“Este es un aviso del Departamento de Seguridad Nacional de Corea del Sur. A todos los ciudadanos y habitantes se les informa que se han cancelado de forma temporal los viajes en cualquier tipo de transporte a Japón debido a la taza incrementada de desapariciones en el último mes. Así mismo, también se han cancelado los viajes de Japón a Corea del Sur y a países vecinos. Se les pide que no hagan caso a cualquier noticia falsa que ronde por redes sociales...”

También encendí el televisor para saber si sólo era cosa de la radio, pero no, todos los canales daban la misma noticia. Era oficial.

“... El gobierno se preocupa por el bienestar del pueblo surcoreano. Hagan caso a nuestras peticiones. El toque de queda será establecido a partir de hoy, todos deben de estar en sus hogares antes de las 10 de la noche. En caso de no cumplir, habrán sanciones. Nuestras fronteras para Japón estarán cerradas hasta último aviso”.

Me quedé en blanco cuando el anuncio dejó de transmitirse. Miré por sobre mi hombro y el rostro de mi madre era de asombro.

–¿Qué estará pasando en Japón? –preguntó mi madre horrorizada.

–No lo sé, pero no es nada bueno –contesté volviendo a cambiar los canales y todos hablaban de lo mismo dando algunos detalles.

–Le marcaré a tu padre.

–Está bien.

Salió de la sala y llamó a mi padre como dijo. Le escuchaba cuchichear de fondo mientras seguía estupefacto con la noticia. Y cuando recordé que JungKook estaba en Japón me perturbe muchísimo. Preocupado, le mandé mensajes sólo para saber si estaba bien y para saber cómo había tomado la noticia o al menos dijera cómo estaban las cosas por allá, pero no respondió a ningún mensaje.

Extrañado, volví a sentarme en la sala y esperé paciente a que hubiera alguna otra noticia pero no hubo otro comunicado, llegando a preocuparme más de lo necesario porque había estado sobrepensado las cosas.

Todos los puntos se unían a YoonGi y a la organización.

Algo me decía que él estaba luchando contra aquello que aún era desconocido para mí pero que estaba causando un gran daño a muchas familias. Y eso llegó a angustiarme. Estar lejos de YoonGi y no saber nada sobre él era imposible no cargar con una enorme presión en la conciencia.

¿Qué podía hacer yo estando aquí sentado sin hacer nada? ¿Cómo podía ayudarlo desde mi lugar? ¿Él estaba involucrado siquiera?

Llegados a ese punto, por más accesible que fuera yo, ya no había ningún vínculo que nos uniera. Todo había acabado. Eso era frustrante. La cabeza comenzaba a dolerme.

Así me la pasé el resto de la tarde, con una incertidumbre que me mantenía nervioso y ansioso, no hacía otra cosa mas que hacerme pensar en cosas que no debería. Inevitablemente todo era referente al comunicado y lo que posiblemente era la mayor desaparición de personas en la última década del continente asiático. Allá afuera estaba el peligro hecho persona, y tal monstruo era peor que la muerte misma.

Cuando entré en la fase de desesperación por querer saber qué ocurría realmente, tomé mi celular y dinero y, rápidamente, sali de casa no sin antes ser detenido por mi madre en el umbral de la cocina.

–JiMin, recueda que hay toque de queda. Por favor, no llegues tarde –ordenó mi madre.

–Sí madre, está bien. Tendré cuidado con ello –respondi serio.

–¿JiMin?

Su llamado era un tono preocupado y de lástima. Suspiré intentando que no supiera lo que realmente pasaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

B I T E  ||YoonMin|| +18 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora