-Mira maldita puta de mierda -brame, ciega de ira- yo te hablo como se me de la gana mientras tengas tus sucias garras en mi casa.
-!Suéltame! ¡Suéltame! -chillo. Yo seguí agarrándola y en una nueva oleada de ira me senté sobre ella en el suelo y le cruce el rostro de 2 bofetadas. Melissa sencillamente siguió gritando. Sus manos tanteaban en el aire buscando mi rostro o mi cabello. La muy maldita quería rasguñarme o dañarme de otra forma. Sin saber que el peor mal ya lo había echo. Las ganas de destruir ese cabello tan finamente tratado aumentaron.
Unos brazos me levantaron en el aire, patalee y grite intentando zafarme de esa prisión.
-Natalia ya basta!! -me grito tratando de calmarme- ¿que diablos te pasa?
Reconocería esa voz en cualquier parte del jodido mundo. Le clave las uñas en los brazos y estos me soltaron de inmediato. Me voltee hacia el y estrelle la palma de mi mano contra su mejilla tan fuerte como me fue posible.
-Sueltame Matias. -escupi las palabras- me das asco.
El se quedo tieso, congelado, inmóvil ante la dureza y frialdad de mis palabras.
-Pero... que mierdas te pasa? -dijo soltando el aire de una ves.
-Me pasa que de todos los lugares en esta casa, tenias que tirarte a esta puta en mi cuarto. ¿¡Quien mierda te crees que eres!? Eres un maldito cerdo, una basura Matias. Como pudiste hacerme esto? Com...
Un dolor en el cráneo me detiene y caigo de espaldas al suelo. Melissa en un claro ataque de histeria se lanza sobre mi una ves en el suelo. Sus uñas falsas son usadas como armas en mi contra y yo solo la tomo por los brazos para defenderme. Tironea de mi cabello un par de veces. Giramos por algunos momentos en el piso. Mis manos están cerradas es puños que deseo fervientemente estrellar contra su cara. Y Dios fue bueno conmigo, en una oportunidad mientras luchaba con sus gritos, mi puño cerrado se estrello contra su rostro lanzándola hacia atrás y produciéndome un dolor punzante en los nudillos.
-Maldita perra!!-me grita Melissa tocándose la cara y lanzándose de nuevo hacia mi.
Matias la agarra por la cintura y ella se retuerce en sus brazos.
-Te voy a matar perra! -grita- estas muerta!
-Ya basta! Déjala! -el grito potente de Matias se oye por encima del chillido de Melissa- ¿Que mierda les pasa a las dos? Parecen un par de callejeras.
-Es culpa de esa perra que se volvió loca cuando nos vio -me acuso- es obvio que la pobre nerd no te ha podido olvidar.
Mi furia renace y se multiplica por cien con sus palabras.
-Cállate maldita! -brame consiente de sus intenciones. Ella le va a contar todo.
-¿Qué de estas hablando Mel?- ¿“Mel”? ¿Así le dice a la muy desgraciada?.
Melissa detiene todo intento de lucha y me sonríe con malicia.
-Es obvio que todavía le gustas. O acaso no lo sabes? -repuso al ver la cara de incredulidad de mi amigo - esta zorrita babea como imbécil por ti. Es tan obvio.
Matias sacude la cabeza negando.
-Estas equivocada Mel, solo somos amigos -afirma sin ninguna duda. Ella se carcajea en mi cara ante su respuesta.
-Y por eso se puso histérica cuando nos vio saliendo del cuarto verdad? - me clavo sus ojos claros - por cierto, rarita creo que tienes que cambiar las sabanas. - su sonrisa lobuna casi que no cabía en su rostro y de nuevo una oleada de rabia y adrenalina me recorrió.
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Aprendiendo a Seducir (Editando)
Teen FictionHace dos años que lo conocí y caí inevitablemente en sus redes. Y, como es natural en estos casos, fui a dar a la Friend Zone. Si, amigos, Friendzone. Aquel lugar reservado para almas en pena y condenados a muerte lenta. Nunca pensé que descubrir e...