Debería odiarla y despreciar cada parte de ella, debería darme asco su simple cercanía, pero, no estaba ni cerca de la realidad.

Cada toque que me ofreció en la ducha, había mandado señales directas a mi polla dura como el granito.

Tenerla desnuda frente a mí y no poder tocarla era peor que una tortura china, joder.

No quería llevarla de nuevo a sus límites cuando explotó, no quería ponerla de nuevo en una situación así... pero casi exploté cuando mencionó a Gala.

Era astuta.

No tardaría en averiguar que Gala era mi tía y que, por ende, Maya es, mi prima.

Podría acabar con el misterio y decírselo, pero... seamos realistas, si yo le digo que, ella es mi tía y que Maya es mi prima, pensará que mi familia tratará de quedársela o tomar represalias contra la chica.

Ella siempre pensaba demasiado y demasiado mal.

Su mente trabajaba bien, pero bajo presión, era una bomba a punto de estallar.

Y acostumbraba a pensar en las peores mierdas... cosa que por un lado es bueno, pero por otro me lo hace demasiado complicado.

Noto como se mueve y bajo la mirada para verla abrazarse más a mí, mientras el albornoz se abre un poco por el camino de sus pechos, dejando una vista de su precioso escote y su bonita pierna enlazada con la mía.

¿Qué pensaría si le confesara que es la primera mujer con la que comparto cama realmente?

Ni siquiera con la perra de Liz pasé la noche en la misma cama.

Jugábamos, teníamos sesiones y buen sexo... pero lejos de ahí, no me gustaba dormir acompañado.

Me pegué más a ella, abrazándola mientras cerraba los ojos, respirando su aroma, dejando que su cuerpo se haga uno con el mío.

Cuando abrí los ojos de nuevo, me costó abrir los parpados por la tenue luz del amanecer lejano, que atravesaba las cortinas, dando un poco de claridad a la habitación.

Miré a mi cachorra, que aún estaba dormida.

Se había movido mientras lo hacía, porque su albornoz, estaba demasiado abierto, dejando que vea los perfectos montes de sus tetas, decorados por ese bonito y rosado pezón que estaba erguido en una bonita y pequeña protuberancia, invitándome a pasar mi lengua siguiendo la senda de su aureola.

Mi polla estaba tensa contra la piel de su abdomen y la palpitación de excitación fue tan dolorosa como el hecho de tenerla para mi y no tomarla aquí y ahora.

Solté el aire por mi nariz, tratando de controlarme mientras pasaba mi mano por la piel de su mejilla, bajando por su cuello, dejando que su suavidad me acaricie y no al revés.

Su pequeña nariz se veía tierna con el pequeño reflejo rojizo, junto con sus mejillas levemente rosadas por el calor de nuestros cuerpos.

Su pecho subía y bajaba con cada respiración y yo sentía vivir a través de ella.

Mis dedos bajaron agarrando uno de sus pezones, acariciándolo con la yema de mis dedos con suma paciencia y expectación, observando como su cuerpo se retorcía levemente con cada pequeño toque.

Tiré de este, despacio, dejando que se escurra de mis yemas, para ver como un pequeño gruñido ronroneado y somnoliento, se escapaba de sus labios al tiempo que las perfectas alas de sus parpados pestañearon un par de veces para darme rienda suelta a la vista plena de sus pardos ojos, que me atravesaban con lo que parecía ser una abrumadora excitación.

Chaos Monster.© #1 The Monster's Series (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora