— ¿Cree que deba hablar con ella? — pregunto con lentitud notando preocupación en su expresión.
— ¿Te ha llamado? — asiento y vuelve a acercarse hacia mi —. Ella hizo cosas en el pasado que tal vez aún te duelan ahora, cosas que tal vez no recuerdes con claridad y aún así te han atormentado desde que nos dejó, pero tal vez ya cambio. Tal vez está lista para arreglar las cosas contigo, pues a mi ya no me debe nada, es contigo con quien debe charlar.
— Pero y si dice cosas que no me gusten, si vuelve a lastimarme, yo...
— Mi dulce Janneth — me atrapa en sus brazos haciéndome sentir segura pues los nervios de verme en esa situación, de enfrentarla ya me estaba perturbando—, yo sé que te es difícil confiar en tu madre después de las cosas que pasaron, pero créeme cuando te digo que ella no es una mala persona, solo le pasaron cosas que no quería para ti y aunque sus intenciones eran buenas actuó de una mala forma. No voy a justificar nada de lo que ella hizo pues es ella quien tiene que aclarar cada cosa que hizo hacia ti, pero te diré una cosa.
» No dudes nunca de lo mucho que te amo y tomes la decisión de hablarle o no yo estaré aquí para apoyarte pase lo que pase. Somos tu y yo contra el mundo, siempre a sido así y no va a dejar de serlo, cariño. Así que haz lo que creas mejor para ti, para que tu estés bien.
— Te amo, papá — lo abrazo fuertemente y él no duda en devolverme el abrazo con la misma intensidad.
Nos quedamos un rato así con solo el sonido de nuestras respiraciones de fondo.
En serio doy gracias porque él es mi padre.
Aún cuando mamá hizo cosas en contra de él, no a hablado mal de ella ni una sola vez, siempre ha apoyado la idea de que hable con ella y le de la oportunidad de arreglar las cosas. Cuando recién sucedió lo creí una tontería, no vi la posibilidad de que eso sí quiera llegara a pasar, pero ahora quiero intentarlo por él, por mi y por el abuelo.
Tal vez así pueda dejar todo atrás y al fin pueda recordar todo eso que he olvidado.
— Si decides que ya es tiempo de hablarle, avísame, estaré ahí para apoyarte.
Asentí al instante. Me dio un beso en la frente de buenas noches para luego dejarme sola en mi habitación.
En mi cabeza rondaron tantas cosas al quedarme sola, trate de cansarme dibujando en mi libreta un rato y al sentir que mis ojos empezaban a cansarse me recosté en mi cama con la esperanza de dormir un poco, pero mis ojos no estaban dispuestos a apoyar la causa aun con lo pesado que los sentía. Mi mirada viajo a cada rincón de la habitación y supe que está noche no podría dormir, sería una de esas noches de insomnio.
Me puse un abrigo y salí por la ventana en dirección a la playa.
Adoraba sentir aquella brisa cálida y a la vez tan fría en cada una de las mañanas mientras me sentaba en la arena viendo el mar y a la vez, buscando el final del horizonte. Era mi paz, era mi lugar seguro, ese lugar donde podía formar parte de algo grande aun siendo yo tan insignificante.
Las olas se hallaban en una linda sinfonía, tan suave y tan ruidosa a la vez que me hacia querer quedarme y mojar mis pies en ella para sentirme parte de este lugar por mucho más tiempo.
Cuanto adoraba la playa, cuanto adoraba sentarme aquí y ver como las olas rompían. Simplemente me encantaba. No existía cifra ni tampoco palabras para describir cuanto amaba estar aquí y percibir estos aromas tan familiares. Gracias a estos aromas mis recuerdos eran más vividos y podía sentir como poco a poco la pequeña Janneth volvía a mi.
Eran las tres de la madrugada.
Se suponía que debía estar dormida en casa para mañana volver a mi realidad, pero algo en la oscuridad me llamaba y por alguna razón me arrastró nuevamente a mirar como los colores oscuros del cielo empezaban a tornarse de tonos más claros en espera del sol resplandeciente de cada mañana. Debía estar loca por dejar que mis pensamientos me gobernaran e hicieran lo que quisieran solo por culpa de mi tormentoso insomnio que como siempre me tenía atrapada y eso que ya no pasaba.
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El aroma a nuestros recuerdos
Teen FictionJanneth vivía en las madrugadas de insomnio por culpa de una vocesilla que siempre la despertaba. Era un poco olvidadisa y sus recuerdas de su niñez se volvieron borrosos, aún así, llegará un momento en el que podrá recordar para revivir esos moment...
Capítulo 18:«Un tiempo más»
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