Capítulo 4: Algo oculto.

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Y provenía de abajo de mi cama.

Me armé de valor y mirando boca abajo me encontré con algo que no creí ver debajo de mi litera: un conducto de aire.
Se trataba de un conducto, el cuál  había sido abierto. Del interior, una luz me iluminó el rostro, dejando casi ciega. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luminosidad, me atreví a mirar de dónde salía esa luz.
Se trataba de una chica con linterna.
Para mi curiosidad, el resplandor remarcaba su silueta negra y no podía reconocer su rostro.

- Sígueme- habló una voz femenina.

Salí de mi cama y me detuve en la entrada del túnel, reconsiderando si seguir a una completa extraña en medio de la noche era del todo seguro.

- ¿Qué esperas? No tenemos mucho tiempo. ¡De prisa!- exclamó desapareciendo por la esquina de la derecha.

Solté un suspiro, mientras me introducía en el interior del túnel.

- Qué más da.

Para mi suerte, los conductos eran bastante amplios y mi cuerpo podía desplazarse cómodamente a través de mi patético gateo.

Al cabo de unos cortos minutos, después de seguir el trasero de una desconocida por los túneles de aire, llegamos a un callejón con una salida por el piso de éste. La ventanilla poseía pequeñas aberturas por donde eran posible observar que sucedía en los pasillos debajo de nosotras.

La luz que entraba por la ventanilla se reflejo en los ojos azules de una muchacha que pude reconocer al instante.

Era ella.

Parecía concentrada esperando que algo importante sucediera.

Levantó la cabeza para mirarme hasta donde estaba, a un par de metros de ella.

- Acércate- habló en voz baja y volvió la cabeza a los que estaba mirando con gran atención.

La curiosidad que sentí por ella como  cuando la vi en la enfermería volvió a mí.
De a poco, fui hasta su lado y me concentré en lo que ella estaba viendo. Fuera lo que fuera. Por la ventanilla se podía ver únicamente las baldosas del pasillo a unos cuantos metros por debajo de nosotras.

Aunque por un momento dudé de estado mental, permanecí inmóvil a su lado.

- ¿Qué estamos viendo?

- ¡Shhhh!- silenció mis palabras- Allí vienen.

Bajé la vista y en unos segundos allí estaban: Jalandra y Jordan.
Me sentí molesta al verlos tan tranquilos, mientras a mí me ardían los pies por haber caminado hasta por las paredes.
La muchacha a mi lado golpeó mi codo, seguramente había sido muy obvia cuando me perdí en mis pensamientos y le resté atención a la escena que estábamos observando en silencio.

- Debemos apurarnos, Doctora- Jordan parecía algo ansioso- Ya sabe como se pone cuando nos retrasamos.

Jalandra ni siquiera se limitó a contestarle, y algo irritada pero callada, deslizó su tarjeta por un aparato situado a un lado de la puerta de acero. En milésimas de segundo, un pitido corto se escuchó levemente y seguido de eso, la entrada a la habitación se abrió de par en par.

La ventanilla me impedía ver que había dentro de aquella habitación, dado que sólo se podía ver una parte del corredor. Traté con dificultad de cambiar de posición alrededor de la ventanilla para poder observar mejor, pero no tuvo resultado.
La enigmática chica me observó y negó con la cabeza, dándome a entender que era imposible observar más allá de lo que podíamos.

- ¿Qué esperan?- Jalandra se dirigió algo fastidiada a lo que parecían ser varias personas que nosotras no podíamos ver.

No me había equivocado, alrededor de seis o siete enfermeros, se enfilaron hacia la sala recientemente abierta, con Jalandra y Jordan ingresando al final de todos ellos.
Pero eso no era todo, los enfermeros empujaban unas pesadas camillas en las que trasladaban personas. Los cuerpos estaban cubiertas de pies a cabeza con sábanas blancas, y por arriba éstas, había algo parecido a un holograma con la información del paciente. O cadáver. O lo que fuese.
Un escalofrío me recorrió la espina dorsal y por debajo de la piel al pensar que fin tendrían.

Quedate Conmigo《Newt》 2° TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora