Capítulo VIII: Exámenes Parciales

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FUUUTARO: (susurrando) Gracias... a todas.

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Fuutaro respira hondo, observando a las quintillizas que están reunidas alrededor de su cama. Las chicas lo miran con expectación, nerviosas pero decididas a escuchar lo que él tiene que decir. La tensión en la habitación es palpable, y Fuutaro sabe que no puede seguir ocultándoles la verdad. Finalmente, con un suspiro resignado, comienza a hablar.

FUUUTARO: (su voz temblorosa al principio, pero luego se fortalece) Chicas... supongo que les debo una explicación.

Las quintillizas intercambian miradas nerviosas, sintiendo la seriedad de sus palabras. Fuutaro se sienta más derecho, apoyando las manos sobre sus rodillas mientras junta el valor para continuar.

FUUUTARO: (haciendo una pausa, su mirada se vuelve distante) Hace casi un año, mi vida cambió por completo. Un objeto cayó del cielo, y cuando lo encontré... no sabía qué era. Al principio, pensé que era solo un reloj extraño, pero...

Nino frunce el ceño, inclinándose hacia adelante.

NINO: (curiosa) ¿Un reloj? ¿Te refieres al reloj de tu muñeca?

Fuutaro asiente lentamente, tocando el dispositivo en su muñeca.

FUUUTARO: (su voz se endurece al recordar) Sí, este reloj es el Omnitrix. No tenía idea de lo que hacía, pero antes de que pudiera entenderlo, alguien vino por él. Un ser llamado Vilgax... un monstruo que buscaba este dispositivo para usarlo como una herramienta de destrucción.

Las quintillizas se quedan en silencio, sorprendidas por la revelación. Fuutaro aprieta los puños, su expresión endureciéndose al recordar el momento más doloroso.

FUUUTARO: (susurrando con dolor) Él... vino a buscarme. Quería el Omnitrix, y no le importaba lo que tuviera que hacer para obtenerlo. Durante nuestra primera pelea, destrozó todo a su paso, y... mi madre...

Su voz se quiebra, y las chicas lo miran con preocupación. Ichika se lleva una mano a la boca, conteniendo un jadeo, mientras Miku baja la mirada, sintiendo su dolor.

ICHIKA: (suavemente, casi en un susurro) Fuutaro-kun...

Fuutaro traga saliva, esforzándose por mantener la compostura.

FUUUTARO: (continuando, su voz llena de tristeza y rabia) Ella... se sacrificó para protegerme. Para darme tiempo para escapar. Pero no pude salvarla. Desde entonces, he llevado esta carga... este poder... tratando de hacer algo bueno con él, de ser un héroe, como ella hubiera querido.

Las lágrimas se acumulan en los ojos de las quintillizas, entendiendo por primera vez el peso que Fuutaro ha estado cargando solo. Yotsuba intenta hablar, pero las palabras se le quedan atrapadas en la garganta.

YOTSUBA: (temblando) Uesugi-san...

Fuutaro asiente, agradecido por su comprensión, pero continúa.

FUUUTARO: (firmemente) El Omnitrix me permite convertirme en diferentes formas alienígenas. Diez en total, cada una con habilidades únicas. En Bestia, una criatura con sentidos agudos y agilidad extrema; Cuatro Brazos, una forma con fuerza descomunal; Materia Gris, un genio diminuto con capacidad para construir cualquier cosa; XLR8, una forma que puede moverse a velocidades increíbles; Ultra T, una armadura viviente indestructible...

Fuutaro hace una pausa para permitir que las chicas asimilen lo que está diciendo. Sus expresiones cambian de asombro a fascinación, cada una visualizando en su mente las increíbles transformaciones de las que está hablando.

Fuutaro 10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora