ᴀᴍᴏᴜʀ ғᴏᴜ - 𝐑𝐚𝐟𝐞 𝐂𝐚𝐦𝐞𝐫𝐨𝐧 !

₁.₁ | ᵖⁱˡᵒᵗ

—¿Qué sucede, ma? —pregunté una vez llegué a la cocina—. Si me llamaste por algo tonto, juro que quemaré tu armario.

—No seas dramática —río—. Tu padre y Juliette tuvieron que salir y yo tengo que irme a la oficina. Te pediría que no vayas con tus amigos, pero sé que lo harás, así que me ahorraré ese paso —suspiró, acomodando su cabello detrás de su oreja—. Lo único que te pido, es que no vuelvas tarde, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —asentí con una sonrisa—. Gracias, ma.

—Quiero un beso —reclamó poniendo un dedo sobre su mejilla. Reí y me acerqué a ella para depositar un beso sobre aquella mejilla señalada.

Era bueno que no sean tan molestos para dejarme hacer planes.

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Casi llegando a casa de John B, donde ahora se encontraban mis amigos, pude notar el desastre que había dejado el huracán Agatha, el cual ocurrió ayer durante la noche. Habían árboles rotos y caídos, casas destruidas, botes incluso medio hundidos. Era todo un terrible caos. Cuando divisé la choza de John B frente a mí, frene y baje del auto.

—¿Agatha hizo su trabajo? —oí la voz de JJ cerca, por lo que supuse que se encontraban afuera.

—Sí que trabajo, y mucho —respondí acercándome a ellos.

—Hola, Val —saludó John B, sacando una rama del HMS—. Siempre es bueno que llegues a casa con tu lujosa camioneta para no tener que gastar de mi gasolina.

—Hola, princesa —JJ me regaló una de sus tantas sonrisas encantadoras mientras dejaba una mano sobre mi cadera y un corto beso sobre mis labios—. ¿Agatha destruyó algo en Thornfield? —cuestionó, refiriéndose a mi casa.

—Estuvimos sin luz por varias horas, pero ahora ya está de vuelta —respondí—. Aunque la señal no es muy buena.

—Bueno, aquí no hay ni luz ni señal —dijo John B acercándose—. Te gané.

—Oye, ¿y Servicios Infantiles? ¿No era hoy? —preguntó JJ.

—No, no se subirán a un ferri —respondió sin importancia—. Oigan, piénsenlo —señaló al mar—. Dios nos dice que pesquemos.

—Dios nos dice que dejes de ignorar a Servicios Infantiles, JB —reí mirándolo—. Vamos.

Ayudamos a John B a terminar de quitar las ramas que había sobre su bote para poder usarlo. Agatha había hecho añicos demasiados árboles, tanto que uno de ellos cayó en la motocicleta de agua de mi papá. Cuando ya habíamos sacado todas las ramas, JJ y John B se cambiaron y fuimos a por Kiara y Pope, los últimos dos integrantes de mi caótico y fantástico grupo.

—Dentro de poco tiempo vendrá una mujer con sus hijas, y son muy cercanas a mis padres —informe hacia el rubio—. Haremos una cena de bienvenida. ¿Quieres venir?

—Ni siquiera sé porqué lo preguntas. Adoro las comidas de Gina.

—Genial —sonreí—. Mamá me rogó para que te invite, y Jules dijo que la cena sería aburrida si tú no estás.

—Es bueno saber que me quieren —ironizó—. Hasta te diría que harían un intercambio de nosotros dos. 

Reí por lo bajo y JJ me guiñó un ojo. Sabía lo muy contento que lo ponía el hecho de que mi familia lo acepte de una manera tan natural, ya que él siempre decía que mi familia por ser rica jamás aceptaría su condición y calidad de vida. Pero, sinceramente, mis padres son los más flexibles que conozco hasta el momento.