Arrepentimiento / Extra

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Dándose media vuelta impidiendo a su padre poder responderle se acomodó su mochila y avanzó hasta la salida teniendo en mente su nueva posible vida que aunque intentará imaginarla un poco mejor le seguía costando un poco. Desde hacía meses sus padres solo se la pasaban discutiendo día y noche a todas horas y por la cosa más mínima llegando al punto que el encontraba más paz en lo caótico que resultaba ser su salón de clases que en su propia casa pero ahora que había nacido aquel niño que sus padres concibieron por error, no se imaginaba como las cosas podían ponerse.

Cumpliendo sus palabras decidió no aparecerse en todo lo que restaba de la tarde en su casa sin embargo alargó aún más su estadía en la casa del quien era su mejor amigo que era seis años mayor que él solo con tal de no regresar al posible campo de guerra que podía ser su hogar pero más temprano que tarde y por cuestiones monetarias tuvo que regresar, con su mochila colgada sobre su hombro, con algunos moretones causados por las peleas callejeras en las que participaba y con un poco de dinero oculto entre las bolsas de su chamarra. Abrió la puerta y a simple vista toda la casa de encontraba en orden pero tal como lo imaginaba los gritos y el ruido de algunos objetos golpeando en suelo en conjunto de un ligero llanto lo recibieron.

Solo se quitó los zapatos en la entrada ignorando como sus padres discutían y se aventaban cosas en la salaz desconocía el origen del pleito pero creía que se debía a lo mismo... Una posible nueva infidelidad por parte de su madre y la adicción de su padre por el alcohol. Suspiró molesto notando cómo su presencia pasaba desapercibida mientras subía las escaleras intentando llegar lo antes posible a su cuarto para sacar de ahí lo último que tenía de dinero y así regresar a la casa de su amigo donde a pesar de que ese amigo era alguien de cuidado la vibra en su casa se sentía menos tensa que estar con sus padres pero conforme llegaba al segundo piso aquel llanto parecía ser un poco más fuerte.

Cautivado por la curiosidad sabiendo que se trataba de su hermano caminó a dónde era su nueva habitación, abrió la puerta viendo todo tal como lo había dejado (al ser él quién había ordenado todo al estar su padre indispuesto “por trabajo” y su madre molesta por el embarazo) caminó notando las cosas aún selladas, la ventana abierta que había dejado así para que la pintura rosa (que él creía conveniente para recibir a su hermana desconociendo en aquel entonces el verdadero sexo del bebé) secara y algunas prendas de ropa sobre una mecedora que aún contenían la estampilla con el precio y otras de plano seguían en sus bolsas.

Con cierta preocupación se acercó a la cuna, giró los ojos reclamando en su mente la irresponsabilidad de sus padres; se maldijo entre dientes por haber tenido que volver ya que si se hubiera quedado por allá no se hubiera enterado del estado de su hermano, con cuidado lo sacó de la cuna y con sus nulos conocimientos en niños al él tener aún apenas 11 años pero con ayuda de tutoriales que pudo encontrar en internet se encargó de atender las necesidades de su hermano en ese momento para mínimo dejarlo bien antes de volver a irse.

Cuando después de bañarlo y vestirlo logró hacer que su llanto se calmara intentó alimentarlo pero pedirle a su madre ayuda no era conveniente; caminó a una de las repisas del cuarto para tomar lo necesario y preparar algo de leche en polvo como mínimo aunque según internet no era lo más recomendable pero en esa situación podía aplicar como emergencia.

Luego de eternos minutos llegando a pasar casi incluso media hora logró dormirlo gracias a la gran ayuda de la leche en polvo diluida en agua caliente. Sentado en la mecedora, meciéndose lentamente de atrás hacia adelante, cargando con cuidado a su hermano y con su vista atónita en el techo del cuarto finalmente encontró algo de tranquilidad al no escuchar más los sollozos del bebé pero temiendo por levantarse y despertarlo al tener que repetir todo el proceso nuevamente, sin embargo debido a sus propias decisiones no podía continuar así, con miedo se levantó dejando al pequeño dentro de la cuna otra vez, evitó cubrirlo con alguna manta y quitó almohadas y peluches ante el temor de que debido a la falta de atención el niño terminara ahogándose.

16 de AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora