Capital Imperial. Palacio del emperador.
Choso, una de las pinturas de la muerte, se encontraba hace unos momentos peleando contra su progenitor, Noritoshi Kamo, y al otro instante estaba siendo tragado por un maldito agujero negro. La responsable, Yuki Tsukumo, hechicera de grado especial. Pensar que Tsukumo tendría que recurrir a un ataque suicida para acabar con la mayor escoria de la hechicería, lo hizo pensar que él mismo sin ayuda de la mujer que lo trató no como una maldición, sino como un humano, habría terminado muerto.
Debido al agujero negro, perdió su conciencia, despertando en una cama de gran tamaño, a su lado, se encontraba la maldición que deseaba acabar con su hermano menor, Yuji Itadori.
—Veo que al despertaste, Choso. — La voz proveniente de las sombras no era de ni más ni menos de Mahito, la maldición que ayudó al incidente de Shibuya, y uno de los que quería asesinar a su recién descubierto hermano, Yuji Itadori. Ese simple recuerdo, hizo que reaccionara de forma brusca, aunque con todas las heridas de su más reciente batalla, no pudo moverse como deseaba.
—Tranquilo, Choso, estás herido. — Con una sonrisa malvada en cara siguió hablando. — Te recomiendo que no intentes algo de lo que te puedas arrepentir. Aparte, somos amigos ¿no?, sería una pena tener que pelear.
Choso sabía muy bien que Mahito tenía razón, aparte que quería encontrar a Itadori Yuji. Por eso, se volvió a acostar en la cama y hablo:
—¿Dónde estamos? Y, ¿qué es este lugar? Puedo reconocer que este lugar no es Japón. — Mahito sonrió con un poco de ironía, decidiendo hacerle una pequeña broma a Choso.
—Claro que es Japón, solo estamos en un lugar muy lejano de la civilización que conocemos.
No pudiendo evitar fruncir el ceño, Choso solo ignoró su comentario y se levantó con esfuerzo de la cama para dirigirse a una ventana, y divisar el paisaje. Las casas, las personas, el ambiente, todo se sentía muy diferente; Mahito con su sonrisa despreocupada, levantó los brazos y habló.
—Bueno. Está bien, no es Japón; ya no estamos en Japón, ahora estamos en otro universo, muy divertido, llamado “La capital Imperial”. Yo llegué por Geto y su plan de hacer evolucionar a Itadori Yuji; la verdad no sé cómo llegaste.
La pintura de la muerte pensó un poco en lo que iba a decir, ya que si decía que llego por un agujero negro creado con la intención de asesinar a Geto/Kenjaku; que él ayudo en eso, quién sabe cómo reaccionaría la maldición frente de él.
Decidiendo cambiar un poco la historia de cómo llegó a La Capital. Se dirigió a Mahito comenzando a hablar.
—Yo llegue por un agujero negro. Creación de una hechicera grado especial.
La cara de Mahito en total confusión le respondió.
—¿Estás hablando en serio?
—En serio.
—Bueno. Ya no importa, lo importante es que estés aquí, aunque me hubiera gustado que Jogo, Hanami y Dagon estuvieran aquí. Que decepción. — Choso solo ignoró sus palabras y solo se concentraba en encontrar a Itadori con su lazo. Cuando sintió que lo logró, recordó algo muy importante que lo hizo entrar en pánico.
—¡¿Dónde están?! — con el grito de Choso, Mahito lo volteo a ver y llamó la atención del útero maldito.
—¿Buscas esto? — sacando de un mueble el resto de los úteros malditos. Con euforia, Choso se lanzó a Mahito con la intención de arrebatarle a sus hermanos.
Mahito sonrió, dejando en su lugar a todos los hermanos de Choso y se apartó rápidamente.
—Tranquilo, no hace falta que te pongas agresivo. Cuando llegaste, se te cayeron de la bolsa, por eso los resguardo aquí. Sabiendo como te pones con esos temas.
—Ahora, si puedes, acompáñame a conocer a las personas que ayudaron a tu recuperación.
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Jujutsu ga kill
FanfictionUna aventura en un mundo de asesinos para Yuji Itadori. Que después de ser mandado por Kenjaku, reconocerá que no sólo las maldiciones son horribles.