Taehyung siempre usaba el poder que tenía sobre él como su creador y era mejor huir antes de ser regañado.

El mestizo rió divertido mientras dirigía su vista a su pareja, quien llegaba a su lado, ya en su forma humana, dejando al descubierto toda su anatomía, tensando sus músculos a cada paso y viéndose tan malditamente apetecible que Taehyung solo pudo morder su labio inferior y observar descarado el cuerpo de su hombre.

—Controla tus hormonas, encanto— dijo burlesco.

—Mis hormonas enloquecen si te tienen cerca, Alfa.

—Lo sé, y me encanta, pero no quiero lastimarte, te lo dije, estás en tus últimos días de gestación y no quisiera adelantar el parto por descontrolarme.— reconoció — el deseo que siento por ti es tan grande que me vuelvo loco por poseerte, mi lobo se vuelve loco, es él quien ahora mismo me dice que debemos controlarnos.

—No le hagas caso, mi lobito es muy sobreprotector, pero en el fondo sabe que no me lastimaran, que podemos disfrutar de nosotros sin problemas—dijo ocupando su velocidad para dejar al Alfa sentado, con su espalda apoyada en un árbol mientras el se subía a horcajadas en su regazo— Solo un poquito, no pasará nada— dijo coqueto, moviendo sus caderas en círculos, tentando a su alfa.

Jungkook cerró sus ojos y tiró su cabeza hacia atrás, disfrutando de la forma tan deliciosa en que Taehyung se restregaba sobre él, aguantando las ganas que tenía de sostener sus caderas y penetrarlo fuerte, una y otra vez hasta saciar sus instintos.

Cada intento de control fue en vano cuando los traviesos labios de su mate besaron su mandíbula, recorriendo su piel hasta tomar entre ellos el lóbulo de su oreja y detenerse unos segundos ahí para susurrar insinuante.

—Quiero sentirte, estoy ardiendo, alfa, hazte cargo y follame — pidió.

Sin pensarlo, el pelinegro enderezó sus cuerpo y sostuvo al mestizo desde su cuello con suavidad, para acercarlo y comenzar a besarlo con desespero, lamiendo y chupando sus labios con tal dominancia que el contrario se derretía entre sus brazos con cada toque.

Taehyung levantó sus caderas y sacó sus ropas en menos de un segundo, quedando desnudo sobre su alfa, piel contra piel, sintiendo la tibieza del cuerpo de su hombre  que parecía encajar tan bien con su propio calor.

El pelinegro lo levantó levemente para alinearse en la intimidad y hacerlo descender suave, llenándolo poco a poco mientras sus ojos estaban fijos en el rostro de su luna, contemplando aquella mueca placentera que portaba cada vez que le hacía el amor.

El rey mestizo se sostuvo de sus hombros y sin pensarlo, ni esperar estar aún más listo, comenzó a subir y bajar su cuerpo, autopenetrandose en la recta longitud que  lo llenaba tan exquisito y que jamás se cansaría de disfrutar.

—¡Por la luna! Eres tan atrevido, descarado, me encantas.

—Solo para ti, alfa, un descarado solo contigo — dijo dejándose caer aún más fuerte sintiendo las manos de su alfa en sus caderas, sosteniéndole mientras se impulsaba hacia arriba, a su encuentro.

El ambiente era todo gemidos, palabras de amor y choque de pieles descuidados, ansioso buscando placer, teniendo uno de los tantos encuentros que ambos amaban y disfrutaban.

—Vamos cariño, estoy tan cerca, te daré mi nudo y te llenaré una y otra vez.

—Es lo que quiero, no te contengas, quiero sentirte así, dentro de mi, enorme, delicioso y placentero — gimió alto.

El pelinegro se levantó aún con su mate en su regazo, sin salir de su interior y cambió las posiciones, dejando al vampiro bajo su cuerpo, mientras este rodeaba su cadera con sus piernas.

Destiny Blood (Kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora