CAPÍTULO 39: Complete

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—¡Si matamos a Lucifer no necesitaremos a Rowena!

¿Veis? Son todo ventajas. Nos vemos fauna del bosque.

—¡Crowley!— gritó Dean al teléfono, tenía las fosas nasales totalmente dilatadas, y apretaba la mandíbula, al igual que su hermano—. ¡Será hijo de puta!— exclamó levantándose y tirando la silla.

La ira los carcomía a ambos por dentro, sus miradas se fueron directas a la cara de Emma, que seguía blanca, aunque sus ojos habían adquirido un matiz de resignación que no era propio de ella.

—Emma...—comenzó a hablar el menor de los hermanos.

—Déjalo,Sam—pidió ella después de un suspiro—. Será mejor que busquemos el hechizo que encontrasteis en el motel.

—¿Qué?—preguntó Dean—. Emma, no...

—¿Sabes? He cambiado de opinión. Cada vez que me llamas Emma me da mal rollo. Prefiero que me llames Gin.

—Esto es serio.

—¿Qué sugieres?— le cuestionó, cambiando su tono de broma a serio—. ¿Nos pasamos otro mes buscando formas inexistentes de quitarme la puta marca? Que no incluyan volver a liberar a los dos pecados capitales que ya hemos conseguido atrapar. Nos hemos quedado sin opciones, Dean. Y cuanto antes lo aceptes antes podremos pasar de esta mierda y hacer lo que debemos hacer.

—Al menos espérate hasta el último momento. Si no hemos encontrado a Rowena para entonces lo haremos.

—¿Y dejar que los cinco pecados que quedan campen a sus anchas otros dos o tres meses? O incluso años— sugirió la pelirroja—. Además, vosotros mismos lo dijisteis: es una bruja y lo más probable es que se haya ocultado. No nos queda nada, Dean.

—Te estas lanzando de cabeza a aquellos de los que te estábamos protegiendo. ¿O es que no te acuerdas de por qué nos conocimos?

—Hace cuatro meses de aquello, las cosas han cambiado mucho desde entonces.

—Demasiado— se dio cuenta de que había metido la pata mientras decía la última sílaba.

Emma se quedó con la boca ligeramente abierta y sus ojos comenzaron a ponerse rojos. Agachó rápidamente la cabeza y soltó una risa seca, intentando que él no se diese cuenta del daño que realmente le había hecho aquella declaración.

—Ya...Me preguntaba cuanto tardarías en decir algo de ese estilo— se dio la vuelta en dirección a su propia habitación.

Dean cerró los ojos después de verla alejarse. Sabía que se había pasado, y realmente no pensaba lo que había dicho, pero no iba admitirlo delante de ella. Se dio la vuelta para encontrarse a su hermano mirándolo con una ceja alzada. Había permanecido callado durante toda la discusión.

—Hazme un favor, y no hagas de celestina.

—Dean, sólo te digo una cosa. Soy tu hermano y eso no va a cambiar, por muy gilipollas que te pongas conmigo. Pero ella no tiene ningún tipo de compromiso contigo, y puede darte la patada cuando le dé la gana— le explicó mientras se levantaba con su cerveza y le daba un palmetazo a su hermano en el hombro.

...

Sam había pasado por la habitación de la chica unas horas después de la discusión con su hermano. No apoyaba aquello, pero también entendía que el tiempo seguía corriendo y que no les quedaban más opciones. Habían acordado hacer el ritual al día siguiente y aunque Emma le había pedido a Sam que no le dijese nada a su hermano, este no accedió. Dean y él habían tenido muchos problemas a lo largo de su vida, y la gran mayoría de ellos habían venido por ocultarse cosas el uno al otro. Así que, después de salir del cuarto de la chica, llamó a la puerta del de su hermano y le contó todo.

BECOMING A HUNTER ⇘ SUPERNATURAL ✓ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora