—¿Por qué debería confiar en las lunas? —espetó Johnny, su voz baja, pero cargada de un desprecio apenas contenido. —¿Por qué debería confiar en un destino que no puedo ver, en algo que está fuera de mi control?
Sus palabras eran casi un susurro, pero cada una de ellas golpeaba a Ten como un puñal.
Ten apretó los puños a sus costados, su respiración acelerándose. No podía soportar la idea de que Johnny no comprendiera la gravedad de lo que estaba en juego. Pero al mismo tiempo, la angustia en su interior crecía, cada segundo más insoportable al pensar en el destino de Jaehyun. ¿Cómo podía Johnny no verlo?
Johnny relajó ligeramente su expresión, aunque la furia aún era palpable en sus ojos. Sus labios se curvaron en una sonrisa amarga mientras se acercaba aún más, su rostro a solo unos centímetros del de Ten.
—No te hagas el moral, Ten —dijo en un tono bajo y peligroso. —Porque sé que traicionarías a las lunas por Jaehyun si fuera necesario. Así que no me juzgues por querer proteger a mi gente, por querer hacer lo correcto.
Esas palabras hicieron eco en la mente de Ten, como si hubieran liberado una verdad que siempre había temido aceptar. ¿Lo traicionaría todo por Jaehyun? Su respiración se volvió más pesada, el dolor en su pecho se intensificó y por un momento no pudo encontrar las palabras adecuadas para responder.
Johnny no esperó una respuesta. Su mirada permaneció fija en Ten durante un segundo más, con un brillo de desafío en sus ojos, y luego se dio la vuelta sin decir una palabra más. La tensión en el aire seguía ahí, pero Johnny ya no tenía más que decir. Su decisión estaba tomada. Protejería a Philos, sin importar lo que eso significara para Jaehyun o para cualquiera que se interpusiera en su camino.
Ten se quedó de pie, inmóvil, mientras Johnny se alejaba. Su pecho dolía, un dolor que no sentía desde hacía 4,000 años, desde que las lunas le dieron su inmortalidad y su rol de guardián. Ahora, ese mismo dolor regresaba, y todo por la posibilidad de perder a Jaehyun.
Sus ojos seguían fijos en el lugar donde Johnny había desaparecido, pero su mente estaba atrapada en el tumulto de emociones. Sabía que Johnny tenía razón en una cosa: sería capaz de traicionar todo por Jaehyun. Pero ¿eso lo hacía un traidor? ¿Eso lo hacía débil?
Su respiración era errática, y por un momento, no pudo contener el peso de las emociones que lo abrumaban. Sabía que no podía perder a Jaehyun, no podía permitir que lo ejecutaran. Pero tampoco podía traicionar a las Tres Lunas.
Antes de que el vacío de la soledad lo envolviera por completo, Ten desapareció en el aire, su figura desvaneciéndose de la misma forma en que había llegado. Pero su angustia seguía ahí, latente, como una sombra que no podía escapar.
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"El cielo de Philos estaba teñido de un tono rojo oscuro, casi como si el mismo aire estuviera ardiendo. El caos reinaba en cada rincón de la capital. Los gritos de los civiles, las explosiones y los rugidos inhumanos de los Wanderers llenaban los oídos de Jaehyun, quien corría tras su príncipe, Taeyong.
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Hundred Long Years| Jaeyong
FanfictionUna noche, mientras las tres lunas de Philos se alineaban, la señal llegó. Una luz tenue, apenas visible en el horizonte, pero suficiente para que Jaehyun la sintiera en lo más profundo de su ser. Taeyong había regresado. ⏱️Jaeyong ⏱️¡Sinopsis larga...