28. No sabes quien Soy

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La voz de mi madre rompió el silencio, llamándome desde la puerta.

:- Cariño...-

No aparté la vista de la pantalla.

:- ¡Ahora no, mamá! - gruñí, mi voz llena de veneno.

:- Tenemos que ir donde tu doctor... - continuó ella, como si no hubiera escuchado mi tono.

:- No quiero ir hoy - respondí, con la misma frialdad. Las fotos seguían delante de mí, y mis pensamientos giraban en torno a Freen.

¿No piensas alejarte de ella cierto?

:- Cariño, la semana pasada me prometiste... - empezó a decir, pero mi paciencia había desaparecido por completo.

:- ¡Que te largues de aquí! ¡No quiero ir donde ese imbécil que me hace creer que estoy loca! ¡Déjame en paz! - Grité tan fuerte que mi garganta dolió. Escuché el silencio después, pesado, como una losa. Mi madre no dijo nada. Solo bajó la cabeza y cerró la puerta lentamente.

Me quedé ahí, respirando pesadamente. Mis manos temblaban, y el mundo a mi alrededor parecía más pequeño, más oscuro. Sin pensarlo, barrí con el brazo todo lo que había sobre mi escritorio. Los papeles, los libros, el laptop, todo cayó al suelo con un estruendo.

Mierda

Me levanté, y salí de la habitación. Bajé las escaleras lentamente. Encontré a mi madre en la cocina. Estaba ahí, como siempre, preparando algo, pero se veía... triste. No podía soportarlo. No podía soportar verla así por mi culpa.

Me acerqué y la abracé por la espalda, apoyando mi frente contra su hombro.

:- Lo siento, mamá - susurré, mis palabras llenas de arrepentimiento.

:- No sé por qué estás enojada esta vez, pero no es mi culpa, hija - dijo sin mirarme, su voz suave pero distante.

:- Lo sé, mamá. Lo siento... ¿me perdonas? - Mi voz sonaba pequeña, como la de una niña asustada.

:- Solo si vamos donde el doctor - respondió ella, todavía sin voltear.

Suspiré, sabiendo que no había escapatoria.

:- Mamá, pero... - intenté, aunque sabía que no tenía sentido discutir.

:- No hay peros - dijo firmemente.

:- Está bien, mamá - asentí volviendo a mi habitación.



*********


El consultorio del doctor Morgan siempre había sido el mismo: una habitación sobria, con paredes de color gris pálido y estanterías llenas de libros médicos que probablemente nadie leía. La silla donde me sentaba desde que era una niña seguía en el mismo lugar, frente a su escritorio. Allí estaba él, con esa mirada penetrante, como si pudiera ver a través de mí. Como si supiera cada secreto que me había esforzado tanto en ocultar.

Me crucé de brazos y lo miré, fríamente, mientras él sonreía de esa manera que siempre me irritaba.

:- Hola otra vez, Becky. Esta vez duraste semanas sin venir a verme - dijo con su tono calmado.

Rodé los ojos y respondí con la misma frialdad.

:- Solo estoy aquí por mi madre. No estoy de humor para tus discursos-

Él asintió lentamente, sin perder su compostura.

:- Lo sé, pero ya eres una adulta, Becky. Tienes que escucharme. Ya que tu madre no lo hizo cuando eras una niña, es importante que lo hagas tú ahora-

PASIÓN MORTAL || FREENBECKY (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora