano, su voz algo más aguda de lo normal—. Sobre... Para conocerte mejor, ya sabes...

Onemine lo miró, claramente esperando más detalles, mientras Nano, una de las hermanas menores, se acurrucaba al lado de ella.

—Hermana, ¿puedo sentarme en tu regazo? —preguntó Nano, interrumpiendo el intento de Tadano de continuar.

—Espera un momento. Anda, ve a jugar con Kazuya —dijo Onemine con una sonrisa.

Tadano rió nerviosamente, luchando por encontrar las palabras adecuadas. —Jejeje... bueno, ya sabes, esto puede sonar un poco raro, pero... ¿alguna vez te has preguntado si alguien en tu familia tiene... habilidades especiales? Ya sabes, como... poder ver cosas que los demás no ven. Tal vez...

Onemine lo miró confundida, pero antes de que pudiera responder, Kazuya, el hermano mayor, se acercó corriendo con un juguete en la mano.

—¡Hermana, mira, hice una torre con mis bloques! —dijo Kazuya, ignorando por completo la conversación.

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora