—¡No hay tiempo para discusiones ridículas! ¡Tenemos que encontrarla!
—Yo me encargo—menciono—mantengan a los invitados en orden.
Salgo de la habitación, pienso en todas los posibles lugares en los que puede estar. Subo y bajo elevadores, nada.
Supongo que se ha marchado.
—¿Justo ahora, Paula?—pregunto en voz baja. Por más que intento no encuentro una explicación.
Coloco mi espalda en la pared del último pasillo que me quedaba por recorrer y me deslizo lentamente hacia el suelo.
—Estoy aquí—le escucho susurrar.
Levanto la cabeza intentando encontrarla, ¿Me estoy volviendo loco?
La puerta de servicio se abre un poco, y me pongo de pie de inmediato.Tan solo puedo ver la mitad de su rostro, sus ojos verdes que resaltan mucho más por todo el maquillaje que lleva puesto.
—¿Me dejas entrar?—pregunto.
—Es de mala suerte que el novio vea a la novia antes de casarse.
—Supongo que podemos hacer una excepción.
Tras unos segundos permite que la puerta se abra, y me deja entrar.
—Elegiste un lugar bastante románti...—río al observar el cuarto de servicio lleno de productos de limpieza, y un olor bastante peculiar, pero le quedó a media oración en cuanto centro mi vista en ella y me quedo callado al ver lo bien que le sienta ese vestido—wow—se me escapa—Tú solo... wow—menciono.
La analizo de pies a cabeza, y por más que intento evitarlo mi vista recae en sus pechos. ¿En qué momento salieron?
—Mis ojos están acá, señor—dice entre sollozos.
—Tus ojos—titubeo—si—aclaro mi garganta—claro, tus ojos. ¿Puedo saber cuál es el motivo de tu llanto?
—Quiero hacerlo—sorba su nariz—es solo que se me salió todo de control al ver a mi familia ahí, a mis amigas, al abuelo. ¡Les estoy mintiendo!
—¿Sabes? Tal vez estoy siendo un poco egoísta, y entiendo si no quieres hacer esto. No voy a obligarte. Si quieres puedes marcharte ya, yo me encargo de los invitados.
Giro en mis talones, dispuesto a salir del cuarto de servicio. Tal vez Jonah tiene razón y estoy llevando esto demasiado lejos.
Llego al jardín del hotel donde se llevaría a cabo la ceremonia, todos centran sus miradas en mí en cuanto recorro la alfombra roja que llega hasta el altar.
—Queridos invitados—digo, llamando su atención—primero quiero agradecerles por estar aquí. Aprecio sus muestras de cariño, pero me temo informarles que no habrá...
—¡Llegó la novia!—grita Heather, la organizadora, interrumpiéndome.
Lo siguiente que veo es a Paula caminando por el pasillo hacia a mí. No entiendo que me sucede, pero siento que mi pecho arde, como si se tratase de algo real.
Sostiene un ramo de flores entre sus manos, y sonríe en cuanto llega frente a mí.
—¿Qué haces?—susurro en su oído.
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"El caos que somos"
RomancePaula Beck, secretaria de Sebastian Morelli, un importante y gruñón empresario. Quien además de ser egocéntrico es ambicioso, y con el objetivo de agrandar su fortuna debe contraer matrimonio lo antes posible y permanecer casado por lo menos seis me...
•Capítulo 11: La boda•
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