—No he podido ir a visitarlos, quizá mañana debería ir con Shadow.

Cuando su pareja estaba por protestar en contra, el timbre captó su atención, asustando a la eriza.

—¡Mierda!—volvió a la cocina—Sonic, ayúdame a terminar de envolver la comida de Blaze y Silver, por favor.

—¡Enseguida!

Después de entregar el encargo justo a tiempo, salieron al muelle dónde estaba aquel árbol de cerezo, para descansar un momento y continuar su charla.

—¿Qué pasó con Tails? ¿Para qué te buscaba?—se sentó en una de las sillas.

—Bueno, no quisiera preocuparte, pero averiguó algunas cosas no muy agradables. Y, antes de que Shadow apareciera, pensé que sabía algo respecto a este tema.—sacó los panfletos de su manga.

La rosada los tomó entre sus manos, leyendo cada uno con detalle, mirando impresionada los retratos y de ambos. Con una mueca, los dobló para guardarlos de vuelta en la ropa de su pareja.

—Entonces... ¿Eres un fantasma?—bromeó, pero recibió una mirada molesta por parte del otro.

—Amy.

—Perdón, es que me parece gracioso que cumplieran sus amenazas.

—No es algo que me importé, por mi que nos den por muertos a los dos, no volveré a ese lugar.—reafirmó con desagrado.

—Yo entiendo, tampoco es que quisiera volver, solo extraño a mi maestra Rouge.

—Sabes bien que ella viene seguido para acá.

—Viene por su novio, y no quiero ser entrometida.

Se miraron, sonriendo uno al otro. El más alto se acercó a la eriza para besarla, siendo correspondido por esta última. Con suavidad, se levanto la rosada para abrazarlo por el cuello, mientras que el otro la rodeaba con sus manos por la cintura.

—¿Te arrepientes?—soltó la menor, con cierto temor en su voz.

—Para nada.—respondió sin pensarlo—Eres la mejor decisión que tomé, me liberaste de aquella jaula de oro.

Volvieron a unir sus labios, parecía que la temperatura estaba subiendo entre ellos, hasta que un ruido proveniente de su casa los alertó.

Entraron de nueva cuenta, buscando al moreno como prioridad, encontrando su cuerpo desmayado tirado frente a la puerta de la salida. Entre los dos, lo cargaron y recostaron en la sala, buscando alguna herida.

—¿Shadow?—el azul se acercó a la nariz del contrario—Bueno, aún respira.

Amy tomó el pulso en su muñeca con desesperación, mientras con su otra mano sintió como la fiebre ardía en su frente.

—Debemos llevarlo con Knuckles, no me agrada que le dé fiebre así, además de que no es la primera vez, no parecía resfriado cuando llegó.—miró con preocupación a su pareja.

Sonic llevó con discreción a Shadow al Templo del pueblo, la eriza los alcanzaría después de una visita a la casa de Vanilla para tener una charla con esta última.

El erizo súper sónico sorprendió al equidna, puesto que lo interrumpió en media sesión de meditación. Al principio se negó, no quería involucrarse en un asunto incierto ahora que se sabía de dónde venía el azabache, pero la insistencia lo hizo ceder.

—Su fiebre es demasiado alta.—comentó mientras colocaba con cuidado un pañuelo mojado sobre la frente ajena—Habrá que esperar a que despierte para hacerle un buen chequeo, si quieres puedes quedarte con él aquí.

—Está bien, Amy no tardará en llegar también.—acarició la mejilla morena, acción que desconcertó al rojo.

—Sonic, perdona mi incumbencia pero, ¿acaso este erizo es como su nueva mascota?

Una carcajada salió del otro, tratando de no alzar mucho la voz para no despertar tan abruptamente a Shadow.

—¿Qué clase de pregunta es esa?—contuvo su risa con su mano.

—¡Es un desconocido! Así hemos tratado todos a los Chao cuando los encontramos heridos por la calle.—se justificó con seguridad.

—Knuckie, Knuckie...—aquel apodo molestó al ojivioleta—Nunca dejarás de sorprenderme.

—Pero, ¿entonces es su mascota o no?

—¡Sonic!—la rosada se hizo presente con prisa—Vanilla me dijo que en cuanto supiéramos, ella nos ayudaba con lo necesario para el cuidado de Shads.

—¿Lo ves, Sonic? ¡Hasta nombre de mascota le dieron!—reafirmó el equidna mirando a ambos.

La eriza miró a su amado con confusión, mientras este negaba con la cabeza, evitando reírse más.

Al anochecer, mientras Amy preparaba un poco de té para todos, el azabache de rayos rojizos despertó en silencio, sentándose con cuidado.

Sostuvo su cabeza por un instante, sintiendo su cuerpo pesado y adolorido. Miró el suelo, era distinto a la casa de aquella pareja, lo cual provocó un escalofrío en él.

—¿Dónde demonios...?

Analizó toda la habitación con su vista, tratando de recordar que sucedió antes de que se desmayará. Antes de levantarse, escuchó la voz de aquel erizo de ojos olivo acercándose.

Temiendo por una traición, se puso a la defensiva, aunque su cuerpo no tenía fuerzas.

El erizo entró a la habitación despacio.

—Ah, ya despertaste.—cerró la puerta detrás de él—Antes de que entres en pánico, estamos en el templo del pueblo, nuestro amigo Knuckles puede ayudarnos con tu bienestar físico, y mental también, si quieres.

—Ummh.

—¿Cómo te sientes? Veo que puedes pararte por tu cuenta.

Después de pronunciar aquellas palabras, el moreno apoyó en la pared, respirando con dificultad.

—Uh, hablé demasiado rápido.—lo ayudó a sentarse.

—Sonic, ¿alguna vez has perdido a alguien que consideraras familia? Aunque no compartan lazos sanguíneos.

—Mmmh, a ver, veamos...—se sentó enfrente, pensando—Si, bueno, no creo que haya perdido a esta persona, más bien renuncié a su existencia en mi vida.

—¿Por qué?

El interés repentino despertó de nuevo aquella idea que cruzó la mente del azul en la mañana.

—¿De dónde tanta curiosidad?

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¡Hola!

Lamento mi ausencia, he tenido algunos días ocupados, y apenas estoy reponiendo mis horas de sueño por el trabajo ;w;

Se les aprecia a los poquitos que leen, un abrazo virtual :D

See ya! :]

–Mely.

La Brisa de los Cerezos [SonAmyShad] (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora