- ¿Aby pero que pasa?- dijo Martín muy alarmado al entrar a la habitación.

- Teresa estaba en ese auto. Quiso matarme y la golpeé para escapar.

- Aby tranquila... Vi cuando saliste de ese auto pero nadie mas salio de ahí. Y cuando revisé no había nadie.

- Ella estaba ahí. Gisela me dijo que la vio.

- ¿Gisela, tu la viste? - Preguntó Martín

- Yo.... No..

- ¿Que? Pero hace dos segundo me dijiste que...

- No la vi Aby - dijo ella y se fue.

Intenté seguirla para que diga la verdad pero Martín me paró.

- ¡Aby! ¿Qué esta pasando contigo?

- ¡Está mintiendo! Ella me acaba de decir que la vio, seguramente la tiene amenazada Martín.

- Bueno, supongamos que Gisela miente. ¿Porque yo no la vi en el auto?

- No lo se... Pero ella estaba ahí. Martín por favor creeme.

- Aby... Voy a creerte por esta vez. Pero si algo así vuelve a pasar tienes que prometer que vamos a buscar ayuda profesional. ¿Si?

- ¿Martín porque no me crees?

- Aby te dije que esta vez voy a creerte.

- ¡¡¡No!!! ¡¡¡No me crees!!!

- Enana tranquila... - dijo él muy calmado, como si estuviera hablando con un demente.

- ¡Basta! ¡No me trates como loca! - Salí corriendo y él me llamaba, pero no quería que su forma de tratarme y sus palabras me hagan dudar de lo que pasó. Choqué otra vez con alguien y tropecé. Estaba tan angustiada que las lágrimas comenzaron a salir.

- ¡Otra vez! Cuantas veces vas a chocarme y ni siquiera vas a pedir perdón? - Esa vos... solo podía tratarse de una persona - Pobretona no te voy a permitir que...  ¿Estás llorando?

Leonardo se sentó junto a mi en el suelo y dijo casi susurrando.

- Yo te creo... - Se levantó rápidamente y se fue.

Lo mire mientras se iba. Es un idiota cuando quiere pero... Es la única persona hasta ahora que me cree.

- ¡Aby! No llores - Martín llegó y me hizo levantarme. Me miró a los ojos y me abrazó. - No llores mi amor...

- Martín...

- ¿Porqué no vas a Dormís? Así te relajas un poco.

- Esta bien... - Dije tratando de ignorar que acaba de llamarme "mi amor"


Sofia apareció y me dijo.

- ¡Oh! Lo encontraste... ¡De nada!

- Me dijiste que espere en ese auto... Maldita perr...

-  Aby ¿Qué pasa? - preguntó martin.

- Esta idiota me dijo que me estabas esperando en ese auto rojo.

- ¿Tu le dijiste eso? - preguntó Martín muy molesto.

- ¿De qué estas hablando? - preguntó Sofia.

- Me dijiste que Martín estaba ahí.

- Claro que no. Te dije que él también te estaba buscando. ¿Aby estás bien?

Me llené de odio y estaba a punto de golpearla pero Martín me agarró muy fuerte y me llevó a mi habitación. No dijo nada de lo sucedido con Sofia. Solo caminaba en silencio junto a mi.

Fuimos a mi habitación y él se despidió. Al entrar me asusté mucho. Teresa estaba ahí. Tenia una enorme sonrisa en su rostro. Su expresión era casi diabólica.

- ¡¡lMartín!!! - grité

Él entró corriendo.

- ¡Ella está...! Aquí...

- ¿Quién?

- Ya no está...

- Aby..

- ¡Escúchame! Ella estaba aquí.

- ¡No Aby, tú escúchame! Para con esto. Voy a ignorarlo solo esta vez. Duerme un poco. Así capas dejas de ver cosas. - Él se dio la vuelta y salió de la habitación.

Me acosté en la cama y no sabía como Teresa pudo desaparecer así.

No lo entiendo... Yo la vi.

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MISTERIO EN LAS PROFUNDIDADESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora