𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 [Liam Mairi]

𝟏𝟔 | respected, feared and hunted

— Definitivamente es mejor que "cadáveres". ¿Dónde está tu reliquia? — pregunta Violet a Ridoc mientras pasan por unas columnas de dragones y suben hacia el área común.

— Justo aquí — retira su brazo del hombro de la chica y se levanta la manga de la túnica para mostrarle la marca café de la silueta de un dragón en la parte de arriba de su brazo —  ¿Y la tuya?

— No se ve. Está en mi espalda.

— Vaya, tenemos más en común de lo que pensé — comenta la chica Riorson.

— ¿La tuya también está en tu espalda? — cuestiona con sorpresa, Aleska asiente.

— Eso las mantendrá a salvo si en algún momento están lejos de sus dragones gigantes. No sé cuál de los dos me dió más miedo cuando los ví, pero por un segundo creí que me iba a cagar encima — comenta Ridoc, haciéndolas sonreír — ¿Y la tuya, Rhi?

— Está en un lugar que nunca verás — responde ella.

— Me lastimas — se pega en el pecho con una mano.

— Lo dudo mucho — dice con una sonrisa en su rostro.

— ¿Qué hay de ustedes? — Ridoc se dirige a Killian y Yelena.

— Brazo derecho — responde la rubia.

— Espalda baja — contesta el chico.

Cruzan el área común hacia la sala de reuniones y luego van a formar para el desayuno. El sobresalto de Violet al ver quién está detrás del mostrador es bastante notorio.

Oren, cuya mirada estaba puesta sobre ella con un odio que intimidaría a cualquiera.

— Imbécil — murmura Ridoc detrás de ella— Aún no puedo creer que hayan intentado matarte.

— ¿Intentaron matarte? — la voz de Aleska sale con más sorpresa de la que quería.

No era mucha impresión, después de todo, a Violet la consideraban el eslabón más débil, ¿no?

— Sí — suspira — Oí que a ti también.

— Intento fallido. Nada de lo que no pudiera encargarme. Aunque aún me duele la cabeza.

Se dirigen a la sección del Ala Cuatro, encuentran una mesa y...

— ¿Les importa si…? — comienza a preguntar Killian.

— ¡Por supuesto! ¡Son suyos! — un par de chicos de la Sección Cola se quitan de la banca.

— ¡Perdón, Riorson! — dice el otro mientras buscan otra mesa — ¡Perdón, Sorrengail!

¿Qué rayos?

— Qué cosa más rara — Rhiannon se va al otro lado de la mesa y Violet la sigue, al igual que Ridoc, poniéndose de espaldas a la pared mientras se sientan en la banca y
colocan las bandejas frente a ellos.

Los tres marcados repiten la acción al sentarse frente a ellos en la misma mesa.

— ¿Lo más raro? — comenta Ridoc, señalando al otro lado del lugar, hacia el Ala Uno.

Miran hacia donde apuntan sus ojos y enarcan las cejas. Estaban sacando a empujones de su mesa a Jack Barlowe, obligándolo a pararse mientras otros ocupan su lugar.

— ¿Qué demonios está pasando? — inquiere Rhiannon.

Jack se va a otra mesa, cuyos ocupantes no están dispuestos a hacerle espacio, y luego encuentra un lugar a dos mesas de allí.

— Cayeron los grandes — señala Killian, viendo el mismo espectáculo.

Una chica del Ala Uno saluda a Violet al pasar frente a la mesa y ella le devuelve el saludo agitando la mano con incomodidad.