Capítulo 9. Entre la razón y el corazón.

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El aire entre Marta y Fina estaba cargado de una tensión que podía cortarse con un cuchillo. Los campos de lavanda las rodeaban generando una atmósfera de calma y paz, pero en ese momento el paisaje se desvanecí, dejando únicamente el espacio entre ellas. En la cabeza de Marta retumbaban las últimas palabras de Fina, esa confesión que lo cambiaba todo. Entre ellas cada vez había menos espacio, pero ninguna de las dos parecía poder tomar la iniciativa para recortar las distancias entre ellas.

- Me muero por besarte.- Repitió entonces Fina que necesitaba que fuese Marta quién diese el primer paso, ella había reconocido sus deseos en voz alta, pero necesitaba que fuese la empresaria quién recortase los pocos centímetros que quedaban entre ellas y la besase.

Las palabras seguían resonando en su mente rompiendo las barreras que había construido con tanto esfuerzo. Marta sentía que perdía el control por momentos y era algo a lo que no estaba acostumbrada, ella siempre anteponía la razón al corazón, pero en ese momento la razón parecía haberse tirado desde un avión sin paracaídas y solo le quedaba el corazón que además latía de manera acelerada.

Sus ojos permanecieron fijos en los de Fina, y poco a poco la distancia entre ambas se fue cerrando. Marta podía sentir la calidez de la piel de Fina mientras colocaba sus manos sobre sus brazos, y su aliento mezclándose con el suyo. Todo parecía ralentizarse, como si el tiempo se hubiera detenido, esperando aquel beso que parecía inevitable.

Pero justo cuando Marta se dejó llevar, a punto de inclinarse para cerrar esa distancia que las separaba un grito rompió la magia del momento.

- ¡Marta! ¡Marta!- La voz de Luis resonó a lo lejos interrumpiendo la quietud del momento.

Fina y Marta se separaron de golpe como si un cubo de agua fría las hubiera despertado del trance. Marta parpadeó aun sintiendo la cercanía de Fina, pero ahora su mente volvía a la realidad que tanto había intentado ignorar.

Luis apareció corriendo por los campos su expresión preocupada.

- ¡Marta, ha habido un accidente en la fábrica!- Dijo Luis sin aliento.- Una de las máquinas ha fallado y uno de los trabajadores ha resultado herido. Joaquín está intentando controlarlo, y ha llamado a la doctora.- Le explicó sin poder controlar la respiración acelerada.

Marta sintió una sacudida de adrenalina al escuchar las palabras de su primo. Cualquier rastro de la emoción del momento anterior se desvaneció de inmediato. Su mente se reactivó volviendo a ser la empresaria perfecta que no podía fallar y que debía de apagar todos los fuegos.

- Vamos.- Dijo mirando a Fina un segundo antes de salir corriendo hacia la fábrica junto con Luis.

El ambiente en la fábrica era frenético. Marta y Fina entraron juntas, pero rápidamente se separaron al ver el caos que se había desatado. Uno de los trabajadores estaba siendo atendido por la doctora mientras Joaquín hablaba con los supervisores tratando de entender qué había salido mal.

- ¿Qué ha pasado?.- Preguntó Marta acercándose a Joaquín con el corazón acelerado.

- Una de las máquinas se sobrecalentó y falló.- Explicó Joaquín frunciendo el ceño.- El trabajador estaba cerca cuando ocurrió, y al parecer una de las piezas salió disparada. Ya han llamado a una ambulancia y está de camino mientras la doctora está intentando estabilizarlo.- Añadió mirando hacia el lugar donde había sucedido todo.

Marta sintió un nudo en el estómago. Aunque sabía que no había sido culpa suya, cualquier accidente en la fábrica la afectaba profundamente. Siempre había intentado que su personal trabajara en condiciones seguras, pero algo había salido mal, y ahora alguien estaba herido.

Entre el deber y el deseo.Where stories live. Discover now